Miles de fans coreaban “Gaga, Gaga” cuando las luces se apagaron y se proyectó un video en una gigantesca pantalla que cubría el escenario. Lady Gaga por fin apareció, en medio de letreros neón brillantes, bailarines y una banda de primera calidad, todo en alusión a las calles de Nueva York. Los gritos del público eran intensos, casi no dejaban que se escuchara la voz de Gaga mientras interpretaba las primeras canciones de la noche. Era el principio de una larga, pero excelente, presentación.
Durante las siguientes dos horas, Lady Gaga se encargaría de demostrar todas las credenciales y razones que la hacen ser el titán del pop que es hoy en día. Lo que tiene Lady Gaga es que va mucho más allá de lo que nos ha acostumbrado el pop promedio. No malinterpreten, Gaga cumple con todo lo básico: complejas coreografías como las de "Telephone" y "Love Game", muchos cambios de vestuario (muchos y la mayoría bien raros) y un juego de iluminación digno de envidiarse.
Pero ella va mucho más allá: demuestra un verdadero interés tanto en su música como en sus fanáticos y su show, que se acerca más a un musical que a un concierto. ¿Se les ocurre algo más teatral que ser devorada por sus bailarines disfrazados de monstruos y después regresar al escenario cubierta de sangre? Pasó mientras interpretaba "Monster".
El momento más brillante de la noche fue cuando Gaga se sentó a tocar un piano en llamas para cantar "Americano", "You & I", dedicadas a México, y una versión acústica de "Born This Way". Aquí la cantante demostró que fuera de ser un fenómeno pop controversial, tiene sustancia, interpretando apasionadamente, con una voz muy superior a la de sus contemporáneas y un talento considerable en el piano. El oficio de sus músicos y la potencia de la voz de Gaga nuevamente relucirían durante la canción "Teeth", donde la cantante presentó a cada uno de los músicos.
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Otro punto con el que Gaga logró ganarse al público fue con sus discursos. Entre canción y canción la cantante hablaba con todo el Foro, y contaba cosas que iban desde el concepto detrás de su show, hasta una anécdota de un festival en el que, por no perderse a Radiohead para ir al baño, decidió hacerse pipí en los pantalones. El tema central de sus discursos es el mismo que el de su sencillo "Born This Way": aceptarse a uno mismo, cosa que puso al público a los pies de la cantante. Varios discursos fueron acompañados por lágrimas, mientras que otros fueron entonados casi en un tono imperativo. El carisma de la cantante es tal que se podría asumir que tendría una gran carrera como política.
Su devoción por los fans es impresionante, y debe de reconocerse: desde usar frases como “No me amen a mi, ámense ustedes” hasta pasar cerca de cinco minutos recogiendo regalos que le eran arrojados por los espectadores. Es raro ver personas tan famosas aceptar que sin sus fans no son nada. La respuesta del público era igual de intensa, constantemente coreando su nombre, aplaudiéndole, gritándole y hasta cantándole “Cielito Lindo”.
A pesar de que el público respondía calurosamente a los discursos y elogios de Gaga, era obvio que la mayoría iba para escuchar sus éxitos. Es por eso que el final del concierto se concentró en los sencillos que la hicieron famosa incluyendo: "Alejandro", donde apareció una fuente gigante con un ángel encima que lanzaba llamas de la espalda, "Poker Face", en una versión recortada y que sorprendentemente no prendió tanto al público y "Paparazzi", dónde apareció un monstruo mecánico gigante emulando un pez abisal, de esos que tienen una luz para atraer a sus presas: Fue cuando Gaga usó un traje que lanzaba chispas.
Para cerrar, regresó con "Bad Romance" que fue la más coreada de la noche gracias a los Oh-oh ohhhhhhhh-oh-oh-oh y "Born This Way", para sorpresa de muchos, la que más prendió al público, y la cual suena muy bien en vivo. El error de la noche llegó cuando después de un gran cierre con "Born This Way" la cantante y su banda decidió interpretar su nuevo sencillo Judas, el cual simplemente no logró gran reacción en el público.
El cierre no habrá sido el ideal pero no importó, a lo largo de dos horas la cantante se ganó a críticos y fans por igual con una producción comparable con la de los veteranos del género.
Ayer en la noche Lady Gaga, con su talento, carisma y dedicación, demostró que nació para ser una estrella pop.
Semi Precious Weapons fueron los encargados de entretener al público por casi 45 minutos, un show decente, pero apoyado –más que nada– por nuestros ya comentados recursos baratos. Era obvio que la gente ni los conocía, ni les interesaban, sólo querían una cosa, a Lady Gaga.
Aquí el setlist: