Si te preguntas qué diablos sucede contigo, pues nomás no logras anotar en la cancha contraria, a pesar de lucir tacuche nuevo, corte de cabello a la moda, de lanzar pláticas interesantes y soltar tu mejor repertorio de chascarrillos, quizás no estás haciendo los gestos indicados.
El lenguaje no verbal es clave en esto. No es lo mismo que alguien se te acerque en un bar y que su cuerpo mire hacia otro lado mientras te habla o que todo el tiempo se tape la boca. Son señales que indican que hay algo mal.
Pero un gesto en específico es la clave. De él depende si tendrás tu cama ocupada o si abrazarás a tu oso de peluche esta noche.
¿Te gustaría saber cuál es? Aquí te lo decimos:
¿Será tu sonrisa?
Aunque tiene efectos positivos en las personas, ahí no radica el éxito. Es cierto que cuando vemos a alguien sonreír se activan regiones cerebrales vinculadas con reacciones positivas. De hecho, un estudio publicado en la Asociación Psicológica Estadounidense aseguró una mujer que sonríe es 40 por ciento más atractiva para un hombre.
Pero, por el contrario, cuando los hombres se ponen coquetos y locuaces y le sonríen a las chicas, ellas se muestran cautelosas. O sea, es como la señal que les indica: cuidado, este tipo es un don Juan.
¿Y entonces? ¿Qué es?
Resulta que tu atractivo sexual radica en la inclinación de tu cabeza. Esto lo comprobó el doctor Darren Burke, un psicólogo de la Universidad de Newcastle. O sea, los movimientos que hagas con tu cabeza te pondrán en la línea de fuego o te mandarán directo y sin escalas al paredón y dos balazos.
Comencemos con las mujeres. Según este académico, una chica luce más femenina cuando inclina su barbilla unos 15 grados hacia adelante. Algo así como un sutil coqueteo.
Sin embargo, en el caso de los hombres, para que las mujeres los vean mucho más atractivos y los inviten a brincar en su colchón —y no precisamente en una guerra de almohadas— deben echar la cabeza un poco hacia atrás, de manera que sus barbillas queden en paralelo con el suelo.
Esto, aunque suene un poco primitivo, le mandaría un mensaje a las mujeres de que el tipo en cuestión tiene personalidad y carácter.
No tan lejano de la realidad…
De hecho, estos movimientos los hacemos de forma inconsciente. ¿No nos creen? Tan sólo entren a 10 selfies de sus amigos en el Facebook. Lo más probable es que la mayoría de las chicas luzcan con la cara un poco inclinada y los hombres con el rostro erguido.
No se espanten, no se trata de una cuestión de sumisión y de machismo sino que, como asegura este psicólogo, responde a un instinto muy básico del ser humano: el de sentirse protegidos y el de querer proteger. Este simple gesto podría verse involucrado a la hora de ligar y de tener más chances de poner a rechinar el colchón.
Quizá pueda armarse un debate en torno a esto. Seguramente muchos asegurarán que no depende de un sólo gesto sino de toda una serie de cuestiones como el atractivo físico, la química entre las personas y lo calientes que anden. Porque una vez encarrerado el ratón, que se vaya al diablo el gato.
¿O qué opinan?