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Por: Nancy Martinez

Conoce qué tanto aguantas vara para poder saciar tu hambre
Te puedes considerar un sibarita aventurero o un apretado melindroso

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Sales hambriento del metro, tú:

 Te echas unos tacos en 'La Muñeca' y de paso, dos para llevar con todo.

 Me siento en el parque y me empaco lo que traje en un tupper.

 Paso a una tiendita y me compro algo.

 Me espero hasta llegar a mi casa.

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Tu sobrinito te comparte de su chocolate (respectivamente embarrado en toda su cara):

 Le alejas la manita, lo encaminas con su mamá y te lavas las manos.

 ¿Sólo traías ese chocolate que nos comimos?

 Le das una mordida al lado que está menos derretido.

 Vas a la tienda, compras uno nuevo, lo partes y compartes.

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Tus suegros te invitan a comer a un restaurante donde sólo hay escamoles, caracoles y gusanos, tú:

 Pides un plato de cada uno para ti SOLITO.

 Preguntas qué es cada uno de los platillos y lo pruebas.

 Ew, asco forever, pido una horchata, agua y ajo hasta que todos terminen.

 Sólo le meto a los escamoles, todo lo demás prefiero ni probarlo.

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Encuentras un pelo en tu comida:

 Lo quito y sigo comiendo.

 Lo quito, hago a un lado esa parte de mi plato y sigo comiendo.

 Le digo al mesero que por favor me lo cambie.

 Me voy corriendo al baño, creo que voy a cantar Oaxaca.

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Cuando estás a dieta:

 No acepto nada que la vulnere, cuento todas las calorías de mi comida.

 De repente la rompo, en fin de semana se vale, ¿no?

 ¿Dieta?

 Hago dieta sólo cuando tengo un evento, si no, me vale.

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¿Qué tipo de restaurantes frecuentas?

 De todo, hay que echarle fruta a la piñata, tengo mil apps en mi celular para conocerlos todos.

 Sólo los gourmet, mi paladar merece lo mejor.

 Nunca voy a restaurantes, no confío en la higiene de ellos.

 A los que ofrecen las comidas que más me gustan.

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¿Qué es lo que NUNCA comerías?

 Pues trato de probar de todo, pero tengo mis límites.

 Todo lo que se declare comestible y no se mueva en mi plato: venga.

 Nada que no sea preparado en mi casa, ¿qué tal que me da cólera?

 Lo que sea callejero o tenga un aspecto de dudosa procedencia.

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Si sales de viaje, tú:

 Llevas toda la comida que vas a ingerir (en una maleta aparte).

 Lees un poco sobre la gastronomía local, no vaya a ser que te comas una rata y ni estés enterado.

 Bah, me gusta descubrir, mientras más raro, ¡mejor!

 Trato de comer lo que conozco, para qué meterme en líos.

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Crees que la frase 'el amor entra por el estómago' es:

 Totalmente cierta, si es con comida súper especial.

 Puede ser, siempre y cuando no me dé empacho.

 No lo creo, si quieren conquistarme que sea con algo más ingenioso.

 Obvio, ¿de qué otra manera podría ser?

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En una cita ordenaste un platillo que llegó podrido, tú:

 Lo escupes discretamente, tratas de disimular el asco.

 Te lo tragas, esperas que el paso de la noche reduzca los posibles efectos secundarios.

 Grito y despotrico contra el restaurante, ¡los podría demandar!

 Le pido al mesero que me lo cambie y de paso nos dé gratis la cuenta.

No aguantas nada

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Tú ni siquiera sabes lo que es un taco de suadero en tu boca, no conoces la sensación de sentarte en un banquito de la calle para comer una torta de tamal afuera de tu oficina. Deberías abrirte un poco más para darte la oportunidad de conocer más sobre nuestra gastronomía y la del mundo. No seas fresa y aprende a elegir lo que va a hacer que tus tripas dejen de chillar.

Especial y sofisticado

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Si no es comida de tu mami o de algún lugar que tú conozcas, no comes. Esto hace que te pierdas de una gran variedad de opciones para descubrir olores, sabores y de descubrir el encanto de algún lugar que visites. No te hagas del rogar y prueba otros sabores.

Comes de todo, con precaución

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Estás en el dorado término medio, no dejas de comer lo que te gusta si tiene algo malo en la apariencia, pero tampoco te expones a comer cosas que podrían dañar tu salud. Estaría bien que fueras un poco más aventurado y que probaras otros sabores, no está de más el conocer comidas que se salgan de lo que usualmente comes.

Atáscate ahora que hay lodo

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No, bueno. La comida (o todo lo que te digan que se puede comer) es lo tuyo. Mientras no sea un alien, tú le metes con singular alegría a la comida. Tú eres de los que piensan que más vale reventar que desairar. Quizá lo ideal es que seas un poco más moderado, no vaya a ser la de malas que algún día te topes con una sorpresita poco agradable.

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