Con una banda del tamaño de los Fabulosos Cadillacs, poderosa y contundente en el escenario y creadora de un cancionero memorable y a prueba del tiempo, era de esperarse que vibrara la noche del sábado en el Vive Latino. Y así fue. Literalmente…
Cualquiera que haya tenido la ocurrencia de quedarse inmóvil durante su show pudo sentir el piso cimbrarse desde que sonaron las trompetas y el par de baterías anunciando que había llegado la banda encabezada por Vicentico.
El setlist de la noche estuvo formado por “Mi novia se cayó en un pozo ciego”, “El aguijón”,
“Demasiada presión”, “V Centenario”, “El genio del dub”, “Averno El Fantasma” y “La Tormenta”. En este momento, Vicentico saludó finalmente al público del Vive justo antes de poner a la multitud (¿medio Vive?) a invocar espíritus coreando “calaveras” o “diablitos”.
Luego llegaron “Siguiendo la luna”, “Manuel Santillán El León”, “Las venas abiertas de América Latina”, “Saco azul” y “Mal bicho”. Problemas con el micrófono en un par de canciones hicieron que Vicentico arrojara al piso, desesperado, el atril.
“Queridos, queridas, vamos llegando al final”, dijo antes de pedir apagar todas las luces y guardar silencio para cargar energía antes de pedir paz en el mundo. “Yo no voy a la guerra, a la violencia, a la injusticia…”. Con “El Satánico Doctor Cadillac” y “Yo no me sentaría en tu mesa”, esta última con Vicentico en la batería, llegó al final el show de los Cadillacs, alrededor de una hora de bombas rítmicas capaces de dinamitar el frío y todo cansancio.