La fusión cultural a lo largo de la frontera es cosa de todos los días. Incluso es común que individuos de ambos lados de la línea divisoria se junten para crear música. Lo que no se ve todos los días son proyectos como el de Roberto Verástegui y Sly5thAve; cuyo más reciente álbum, Agua de Jamaica representa una barbacoa TexMex jazzística.
Verástegui, pianista mexicano que entre otras cosas ha sido director de la Orquesta Nacional de Jazz; conoció al multiinstrumentista y colaborador de Prince, Sly5thAve, cuando ambos estudiaban en Texas. Desde entonces consumaron una fusión musical que se ha concretado con el lanzamiento de un disco. Collage de sonidos e influencias sui generis pero que recuerda a clásicos del género y la música universal como Herbie Hancock con toques de J-Dilla.
Chilango tuvo la oportunidad de entrevistarlos y nos contaron la historia de su proyecto, álbum e incluso de la multiculturalidad de la frontera. Como crea del pastel, Sly5thAve nos dio muestra de su mimetización con Verástegui al hacer la entrevista en un perfecto español mexicano:
#EntrevistaChilango x Roberto Verástegui y Sly5thAve
Chilango: Si ustedes definieran este disco usando un objeto de la vida cotidiana ¿Cuál creen que sería, digamos? Es una mezcla de varios sonidos, pero ¿A que les remite ya en una abstracción total?
Sly5thAve: Es fácil, una barbacoa.
Roberto Verástegui: Exacto. Eso era exactamente lo que iba a decir. Porque justamente esto del agua de Jamaica. El Agua de Jamaica fue un visual y pues definitivamente las ideas salieron a partir del agua de Jamaica que compartimos. Pero fue a partir de ir a una barbacoa que nos encontramos cerca de mi casa la primera vez que vino Sly y al final de cuentas, la barbacoa o el barbecue; o en Monterrey también la carne asada o ese tipo de eventos son como una reunión y cultural.Puede ser la reunión de un pueblo qué sé yo o una familia, y se juntan a compartir este manjar… Lo que sea que decidamos que es el manjar, pero si barbacoa o barbecue, o carne asada. Siento que es como hacia dónde va la paella en España ¿No? Y ese tipo de eventos.
CH: Cuéntenos de Agua de Jamaica ¿Cómo nace este álbum?
Roberto Verástegui: Este disco. Bueno, es una colaboración que es el fruto de muchos años de haber estado trabajando Sly y yo en diferentes cosas. Nos conocimos hace muchos años, cuando éramos estudiantes en la universidad. Los dos estudiamos jazz y pues ahí tocábamos bastante y mantuvimos el contacto, aunque tomamos diferentes caminos
después de graduarnos. Y pues sí, yo invité a Sly a la Ciudad de México a hacer algunas tocadas, algunos conciertos, de hecho ahí, ahí registró en las sesiones en vivo de la estación de radio Aire Libre. Una de las primeras sesiones que hicieron fue de hecho con Sly, conmigo y otros músicos que también participaron en el disco.
La conexión entre Nuevo León y Texas
Roberto Verástegui: Básicamente, Agua de Jamaica es el fruto de una relación única, no únicamente musical, sino cultural también. O sea, es muy única la manera en la que trabajamos y la manera en la que convivimos. Estoy seguro de que Sly lo nota cuando convive con otra persona que también es americana o algún europeo.
Yo también como mexicano, cuando convivo con Sly, para mí es muy diferente a si estuviera hablando con cualquier persona americana o tocando con cualquier persona americana.
Hay algún tipo de conexión hasta geográfica. Yo por ser de Monterrey y Sly al serde Texas, en cuanto a comida y en cuanto a gustos artísticos, no únicamente musicales… Creo que coincidimos bastante. Agua de Jamaica es algo a final de cuentas simbólico y sí, tiene como su temática el disco en cuanto a agua de Jamaica; pero más que todo siento que es la onda pues de compartir culturalmente estas cosas y de que la frontera que existe políticamente y legalmente.
Realmente no es tan fuerte cuando se trata de las relaciones humanas y cuando se trata de de hacer música creciendo en los backgrounds en los que crecimos Sly y yo que fueron muy diferentes definitivamente. Pero por estar ahí cerca siento que que conviven muy fácilmente las ideas.
Hip hop, jazz, ritmos latinos y norteamericanos
Sly5thAve: Creo en varias de las cosas que dice Roberto. Creo que es una gran colaboración entre Texas, los Estados Unidos y México. Y la cosa más linda es que somos diferentes personas, tenemos diferentes experiencias y la mezcla es lo que hace este disco tan diferente y tan rico, es algo que me gusta.
