Si de chavito te clavaste con la música, seguramente tuviste que pasar por The Doors. Es un paso obligado, como lo son los Beatles, los Stones, The Who, Led Zeppelin, David Bowie, Jimi Hendrix o Janis Joplin. De repente descubres la historia macabra, el club negro del rock en el que Jim, Janis y Jimi murieron a los 27 años, para que luego se les uniera Kurt. La fascinación por conocer los detalles, al menos en mi caso, se convirtió en una especie de obsesión. Compraba revistas, veía documentales y hasta biopics con Val Kilmer. Y supe que el vocalista de los Doors, el legendario Rey Lagarto había muerto de un paro cardiaco, que se complicó por el uso de alcohol después de una caminata por París.
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Marianne Faithfull ha sido una figura pública desde los 60. Cantautora y actriz, en los 70 fue famosa su batalla contra las drogas, algo así como Pete Doherty en los dos mil. Según ella, no le gusta Londres, dice que tan sólo visita la ciudad por promoción de sus materiales y, sin embargo, es bombardeada con las más extrañas preguntas. En una entrevista para MOJO, una de ellas decía: “¿Por qué mataste a Jim Morrison?”. Kaboom. El bombazo fue echado y, según la misma Marianne, “decidió tomárselo muy en serio”.
En entrevista para la revista MOJO, dice:
“Yo no maté a Jim Morrison, pero sé quién lo hizo”, dice Faithfull. La historia parece muy simple. En el verano del 71, Marianne y su novio Jean de Breiteuil—un traficante de heroína—, viajaron a París. Ahí, Jean le dice a Marianne que deberá ir a visitar a Morrison a su apartamento en el número 17 de la Rue Beautreillis. Faithfull dice que “tuvo un mal presentimiento” y prefirió quedarse en su hotel tomando sedantes.
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“Pensé en tomarme algunos Tuinal y entonces no estaría ahí. Y él fue a ver a Jim Morrison y lo mató. Digo, estoy segura que fue un accidente. Pobre bastardo. ¿La dosis fue muy fuerte? Sí. Y murió. Y yo no sabía nada sobre esto. De todos modos, todo aquél relacionado con la muerte de este chico, está muerto ya. Excepto yo“.
La teoría sobre la sobredosis de Morrison existen desde hace mucho tiempo, pues la policía no consideró necesaria una autopsia por no mostrar signos de violencia, así que la versión de Faithfull parece factible.
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Así fuera un paro cardiaco o una sobredosis, lo único cierto es que hoy en día, Jim Morrison no está ni cerca de ser olvidado.
Larga vida al Rey Lagarto.
