Lamentablemente, hacer que la gente se enganche con un libro y termine de leerlo es casi imposible. Y ni hablar del hábito de la lectura. Según un reporte de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, en mayo del año pasado el INEGI mostró los resultados del Módulo de Lectura, a través del cual se pueden conocer los índices de lectura de personas mayores de 18 años.
Oh, triste decepción. ¿Saben cuántos libros en promedio lee cada persona que vive en zonas urbanas? Tan sólo 3.9. En la Ciudad de México, Jalisco y Nuevo León el promedio de libros leídos es de 2.4, 4.4 y 3.5, respectivamente.
O sea, en pocas palabras, no devoramos la literatura. Por ello, cuando encontramos el proyecto de Mujeres Leyendo Desnudas nos pareció una genial alternativa que conjunta un hábito poco frecuente y una linda vista.
Entrevistamos a Johanna Espinosa, quien forma parte de MLD y esto fue lo que nos platicó:
¿Cómo surge MLD?
Hace cuatro años que iniciamos y lo hicimos como un remake del proyecto de Naked Girls Reading, que se hace en Nueva York por una chica llamada Nasty Canasta. Ella es burlesquera y decidió arrancar con este proyecto en octubre de 2009. En 2010, el proyecto fue considerado por la Village Voice como “La mejor hora de historias en Nueva York”.
¿Cómo les fue cuando iniciaron?
Al principio nos tocó un poco de resistencia, pero lo seguimos haciendo por diversión. Posteriormente nos comenzaron a llamar para presentarnos en diferentes eventos como presentaciones de libros y festivales culturales. Pero aún nos cuesta un poco de trabajo que se haga masivo.
Órale, ¿la gente todavía se espanta con esto?
Sí, mucho. Recibimos mucha crítica al respecto.
¿De quiénes han recibido críticas?
De feministas y de gente que no está de acuerdo con la desnudez. Yo soy feminista en términos de equidad de género, de hecho siento que esto nos empodera, pues estamos a cargo de nuestro cuerpo, de nuestra desnudez y de nuestra sexualidad y la puedo ejercer en el momento que yo quiera, haciendo la actividad que yo quiera. La desnudez no necesariamente es pornografía. Cuidamos todos los detalles: nuestra voz, nuestra dicción.
Digamos que muchos lo ven como un espectáculo porno, ¿no?
Piensan que ocupamos la lectura como pretexto para la desnudez y pues no, al contrario. Yo soy modelo de desnudo desde hace muchos años y, en este caso, sólo decidimos agregarle la parte de la lectura. Nosotras no sexualizamos el desnudo, nos comportamos como si estuviéramos vestidas.
¿Cómo reaccionan las personas?
Es muy divertido verlos. Trabajamos mucho en nuestra dicción y en la forma en la que desarrollamos la lectura. Llega un momento en el que al público se le olvida que estás desnuda. Realmente se meten en lo que estamos leyendo, que es justo lo que queríamos lograr.
¿Qué comentarios les han lanzado que les hayan sacado de onda?
En una ocasión un chico se acercó y nos dijo: “órale, sí saben leer”. Otro nos dijo: “¿dónde aprendieron a leer?”. ¡Pues fuimos a la escuela! La gente se impresiona mucho de que una modelo de desnudo haga este tipo de cosas. Yo, por mi parte, tengo una carrera universitaria, estudié Administración de Empresas y la ejerzo.
¿Qué pretenden lograr al juntar la lectura con el desnudo?
Lo vemos como un experimento social. Es muy divertido sacar a la gente de su zona de confort, pues tienen que escuchar lo que estás leyendo. No saben dónde poner los ojos, es muy sorprendente para mucha gente el verte parada y que no te interese que estés desnuda.
¿Han logrado que la gente se clave con alguna lectura?
Sí, después del show o a través de la página de Facebook nos piden más datos sobre lo que leímos. De hecho en muchas ocasiones les hemos pasado las lecturas en digital.
¿Cómo eligen las lecturas?
Depende del tema o de lo que queramos presentar. Lo escogemos según nuestra personalidad, en mi caso prefiero la prosa, aunque hay quienes les gusta leer poesía. Hemos presentado literatura erótica, transgresora, biografías e incluso cuentos para niños. Hemos escogido autores como Chuck Palahniuk, Lewis Carroll, Saúl Ibargoyen, Shira Gefen y Etgar Keret. Eso sí, nos caracterizamos según la temática, por ejemplo, cuando leemos literatura transgesora lucimos un look punk – rock. Leemos de todo, las únicas excepciones son Paulo Coelho y Carlos Cuauhtémoc Sánchez.
¿Se chutan todo el libro?
No, sólo fragmentos de lo que queremos leer. Alguna vez leímos Marqués de Sade y cada quien eligió un libro de él. De esta forma intercalamos 120 Días de Sodoma y Juliette. Fue una experiencia muy interesante.
Si alguien quiere formar parte de MLD, ¿se permite?
Sí, tenemos algunos requisitos de selección. Es importante que sepan que hay que estar preparados para subir desnudas al escenario ante un público dispuesto a destrozarte. Esto implica muchos ensayos, mucho compromiso. Al igual que en el modelaje alternativo, no pedimos alguna característica física en especial. Si estás cómoda con tu cuerpo y quieres mostrarlo, adelante.
¿Hasta dónde quieren llegar con esto?
Nos gustaría que hubiera más apertura, que pudiéramos llegar a eventos como la Feria del Libro. Que nos vean como un show interesante, no sólo como “unas mujeres que se quieren encuerar por likes”.
Para contactarlas pueden buscarlas en Facebook a través de la liga de Mujeres Leyendo Desnudas, la fan page de Johanna, o bien, por Whatsapp al teléfono 55 9192 3898.
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