Roberto Verástegui: Musicalmente hablando también tiene una presencia de hip hop y de música moderna, electrónica, bastante fuerte, pero no es un álbum que hubiera sacado cien por ciento hiphopero. O sea, tiene un tipo de sabor. Un tipo de influencia latina también ahí, muy presente. No únicamente por mí, también por todas las personas que participan en el disco. Sí representa al final de cuentas esa mezcolanza cultural que siempre hay cerca de las fronteras.
CH: En cuanto a sonido ¿Qué querían obtener al grabar y qué influencias y qué sonidos querían concretar o imprimir en el álbum?
Sly5thAve: Soy jazzista, pero también soy productor y hago beats y cosas de pop. Pero la cosa que busco es entre los dos tipos de música que yo quiero. Es como que como por ejemplo, una pista de J-Dilla, es algo que está medio mal; medio correcto, pero no es, no es, no está, no es perfecto. Es como algo en proceso. Y creo que esa influencia es la que yo quiero transmitir, que este disco no es algo perfecto, no es algo como muy refinado.
Es refinado porque somos refinados, porque practicamos, practicamos nuestros instrumentos y soy músico y diario, estoy trabajando en eso; pero no es tan refinado como ya sabíamos que íbamos a ser, y creo que es esa influencia de J-Dilla, de diferentes cosas del hip hop y de los bedroom producers y cosas así. Para mí fue lo más importante
CH: Un proceso de impro, pero también de pulir y repetir hasta llegar al resultado
Roberto Verástegui: Sí, a final de cuentas también ha sido un proceso muy largo. Musicalmente también. El disco no salió en una sesión así de una semana o algo así, si no comenzamos a grabarlo como un disco de jazz. Las sesiones de grabación fueron casi todo como un disco de jazz; que para que no esté muy informado de esto, todos los músicos se meten a grabar al mismo tiempo y de lo que suceda en el momento todos reaccionan a eso… Así es como se queda el track. Si hay una mezcla, sí hay un master, pero así es como se queda el track.
Y nosotros así grabamos todas estas piezas inicialmente. Después hubo un proceso de postproducción muy arduo y también que duró muchísimo tiempo y dejar descansar las rolas; regresar a ellas y escuchar con oídos frescos, etcétera, etcétera.
Pero siento que eso también justo mezcla esas influencias de las que habla Sly; o sea, de cómo crecimos nosotros como músicos y jazzistas y tocamos música improvisada y reaccionando en el momento hacia lo que sucede. Todo ese tipo de detalles, cómo nos preparamos, cómo preparamos las composiciones para que salieran ahí O sea, llegando al estudio sin ensayar, vamos. Y que salgan como salen en el álbum. De hecho como dice Sly, no fueron sesiones perfectas para nada. Las grabaciones salieron bastante crudas y con muchas ideas increíbles de parte de todos.
Y justo el proceso de postproducción fue lo que empezó a amalgamar todo y a juntar este rompecabezas que termina el disco. Definitivamente tiene muchas influencias de jazz. Pero no suena a un disco de jazz como cuando escuchas al cuarteto de Wynton Marsalis o de Antonio Sánchez.
CH: ¿Qué recepción buscan de la gente Sabemos que el jazz tiene un nicho de gente que lo escucha y le apasiona. ¿En qué festivales les gustaría tocar o a dónde quieren llegar?
Sly5thAve: Creo que Bahidorá estaría chido, o el Worldwide Festival de Gilles Peterson, que es de Inglaterra pero se hace en Francia. Hay muchos y por ejemplo que artistas como Nubya García están viniendo acá para tocar con otras bandas de hip hop o electrónica. Creo que es muy importante porque la gente quiere escuchar cosas así. Cuando dices la palabra jazz suena en la escuela. El jazz no existe en estos tiempos.
Roberto Verástegui: Es algo del pasado.
Sly5thAve: Sí, entonces la gente quiere ver shows de música de las orquestas, la gente quiere saxofones; pero en estos escenarios de Jazz. De clásica o de cosas así la gente que los maneja la está cagando porque no es un lugar abierto para invitar a la gente, para escuchar y participar. Es un mundo donde parece que se piensa: “Ah, yo soy el mejor si no sabes qué estoy tocando, me vale madres”.
Pero creo que mi meta sería llegar a estos otros escenarios fuera del mundo del jazz; también para crear o por lo menos dejar para la gente un lugar donde puedes escuchar algo de hip hop, o de cumbia… O lo que sea.
México y el futuro del jazz
Roberto Verástegui: Sí, sí, definitivamente. De lo que habla Sly es súper, súper importante; porque por más que esta onda que hablabas de los bedroom producers. Ahora la tecnología permite que cada quien haga música con su compu y ya una persona puede “sonar como una orquesta”. O sea, crear el mismo material. Comercialmente hablando para sellos discográficos o para la industria a veces es más conveniente tener una persona haciendo todo y se acabó. Y ya no te preocupas por la orquesta de 20 o 30 cabrones ¿No?
