CERRADO / Muto

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Andábamos escasos de propuestas valiosas para la vida nocturna de esta metrópoli.  Cuándo parecía que ya nada podía sorprendernos aparece Muto, el primer bar interactivo de Latinoamérica.

A primera vista, nos parece un restaurant bar oriental con una decoración sencilla y sofisticada que invita a quedarse largo tiempo sin preocupaciones. Ya más de cerca te das cuenta del encuentro entre la tecnología y tus sagrados alimentos.

Ya sentados en la mesa descubre una tecnología desarrollada por los dueños de lugar en el que las “mesas inteligentes” son la protagonista de la noche, pues con solo tocar la superficie puedes elegir lo que quieras de la carta por medio de un menú ilustrado que se proyecta sobre la mesa.

La imágenes de este interactivo son de una sofisticación elegancia poco común. Un plus es que puedes elegir tu diseño de mantel. Una de las aplicaciones más ingeniosas que tienen estas mesitas son la de espiar la cocina por medio de un circuito cerrado ( si te cercioras de la calidad y rapidez con la que salen los platillos o de plano nada más espías al chef),  también puedes entretenerte mientras llega tu orden viendo videos de youtube y poner la música que más te guste mientras comes ( no te preocupes por los de al lado, pues aíslan el sonido con unas mamparas, para que cada grupo haga su propio ambiente)

Si tiras una copita, no pasa nada. La tecnología es tan avanzada que resiste esos descuidos. El nombre del lugar mantiene referencia directa con la palabra “mutación”, pues quieren provocar un cambio en la vida nocturna y el entretenimiento de la zona.

Lo ideal para empezar la noche es probar alguno de los los tres cocteles protagonistas: El Sesam, que fusiona piña natural y lemograss. Va  shakeado con tanqueray y sake (le dan un toque de limón, un toque de sal de mar y lo escarchan con miel de agave y ajonjolí negro). El Mojito Muto que sustituye el ron por Wokka (alcohol hecho de vodka y sake) y, por último, el Yuanji para los amantes del buen ron. Lo preparan con Zacapa 15 (nada más y nada menos), jengibre, té de jazmín, hierbabuena, limón y manzana. Y está delirantemente delicioso. Los tragos fueron diseñados por un mixólogo y tienen asombrosas y originales presentaciones.

Si te da hambre, te recomendamos pedir platillos al centro para compartir. Los más ricos son el Sevai: con verduras en curry, korma de pollo y raita tradicional. El Tartar de salmón y los Noodles Lamien. Como postre, el Mousse de Mango con jengibre y tapioca. Cada platillo esta servido tan estéticamente que no querrás comerlos de tan bonitos ( y como se ven, saben, así que más vale que te apliques)

Nos encanta la decoración del lugar pues contrasta lo orgánico de su mueblería con lo fría que puede resultar una propuesta tecnológica. El servicio es excelente y aunque suene carao, los precios son razonables.

Si buscas salir de la rutina, este es el lugar. Organiza una original cena con los amigos, asombra a tu novia y se presta para cerrar algún negocio. Un lugar fuera de este mundo, que hay que visitar antes de que se ponga de moda.