Por alguna extraña razón los “paparupapa eu eo, paparupapa eu eo” no nos cansan, en cuanto Rubén los canta el enorme público que los escucha enloquece. Así pasó anoche cuando Joselo, Rubén, Quique y Meme llegaron a tierra totonaca para ofrecer un nostálgico concierto.
El público que llevaba horas instalado bajo el domo recibió a su grupo desde antes de que éste subiera a tocar, tanto que los Rayobacks fueron abucheados y, aunque una tercera parte del público quiso hacer lo mismo con Bebe, la española supo ignorar los gritos y terminar su presentación, a pesar de las manos que le indicaban que saliera y de las botellas de agua que volaban hacia el escenario.
Y es que, para esos llamados fans de Café, haber esperado al grupo cerrador fue “un triunfo” que los “obligó” a chutarse a tres músicos y una solista antes de cantar a todo pulmón los más de 20 éxitos que los oriundos de Ciudad Satélite tocaron durante dos horas.
Rubén, Joselo, Meme y Quique comenzaron el concierto muy juntitos, replegados a la derecha de escenario. El Baile y el Salón fue la primera, a ella le siguió Mediodia y Eres. No fue sino hasta que tocaron un popurrí -en el que mezclaron a Quiero Club, Hello Seahorse, Plastilina Mosh, Zoé, Kinky y Porter- que los músicos ocuparon el escenario completo.
El concierto estuvo lleno de consignas en favor de la naturaleza y en contra del deterioro ocasionado por el ser humano sobre los animales, las plantas y las rocas.
Café deleitó a todos sus fans con los temas que todos conocemos: Ingrata, Las Flores, Chica Banda, Volver a comenzar, Chilanga Banda, Cómo te extraño, Déjate Caer, El puñal y el corazón. Lo malo es que -en plena tierra jarocha- nos haya dejado con las ganas de Ojalá que llueva café.
Antes de ellos, Bebe se subió al escenario y con toda la sensualidad que pudo y, para placer de sus fans, cantó sus temas más populares mientras abrazaba a su bajista, le cantaba al oído a su guitarrista, le bailaba al micro y se tiraba al suelo. Aunque presentó un par de canciones de su nuevo CD, “Un poquito de rock and roll”, el hilo conductor de su concierto fue el “Pa’fuera telarañas”: inició su presentación con Men-señará, siguió con Con mis manos, Siempre me quedará y terminó con Siete horas.
Antes estuvieron Jesse Cook, agrupación liderada por el guitarrista canadiense Dominique Soulard, cuya habilidad con este instrumento (en el que toca rumba flamenca) le mereció los aplausos del exigente público que escuchó atento Bogota By Bus y La Rumba d’El Jefe, entre muchas otras.
Los encargados de abrir el escenario fueron los Rayobacks, banda que terminó su presentación muy a pesar del público que los escuchó. A los jarochos y al resto del público no les gustó para nada su fórmula, en la que combinan canciones muy populares con otras más rockeronas, como Pajaritos a volar y Where is my mind.