Pero, siento que en experiencias en vivo cambia la percepción de la gente y la experiencia de la gente cambia drásticamente. Si ves en escenario a una orquesta y como dice Sly ¿Por qué no incorporar hacia el mundo del hip hop? Que de hecho, Sly ya lo ha estado haciendo. Acaba de regresar de Texas de tocar con la Orquesta Sinfónica de Dallas. En el mundo del hip hop a lo mejor se hace un poco, en México no se ha hecho tanto todavía, pero imagínate, una orquesta tocando cumbias.
De repente hay alusiones hacia eso en diferentes tracks comerciales que han salido, pero no, no tal cual la experiencia de alguien yendo a un festival y viviendo eso de la orquesta tocando la música que les encanta y que al final de cuentas se nutre una cosa de la otra ¿No? La música comercial siento que se nutre mucho de este tipo de proyectos o este tipo de ambiciones.
CH: ¿Podemos hablar un poco del personal, de la gente que tocó en el disco? Por ahí está la voz de Silvana Estrada, una joven promesa que más bien ya es realidad…
Roberto Verástegui: Pues tenemos el baterista que tocó en todos los tracks, Andrés Marques es nuestro baterista de preferencia internacionalmente hablando. Es un súper talento que obviamente no es, no tiene como una red de seguidores, así como Silvana Estrada; o alguien que hace canciones y que toca música popular. Pero es un baterista que es el primer mexicano al que le dieron la beca presidencial en Berkeley al estar joven y bueno… l se graduó de allá y regresó a Ciudad de México y toca con todo tipo de proyectos de pop y de jazz y produce también. Ahorita está tocando con Diamante Eléctrico de planta y estuvo con Elsa y Elmar.
Los dos bajistas que tenemos en el disco son Pablo González Sarre; que es también integrante de Los Claxons. También llevan muchísimos años de carrera en el pop acá en México. A los dos Andrés y a Pablo yo los conozco de Monterrey, los dos son de Monterrey y crecimos relativamente juntos. Aunque Pablo es una generación arriba de nosotros y tocábamos jazz muy seguido allá.
Cuando vengo a Ciudad de México conocí a Benjamín García. Él, es otro bajista que se encuentra en las mismas sesiones en las que grabamos Urbana. De hecho, y también es un súper músico que también está en todo tipo de proyectos de jazz y aparte de ellos tuvimos un cuarteto de cuerdas que es increíble y que lo dirige Israel Torres; si no me equivoco.
El talento de Agua de Jamaica
Sly5thAve: Anna Arnal Ferrer en la viola, Israel Suárez Araiza y Carlos Gándara en los violines y Salomón Guerrero
Roberto Verástegui: Sí, es un cuarteto increíble, la neta. Yo pocas veces he trabajado con cuerdas, tocando mi música, casi siempre había sido música de otras personas y lo monto con el cuerpo que sea y siempre ha sido un dolor de cabeza. Cuando nos topamos con ellos fue increíble. Realmente las sesiones fluyen de una manera súper chida. Israel es un súper músico.
Anna Arnal, es una violinista española que ya lleva viviendo muchos años aquí en la Sinfónica de la UNAM y pues son súper músicos. No es nada más una seccioncita de cuerdas que contratamos para el disco.
CH: Para cerrar muchachos ¿Hasta dónde quieren llegar en esta escena?
Roberto Verástegui: El jazz realmente está cambiando, ya no es únicamente para la audiencia de jazz y en los clubes de jazz. Vemos en festivales internacionales gente como Kamasi Washington, Thundercat o ahora también Julius Rodríguez, que me presentó Sly hace como un año o dos años.
Ese tipo de proyectos son increíbles y le traen a la gente música con la que se pueden relacionar y con la que pueden identificarse muy fácilmente; por más que tengan complejidad en las notitas. Estábamos acostumbrados a que sí es complejo, pues no va para la radio y se acabó. Pero los tiempos también con la comunicación con el Internet han cambiado muchísimo. Ahora los chavitos de 15 años, 20 años ya están todo el día con ideas, ideas, ideas… Este concepto de complejidad en el jazz ya no es tan complejo como lo era hace años.
Estamos viendo también que la gente en los festivales se prende de una manera increíble cuando escuchan este tipo de energía que traía en su momento John Coltrane, en su momento Miles Davis; y que muchos tratando de irse por ese camino pues fallaron completamente y empezaron a hacer música aburrida a final de cuentas. Pero pues Miles Davis en su momento era un rockstar, era más famoso que todos los que estaban a lado de él.
Esa es nuestra dirección también, ese tipo de músicos que juntaban a masas, que juntaban a la comunidad para generar esa “barbacoa” de la que hablábamos al inicio de la entrevista. Queremos hacer a la gente disfrutar de un momento mágico a la hora de tocar.
Te nombré en el silencio: Ante el desamparo de las autoridades, la brújula es la esperanza