Besar mal puede acabar tu relación

Atásquense ahora que hay lodo

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Las películas lo hacen parecer cualquier cosa. Y cómo no, muchos dirán: “ay, para dar un buen beso (de esos que te hacen levantar el pie como en las caricaturas) sólo se necesita abrir la boca, mover la lengua y sanseacabó”. 

Pues no. Para ser un besador, como los que retrataba Corín Tellado en sus novelas, se requiere mucho más que experiencia. Implica dominar ciertas técnicas que no hagan que tu pareja se limpie la boca al terminar y ponga la misma cara que si le dieran aceite de hígado de bacalao.

De hecho, si tu pareja recién te dio cuello y te dio algún motivo bastante absurdo, podría ser que tus besos no sean lo más atinado.

No lo minimices

Un buen beso no sólo es la antesala del buen sexo, sino que es un indicativo de la satisfacción de la relación en pareja, del compromiso que tienen entre ambos y la compatibilidad. Así de grave. Nos metimos a leer The Science of Kissing: what are our lips are telling us (La ciencia del beso: lo que nuestros labios nos dicen) y encontramos datos puros y duros.

El libro fue publicado por Sheril Kirshenbaum, una investigadora egresada de la Universidad de Texas que se ha especializado en el arte de besar. En él asegura que *redoble de tambores* el 59 por ciento de los hombres y el 66 por ciento de las mujeres han terminado una relación porque sus parejas besaban pésimo. 

Y bueno, uno puede tantear el agua a los elotes en el primer beso. De hecho, según un estudio de la Universidad Butler en el que participaron 500 personas, la mayoría de las personas recuerda con más intensidad su primer beso que la vez en que desfloraron a la margarita.

Sin besos porque me enamoro

Seguramente el primo de un amigo les contó que cuando tuvo un encuentro con un/a escort, no se besaron. Esto se debe a que un beso implica una mayor conexión, así como deseo y amor por la persona. Al no besarse dejan sus emociones de lado y no se meten en líos. Finalmente es su negocio.

Pero, ¿por qué besamos? ¿de dónde surgió la idea de “probar” a la otra persona? Según lo que se asegura en este libro, es una forma que los seres humanos han utilizado para elegir a una pareja. Es un mecanismo inconsciente que nos da la pauta para seguir o para decir: ahí muere.

Lo que una persona espera de la otra varía mucho según su género. Es un tema muy importante para las mujeres, ellas se enfocan (mucho) en la higiene de su pareja, en cómo son sus dientes, en su respiración y en cómo sabe (no es un buen augurio empacarse unos tacos de carnitas antes). 

Dependiendo de todos estos factores, las chicas deciden si continúan o prefieren cortar por lo sano. 

Los hombres son menos quisquillosos. Ellos ven los besos como un paso previo al sexo y no se fijan tanto en los detalles del beso sino en en el atractivo de la cara y el cuerpo de su pareja. 

Lo que viene siendo la técnica

Ahora sí, vayamos al meollo del asunto. William Cane, autor de El arte de besar condensó las preferencias de cada género. Y como somos unos galantes, primero las damitas:

– Si quieren que sus parejas piensen que son las dueñas del balón, abran la boca. Según Cane, entre más húmedo y más lengua, mejor.

– Repito: más lengua. Dejen que fluya libre. No se preocupen por el exceso de saliva, a ellos les vale sorbete.

– Tomen la iniciativa. Nada de “ay, pero es que me da pena”. Láncense al ruedo sin rodeos.

Y para los chamacones:

– No metan su lengua hasta la garganta. No se las quieran dar de otorrinolaringólogos, pues ésta es la principal queja de todas.

– Escuchen la respiración de su pareja. No la sofoquen, van a ver que así los besan con más enjundia.

– Controla tu lengua. Aquí es el contrario de lo que ustedes quieren. Digamos que deben ir al compás de lo que ellas hagan. 

– No está de más cargar con mentitas o tratar de tener siempre los dientes limpios. No sean gachos y vayan al dentista por una limpieza, sus chicas se los agradecerán. Recuerden que el amor es ciego, pero un mal aroma o sabor sí se sienten.

Otros consejos que da Cane es que le varíen a las técnicas. No se queden estancado en una y prueben con varias. Por ejemplo, pueden besar el labio superior y después el inferior. Y bueno, no está de más un beso en cualquier otra parte del cuerpo, como puede ser el cuello o las orejas.

Es importante fijarse en el ambiente. Si ya están pensando en cómo besar por primera vez a esa persona que les quita el sueño, no lo hagan cerca de un basurero o en la cola para subirse al pesero. Entre el mal olor y los gritos para que se apresuren a subir al camión todo será un fracaso. 

¿Cómo me lanzo al ruedo?

Intentar dar un beso y que el otro haga cara de guácala o te diga: “¿qué te pasa?” es el temor de muchos. Así que para evitar (lo mejor posible) algo así, pueden probar con lo siguiente: invade su espacio personal. Si ven que se siente incómodo o que se hace a un lado, como quien no quiere la cosa, probablemente no sea un buen signo.

Un buen método es quitarle una pelusa de su cabello *guiño, guiño*. 

¿Qué otras técnicas dominan? ¿Cómo les ha ido en la feria del beso? ¿Podrían decirle a estos autores: “quítate que ahí te voy” y sacar un best seller con sus propios consejos?

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