Renata nos lo confesó en la casa de una amiga de ella: “Tengo dos vaginas y durante mucho tiempo me avergoncé de mi condición física. Hoy, gracias al amor de mi esposo y a la aceptación de mi cuerpo, puedo decir con orgullo que soy única entre muchas mujeres”.
La mujer de 62 años nació con esta malformación congénita y aquí les contamos su historia:
Cuéntanos, ¿cómo viviste tu infancia con esta situación?
Fue difícil. Mi mamá siempre me motivó a que no me sintiera ajena a las demás, pero para mí fue complicado. En las clases de natación, todas debían cambiarse de ropa en un salón. Algunas se sentaban sin ropa y yo trataba de esconderme para que no me vieran.
¿También tienes dos aparatos reproductivos?
Así es, tengo lo que se llama útero didelfo, es decir: dos cavidades vaginales y dos úteros, con una trompa de falopio para cada uno.
¿Qué pasó con tu primera menstruación?
Fue un caos. Es terriblemente abundante, por lo que debo cambiarme de compresas varias veces al día. Cuando sucedió por primera vez, mi mamá ya me había hablado al respecto. Estaba preparada, pero no para esos niveles. A veces me baja en diferentes horarios, pero siempre el mismo día.
¿Cómo fue tu primera vez?
(Risas) Terrible. Ya te imaginarás, yo no le había dicho nada a mi pareja de aquel entonces. Yo tenía 19 años. Cuando comenzamos con el cachondeo y me metió mano, no entendía qué tanto había allá abajo. Hizo una cara de sorpresa que para qué te cuento. Cuando intentamos hacerlo, fue peor de caótico. Obviamente nunca más me volvió a llamar.
Ahora estás casada, ¿cómo se lo dijiste a tu actual marido?
Así, abiertamente. Él no huyó. Al contrario, me dijo: “uy, ¡doble diversión!”. Claro que la realidad era muy distinta.
¿Por qué?
Una de mis vaginas, la izquierda, es más estrecha que la otra. Cuando he intentado tener relaciones por esa vagina, me duele mucho. Si acaso puede entrar un dedo, pero nada más. Siempre tenemos que usar lubricante durante nuestras relaciones sexuales.
O sea que nada de triple penetración…
Jajaja, ¡no, imposible! Si acaso, como te comento, un dedo y ya. Pero eso de triple penetración ya me suena a tortura china. La verdad es que nuestra vida sexual es muy satisfactoria, incluso hasta la fecha. Mi esposo es un hombre muy bueno y amoroso que ha sabido aceptarme tal como soy. Pero no le hagas mucha promoción porque me lo van a bajar jajaja.
Ok, ok… guardaremos su identidad para que no te den baje. Oye, ¿y qué hay de los hijos?
Yo nunca pude tener hijos, pero tampoco nos llamó la atención. Si acaso alguna vez platicamos sobre adoptar, pero con el lío que ello implicaba, lo dejamos por la paz. Yo me dedico a hacer artesanías y mi esposo es abogado. Jamás hubiéramos tenido tiempo para atender a un hijo.
Entrevistamos al doctor Vladimir Azpeitia Estua, Médico Cirujano, especialista en Ginecología y Obstetricia, para que nos ampliara un poco más la información sobre esta extraña malformación. “Sólo existe un 55 por ciento de probabilidades de que las mujeres que tienen esta condición puedan tener hijos. Si esto sucede, debe ser por la cavidad vaginal más amplia, pues es la que tiene el útero más grande. Al darse esto, se considera como un embarazo de alto riesgo y sólo pueden nacer por cesárea”.
También nos dijo que cuando una mujer tiene dos cavidades vaginales, sólo pueden estar una al lado de la otra. Jamás una arriba de la otra.
¿Se puede operar para mejorar la estética? Sí, el doctor Azpeitia nos dijo que es posible. Se consigue que luzca prácticamente “normal”.
Respecto a los anticonceptivos que deben usar, nos comentó que las mujeres que tengan esta condición deben utilizar preferentemente los que sean hormonales orales o de larga duración, pero ello debe ser prescrito por un doctor, según las necesidades de cada paciente.
¿Qué les parece? Si se sentían únicos e irrepetibles, Renata puede decirles con toda honestidad: “quítense, que ahí les voy”.
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