A estas alturas del partido, tu corazón tiene más parches que la economía mexicana. Todos los tipos (o chicas) con los que has salido te han partido la mandarina en gajos y siempre terminas con el corazón destrozado. Prometen y prometen y nada. La verdad es que ya ni te quieres aventurar a conocer a Santiago (o a Daniela), el amigo de Carmen, que te quieren presentar desde hace un buen rato. Sabes que, como bien decía Yuri: todos son iguales.
Bueno, tememos decirte lo siguiente: no te azotes. No dudamos que existan esos ejemplares que le harían un bien a la humanidad si fueran quemados en leña verde, pero no es como para que sientas que tienes la maldición del eterno barbaján. Patanes y gandules han existido desde siempre. Pero, ¿por qué diablos los atraes?
Va el diagnóstico:
No los metas todos al mismo saco
Como decíamos: no todos son un asco. No puedes ir por la vida generalizando y creyendo que todos te van a hacer sufrir. Vivir así es angustiante y (francamente) es una pérdida de tiempo. Quítate ese pensamiento de la cabeza, pues hace que te estanques en la misma velocidad y que no avances.
Investiga un poquito
Ok, no es como para que te conviertas en un stalker profesional, pero no está de más saber qué gallina puso ese huevo. Quizá conoces a una ex novia, es primo del amigo de alguien cercano a ti, tomó la clase de Finanzas con Marianita. Algo, siempre hay algo de dónde agarrarte y si no, recurre al Facebook, Twitter o LinkedIn. Puede que sea muy reservado en compartir cosas personales por estas redes, pero siempre hay algo que se les escape. Siempre.
Y tú, ¿qué?
Ponte frente al espejo y pregúntate: ¿por qué me merezco una buena pareja? Si tienes menos de 10 motivos, entonces deja de leer esta nota. Si no puedes reconocer por qué eres la última Coca en el desierto, ya sabes por qué te ligas a esos gandules. Esto es así: si ni siquiera tú mismo te consideras valioso, la demás gente tampoco lo hará. Parece consejo de Jorge Bucay, pero es la verdad.
No te pongas tus moños
De igual forma, si no sabes qué es lo que buscas en una pareja, vas a seguir dándote de tumbos para encontrar a alguien con el/la que seas feliz. De preferencia ahórrate cosas como: “quiero que sea guapo, que tenga un Aston Martin y que me lleve a los mejores restaurantes”, pues eso es algo circunstancial. Digamos que lo ideal es que pongas cualidades que buscas en alguien, como que sea chambeador o inteligente.
Llama por favor, estoy tan indefensa
Ok, después de hacer todo lo anterior, salen a cenar. Al día siguiente no te llama, ni después de ese día. Es más, ya pasaron dos semanas y nada. Te ves tentado/a a mandarle un mensaje preguntándole si le pasó algo. Todo mal. Ya no vivimos en los tiempos en los que uno tenía que esperar el llamado del otro para saber que le interesas. Con un simple mensaje por Whatsapp para decirle: ¡buenos días!, basta. Claro, lo ideal es que sea el otro quien tome la iniciativa, pero si esto no sucede, no pasa nada si le sueltas algún mensaje cordial. Si después de esto, no te llama, al diablo. El interés tiene pies.
Resiste y no aflojes
Sí, quizás no pones a rechinar el catre desde hace tres meses y ya sientes que se te cuecen las habas por poner a trabajar la máquina, pero aguanta como los grandes. No dudamos que haya parejas que desde el primer día se fueron directo a darle y siguen juntos después de varios años, pero lo ideal es que se conozcan un poco más fuera del aspecto sexual. Sin duda es algo muy importante, pero como bien sabes, la llama de la pasión se puede acabar en cualquier momento y lo mejor es darle prioridad a otros aspectos. Vamos, Manuela siempre estará disponible hasta que llegue el momento de estar con esa persona.
Ponte buzo
Puede ser que lo tengas endiosado, pero eso no es motivo como para que no te des cuenta de las cosas que hace. Si después de un tiempo no te quiere presentar con sus amigos, te cancela constantemente, te suelta una cantidad endiablaba de mentiras y se lo aguantas, entonces ya sabes por qué atraes a puros patanes.
Así que, como pudiste ver, no es que tengas un imán de gañanes, sino que haces todo lo posible por atraerlos. La mayoría de las veces tenemos lo que queremos (y lo que proyectamos), así que deja de lanzarte al ruedo como el Borras y analiza qué es lo que quieres y qué es lo que buscas en tu media naranja.