La herencia que deja con nosotros “el caifán mayor” es la de un artista completo. Alguien que se dedicó activamente a la creación, que prefería alejarse del reflector y sorprendernos con su arte, fuertemente arraigado en las raíces mexicanas. Así fue la trayectoria de Óscar Chavez.
Porque sí, él fue un músico, actor y rebelde, pero al mismo tiempo le jugaba a la antropología y hasta la preservación, al ser un agente de rescate de las tradiciones rítmicas nacionales, algo que a menudo se olvida al hablar de la trayectoria de Óscar Chávez.
Este 30 de abril de 2020, día que lamentamos la muerte del maestro de maestros, se vale hacer el reconocimiento a la trayectoria de Óscar Chávez. Óscar Chavez, ese músico, actor y rebelde.
El músico
En su faceta de compositor y cantante, Chávez incluía temas como el Movimiento Estudiantil de México 68, el activismo, el Movimiento Zapatista y homenajeba a líderes latinoamericanos como Salvador Allende; su influencia en la música es tal que músicos como Panteón Rococó colaboraron con él.
Su legado musical incluye un repertorio destinado al rescate y la apreciación de la herencia musical mexicana; los sones, los corridos, los huapangos, y hasta poemas de Sor Juana Inés de la Cruz forman parte de las piezas incluidas en sus placas. Las canciones populares y de protesta conviven –armonizan- manteniendo fiel el estilo del compositor. De ese tamaño era el maestro.
En la edición 2019 del Vive Latino, tuvo una de las presentaciones más vitoreadas del festival tocando su repertorio musical durante casi una hora… “porque yo sé de la química, botánica, retórica y sistema decimal” coreaban los fans de “El Caifán Mayor” hace poco más de un año, en reconocimiento a la trayectoria de Óscar Chávez.
Óscar Chavez llevó su música a varios rincones del mundo, ofreció presentaciones en escenarios internacionales como el Festival OTI, el Palacio de Bellas Artes de Cuba, el Festival de Varadero, en la Plaza Colón de Madrid, España, por mencionar algunos. En México sus recitales tuvieron lugar en el Polyforum Cultural Siqueiros y el Palacio de Bellas Artes.
El actor
Si bien lo que más recordaremos de la trayectoria de Óscar Chavez, naturalmente será su obra musical que legó en decenas de volúmenes, no obstante, su trayectoria como actor y director, egresado de las escuelas de teatro del INBA y la UNAM, también hay que destacarla
Quizá el punto más alto de esta faceta fue al interpretar a “El Estilos” en la cinta de Juan Ibañez, Los Caifanes (1966). Ahí personificaba a un personaje que se quedaría con él toda la vida: un chico que junto con sus amigos atraviesa la noche de la CDMX de aquel entonces para revelarle el submundo popularecho a una pareja de niños bien.
El papel le valió ganarse un premio Ariel, una Diosa de Plata y el apodo de “el Caifán Mayor”, por el resto de sus días.
El rebelde
Óscar Chávez se curtió en las que fueron, quizá, las décadas más convulsas políticamente hablando para México: los 60 y 70. En aquel momento el cantante, quien también transitó como estudiante por las aulas de la Universidad Nacional, se erigió como una de las escasas voces críticas contra la autoridad.
Armado con su guitarra y su potente voz, cantó canciones que hablaban alto y fuerte sobre tragedias como la Masacre de Tlatelolco en 1968 (“México 68”), así como contaba una elegía a “El guerrillero”, esa figura que representó una generación idealista latinoamericana, o bien, se divertía echando un son sobre la “Marihuana”.
Este compromiso con mantener cierto espíritu idealista en la cantada, lo hicieron necesariamente una referencia para el imaginario zurdo nacional. Específicamente, se le puede ubicar como uno de los principales partidarios del movimiento indígena zapatista.
De hecho, en el año 2000 fue de los primeros artistas en apersonarse en territorio autónomo en Chiapas para ir a ofrecer un concierto, acción que fue reconocida por el movimiento zapatista en ese momento. Esta simpatía por el EZ fue recurrente el resto de su trayectoria.
Estos continuos cruces con movimientos sociales, su permanente desconfianza hacia los “poderosos” de este y todos los países, su presencia en solidaria en mitines y toquines de apoyo, así como su su profunda amistad con otro maestro como el monero Rius, hicieron de Óscar Chávez un referente y figura entrañable para el activismo nacional.