Durante mayo de 2020 Casa Frida Refugio LGBTIQ+, A. C., abrió sus puertas en la Ciudad de México. En un inicio surgió como una iniciativa emergente y temporal a raíz de la pandemia.

Los integrantes sabían que los grupos que históricamente han sido vulnerabilizados quedarían detrás de cualquier acción o respuesta institucional gubernamental., y la comunidad LGBTIQA+ no sería la excepción.

México registró 79 asesinatos de personas de la diversidad sexual en 2020. Asimismo, 17. 8% de las personas LGBT+ tuvieron que dejar su vivienda durante la pandemia y 7 de cada 10 personas perdieron total o parcialmente sus ingresos. Por ello, Raúl Caporal, la diputada federal Lucía Riojas y la unión de varias organizaciones LGBTIQA+ decidieron dar el siguiente paso y abrir un espacio seguro para la banda LGBTIQA+. Para muchísimas personas, quedarse en casa llegó a ser insostenible: durante la pandemia se acentuaron las dinámicas de violencia. La crisis sanitaria no nos vino a enseñar que existe la LGBTfobia; más bien vino a exponer las violencias más arraigadas en nuestra sociedad machista, LGBTfóbica, binarista y heteronormada.

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SE HIZO DE CORAZÓN

No existe un manual para crear un espacio como Casa Frida. En un inicio no tenían muy claro hacia dónde iban a ir. Fue una iniciativa orgánica, y quizá a eso se deba su éxito. “Si no nos agarrábamos de la mano entre comunidades, todo se iba a joder”.

“Empezamos a reconocer las distintas interseccionalidades de la banda que llegaba y tocaba puerta en Casa Frida. A partir de ello, y a medida que nos íbamos fortaleciendo e institucionalizando, empezamos a construir un modelo integral de acompañamiento”.

La Casa se pensó como un modelo de justicia social y de pacificación. Este modelo integral se sostiene en acompañamiento psicosocial e incluye un programa llamado Hogar y Seguridad. También crearon un programa de reintegración que busca dar herramientas que aumenten las probabilidades de que una persona egrese exitosamente de Casa Frida; se propicia una reintegración en tres aspectos: social, económico y cultural.

“La tuvimos que regar muchas veces para darnos cuenta de cuáles eran los caminos y rutas que nuestra organización tenía que seguir para dejar de ser un proyecto emergente y temporal para pasar a un proyecto sostenible y que se pudiera proyectar a muchos años más”.

Casa Frida está conformada por un equipo de más de 10 personas, con psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, administradores, comunicadores y otros. En su historia acumula alrededor de 220 personas, muchas de ellas migrantes, que han recibido refugio en estos 17 meses. Está en Iztapalapa y nunca ha tenido apoyo gubernamental.

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EL FUTURO

De ser un proyecto temporal, Casa Frida se convirtió en un plan a largo plazo. Ya están pensando en abrir otros espacios, no solo en México sino en otras partes del mundo.

HASTA QUE EL PROPIO MUNDO SEA NUESTRO REFUGIO

El lema de Casa Frida es “Amar es nuestra resistencia”. Cuando empezaron tenían todo en contra para fracasar: escasez de recursos, una enorme crisis a nivel mundial, falta de empleo y de movilidad, violencia. No había otra manera de sacar adelante el proyecto más que resistiendo: luchar contra el miedo y la incertidumbre.

Casa Frida es una muestra muy pequeñita de todo en lo que estamos fallando como sociedad y que se debe llevar a la conversación pública. No es solo la discriminación por ser parte de la comunidad LGBTIQA+: hay toda una estructura que está fallando y que es hora de reconocer –declara Raúl, pero su mensaje va más allá de la denuncia y se sostiene también desde la creencia plena en el cambio social–: “Amar es resistir. Creemos que, a pesar de todo, podemos hacer cambios bonitos y todo puede mejorar. Es la forma en que respondemos ante las agresiones y la adversidad: con amor”.

CASA FRIDA
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¿CUÁL ES LA HISTORIA DEL NOMBRE CASA FRIDA?

En febrero de 2020 Frida, “La Bruja del Mar”, activista trans de Puerto Ángel, Oaxaca que vivía con VIH, murió a causa del cáncer en condiciones muy precarias. Tenía que viajar a la Ciudad de México para recibir su quimioterapia. Su familia lo perdió todo ante una enfermedad catastrófica y le tocó ver cómo su salud fue decayendo. Cuando venía a México no tenía dónde quedarse. El proyecto arrancó cuando Frida acababa de morir y quisieron dignificarla; por eso eligieron el nombre del refugio en su honor. Si Frida hubiera tenido un espacio como Casa Frida, seguramente habría podido cumplir su tratamiento médico sin precariedad ni hambre.

CASA FRIDA
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www.refugiocasafrida.com
Tw: @CasaFridaLGBT
Correo: [email protected]
Tels: 5632777406 / 5563796215

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