CERRADO Che Genaros

Es un lugar perfecto para dejar que el azar te lleve, al menos eso dice la tradición. En Argentina se comen ñoquis los últimos día 29 de cada mes, pero se acostumbra poner debajo del plato un billete para tener fortuna el siguiente mes. Y al menos así es en cuanto a que se tiene la suerte de probar unos buenísimos ñoquis, un plato difícil de lograr hasta para los expertos en pasta.

La pasta está en su punto, es decir, no está seca ni tampoco aguada. A los ñoquis de Che Genaros los puedes bañar en varios tipos de salsa, y la mejor es la de la casa. Tiene un poco de jitomate, albahaca y aceite de oliva con una rodaja de berenjena frita.

Se pueden completar con un corte para compartir: entraña, por ejemplo, y ésta es realmente entraña, no arrachera como en otro lugares. La carne es suave y de buen sabor; aunque no está hecha al carbón, tiene un saborcito a asado casero que combinas con una rica salsita amartajada.

Los vinos que puedes encontrar son chilenos, argentinos e italianos pero, sin duda, el atractivo es el lugar: una vieja casona de la Roma, anclada aún en el principio del siglo XX, con un saborcito a viejo y cómodo.

Puedes encontrarte a algunas parejitas, sobre todo porque se puede charlar a gusto bajo la luz de velas y una luz ámbar tenue que combina con las paredes color mostaza deslavado.

La atención es esmerada y en lo que respecta a la cava puedes confiar en el conocimiento de los meseros.

También puedes animarte por un gelato de café, ganador al mejor helado de su categoría en Rimini, Italia, en 2003. El sabor apenas se asoma, pero una vez que le das varias cucharadas permanece y es grato sentir el olor a café de forma fresca.

Definitivamente es para llevar pareja o a alguien muy querido con quien quieras charlar. Disfruta el tiempo detenido en la Roma.