Por lo tanto, es inevitable –cuando menos para mí- pensar y acordarme de los que ya no están en mi vida.
Me da por hacer una recapitulación de la gente cercana a mí y de cómo es mi relación con cada uno de ellos. ¿Ustedes hacen lo mismo? Por ejemplo, recuerdo a mis mejores amigos y lo increíble que es tenerlos en mi vida, lo mucho que he aprendido con cada uno de ellos… es que, creo, nunca había tenido tanta gente tan cercana a mí como este último año.
Aunque, por otro lado, también me gusta pensar en los que ya no forman parte de mi vida, pero sin embargo, tuvieron una importancia relevante en ella. Pienso en el por qué ya no están y si hice bien en dejarlos ir o debí haber luchado –tal vez- un poco más por mantenerlos cerca de mí… con el inminente final de año, no sé porque, confirmo que hice bien en dejarlos ir; no sin antes agradecer lo mucho que me dieron y el aprendizaje que me dejaron.
Y es que, las despedidas no son fáciles –cuando menos para mí-. Dejar ir a alguien no es cosa sencilla, pero creo que si logramos mirar y agradecer lo lindo que nos dejan, es mucho más fácil. Piénsenlo así, si me separo de una pareja a la cual quise y/o quiero muchísimo y terminamos del chongo… tal vez no la estoy dejando ir del todo. Mi enojo me mantiene enganchado a ella y por lo tanto, se torna un poco complicado cambiar de página; en cambio, si puedo mirar que nuestros caminos –por la razón que sea- ya no van para el mismo lado y logro agradecer –sinceramente- cuando menos tres cosas que esta pareja me haya dejado, será mucho más fácil seguir mi camino.
Aprovechando que es fin de año, aprovecha para recapitular y ver qué te atora con esa gente que no logras soltar… toma tu parte de responsabilidad y devuelve la que no te corresponde. Es momento de dejar ir todo eso que te estorba para seguir adelante y disfrutar de la vida que tienes, así como está.
Los finales de año siempre me ponen melancólica y ¡me encanta! Me gusta echar la vista atrás y ver todo lo que he venido sembrando… acordarme de los frutos que ya coseché y ver a los que todavía les falta madurar. Es el pretexto perfecto para darme unos momentos para reflexionar sobre mi vida y el rumbo de ésta; aplaudirme los logros y checar en qué áreas todavía flaqueo un poco ó como diría un buen amigo, evaluar mis áreas de oportunidad.
En fin, creo que es un gran momento para hacer un alto y revisar nuestra “check list” del año pasado; ver cuáles palomeamos y cuáles vuelven a entrar en la lista de este año que viene… las clásicas: hacer ejercicio, ponerme a dieta, leer más, organizar mis finanzas, conseguir novio(a), lograr el ansiado aumento de sueldo, etc. ¿Cuáles son tus propósitos para este año? Haz tu check list y tenla cerca de ti durante todo el año… de esa forma no olvidarás todo lo que te propusiste.
Mi único propósito de este año… dejarme sorprender por la vida.
Me despido de ustedes –hasta el próximo año-; no sin antes agradecerles por formar parte de mi vida a través de esta columna –que también es suya- y de todas las redes sociales por las que nos encontramos. ¡Gracias!
¡¡Feliz año!!