CERRADO Restaurante Bar Malak

Por Georgina Hernández (@Gynna_H)

Este no es el clásico lugar de comida de Medio Oriente decorado como palacio de Las mil y una noches con techos altos y detalles en color dorado. Aquí, los dueños apostaron por un ambiente más occidental: sobrio, con mucha luz, paredes blancas, mesas de madera y una fuente. Eso sí, al leer el menú te darás cuenta de que es muy tradicional.

Para ambientarte, pide un vaso de jalab, una bebida de hierbabuena y yogurt con consistencia frappé que te refresca y abre el apetito (prepara a tu estómago para los condimentos de esta cocina). Luego, la dinámica es la de todo lugar de comida árabe: hay que pedir al centro varias entradas y picar un poco de todo.

Lo más inmediato es un trozo de pan pita recién horneado, para untar con un poco de jocoque hecho en casa. Después un kebbe, al que le puedes dar un toque mexicano con el tahine verde de la casa (una salsa espesa parecida al guacamole, con perejil y chile cuaresmeño, que no pica nada).

Para el plato fuerte, el chef Daniel García presume el rack de cordero. Una porción abundante de costillas a la parrilla, servidas con salsa de higo y cubos de gelatina de chocolate blanco, muy bueno. Lo suave de la carne combina perfecto con la textura cremosa de la gelatina y el ligero dulzor de la salsa. Al final no dejes de probar la noche libanesa, el postre de la casa. Lleva crema de leche, miel de canela y limón, frutos rojos, almendra y un toque de ajonjolí negro. De cortesía siempre te ofrecen una taza de té de hierbabuena aunque si eres cafetero siempre tendrás la opción de terminar la comida con un delicioso café turco.

Como plus, hay un show de danza oriental (dura una hora), que es un buen aderezo para la sazón local.

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