Todos los días nos ensartan imágenes de mujeres con cuerpos esqueléticos en los espectaculares que vemos en Periférico. El estereotipo de belleza apunta hacia mujeres que jamás se atreverían a oler un taco de suadero y mucho menos a entrarle con singular alegría a un buffet.
Y bueno, tampoco es que promovamos el sobrepeso y la obesidad (come frutas y verduras; chécate, mídete, muévete; si tu cintura mide más de 80 centímetros, atiéndete; etcétera), pero queremos darle un mensaje a todas aquellas chicas que tienen un buen peso y cuya constitución hace que de forma natural tengan la cadera ancha: ustedes son la envidia de muchas.
Las caderas no mienten
En México, el tamaño promedio de las caderas femeninas es de 100 a 105 centímetros, según las conclusiones de un estudio llamado “¿Cuánto mide México? El tamaño sí importa”, realizado por la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (Canaive) en 2010. Así que, quienes estén dentro de esta media, lean lo siguiente:
Una investigación realizada en la Universidad de Leeds, en el Reino Unido, reveló que el cuerpo de la mujer influye mucho en las decisiones que toma respecto a su vida sexual.
El autor del estudio, Colin A. Hendrie, reunió a 148 mujeres entre 18 y 26 años que ya hubieran tenido una pareja sexual en su vida. Las participantes respondieron una encuesta sobre la edad en la que tuvieron su primera relación sexual, la cantidad de personas con las que habían tenido sexo y de relaciones sentimentales que involucraron emociones y sexualidad.
Las chicas que tenían una cadera mayor a 94 centímetros aseguraron haber tenido más relaciones sexuales que aquellas que tuvieran una cadera más estrecha. Pero aquí entró de todo, desde sexo dentro de una relación de pareja hasta el que sólo hubiera sido por una noche.
Es una cuestión de percepción
Victoria J. Simpson y Gayle Brewer, quienes colaboraron con Hendrie en el estudio, aseguraron que todo esto tiene una explicación basada en la percepción de las chicas. Resulta que quienes tienen la cadera un poco más anchita que la que marca el conocido: 90-60-90, se sienten más tranquilas respecto al parto, pues piensan que no será tan traumático en comparación con las que tienen la cadera más estrecha.
Si nos remontamos a las teorías de la evolución del ser humano (en este caso, de las mujeres), podemos ver que sus caderas se fueron adaptando para que el embarazo fuera posible al caminar erguida. ¿Cómo? Pues con más cancha en esa zona.
Por su parte, las mujeres con cadera más estrecha tienen sexo de forma más cautelosa, muchas de ellas lo reservan para una relación de pareja, nada de encontronazos de una noche y adiós. “Esto se debe a un temor natural a embarazarse y tener un parto más complicado”.
Claro, aquí no hablan del uso del condón, pues esto reduciría considerablemente este miedo. Tan sencillo.