Por: Gabriela Martínez y Alejandra Chavarría
En medio del bullicio de la Ciudad de México y el área Metropolitana, cada vez es más común escuchar el “Reguetón Mexa”, un género aparentemente nuevo que fusiona el reguetón con cumbia, guaracha, sonidero e incluso circuit —fusión de house progresivo con tribal—. Por casi 20 años ha formado parte del paisaje sonoro de la periferia: Ciudad Nezahualcóyotl, Valle de Chalco, Gustavo A. Madero, Tláhuac e Iztapalapa, por mencionar algunos.
Con sabor a micheladas y azulitos, “chacales” y “bellacas” bailan al ritmo de la picardía y cachondeo de este género que comienza a apropiarse de espacios donde en un principio hubiera sido difícil escucharlo sin despertar el clasismo de quienes, como Aleks Syntek, piensan que “el reguetón tiene nula calidad creativa”.
A pesar de sus detractores, el reguetón mexicano ha llegado a circuitos donde se vende la experiencia de barrio, sin los riesgos que implica vivir en “el barrio” y divertirse en la clandestinidad. Basta con recordar el 20 de junio de 2008, cuando una tardeada que se realizaba en el bar New’s Divine, en la alcaldía Gustavo A. Madero, se convirtió en una estampida humana que cobró la vida de 12 jóvenes.
El reguetón mexicano poco a poco ha ganado terreno en la industria musical, llegando a compartir cartel con Kendrick Lamar, LCD Soundsystem, Arca, David Guetta, Armin Van Buuren y Carl Cox, entre otros. No ha sido un logro obtenido de la noche a la mañana.
De acuerdo con datos de Spotify, las reproducciones de reguetón mexicano han crecido 1,119% durante los últimos cinco años, pues pasaron de registrar 155 millones de reproducciones en 2018 a 1.8 billones en 2023.
Todo indica que el “Reguetón Mexa” tiene potencial para cruzar fronteras, pues recientemente se estrenó el remix de “G Low Kitty” a cargo de El Bogueto, Uzielito Mix, El Malilla y Dj Rockwel Mx, sus intérpretes originales, en colaboración con Yeri Mua y el reguetonero colombiano J Balvin. Un ejemplo más es “B de Bellako” con el emblemático dúo puertorriqueño de la avanzada de reguetón “viejito” Jowell & Randy. Pero… ¿cómo llegamos aquí?
Breve historia del reguetón en México
Diversas fuentes señalan a Veracruz como “la cuna del reguetón” en nuestro país; y para entender su historia habría que remontarnos a la década de los 1980, cuando una nueva discoteca apareció en el mapa del Puerto: Capezzio, “la casa de la raza”.
Luego de originarse en Panamá, resultado de la fusión del reggae en español con el hip-hop y el dancehall, el reguetón rápidamente ganó popularidad en el Caribe, razón por la cual Veracruz tuvo un papel importante en la inclusión del género en México.
Fue hasta los años 1990 que Capezzio, originalmente llamado Nancy’s, incorporó DJ’s que empezaban a incluir el género en sus repertorios, lo que le dio vida a este espacio que años después recibiría a artistas como Los Ilegales y Big Boy.
A partir de este momento, las y los veracruzanos comenzaron a experimentar con el reguetón, fusionándolo con elementos de la música tradicional mexicana y otros ritmos caribeños que dieron paso a una primera ola de nuevos artistas.
Así, en la década de los 2000, Veracruz vio nacer a la agrupación La Dinastía, una de las primeras en hacer reguetón en el país. En 2005 lanzaron su primer sencillo, “Vaquero”, el cual les abrió las puertas a muchos escenarios.
Aunque en un principio fue difícil impulsarlo, pues las radiodifusoras del puerto de Veracruz se negaron a incluir la canción en sus estaciones debido a que la consideraban “vulgar”, esta canción continúa sonando después de casi 20 años, no solo en zonas periféricas, sino en espacios donde el cover cuesta 300 pesos y conviven diferentes estratos sociales.
En esa misma época, en el entonces Distrito Federal, el rapero mexicano de ascendencia puertorriqueña, Big Metra, comenzaba a figurar en el mundo de la música. El poseedor de un Récord Guinness por hablar 968 sílabas por minuto, es considerado uno de los primeros reguetoneros mexicanos.
En una entrevista para el documental “Estado de Reggaetón with Rosa Pistola”, realizado por Resident Advisor, Big Metra relata cómo fue su acercamiento con el género: “Mi primer contacto con el rap fue con unos morenos en una esquina, estaban rapeando, yo no sabía qué era pero me llamaba mucho la atención y llegué y les pregunté cómo se llamaba y ellos me dijeron ‘rap music’”.
Óscar Castro Flores, nombre real del rapero, se mostró interesado en cantar como esos hombres que lo inspiraron, pero ellos hicieron hincapié en que “no era cosa de latinos”. Sin saberlo, inspiraron a uno de los músicos más ambiciosos de la década de los 90 en nuestro país.
En 2005 lanzó su primer disco, A Otro Nivel, producido por él mismo de la mano de Mantequilla Records. De este álbum se desprende una de las canciones que para muchxs es considerada un himno del reguetón nacional: “Desnúdate”.
A la par, con tan solo 13 años, Pablo Alejandro Becerril, mejor conocido como Pablito Mix, empezaba a experimentar con algunas mezclas, inspirado por su padre, quien organizaba tardeadas y fiestas; así como por los sonidos de la cumbia sonidera. Poco después Pablito Mix y DJ Mega fundaron el colectivo “Under Style”, al que posteriormente se sumarían DJ Jester, DJ Nova, DJ Esli y DJ Jors. Juntos y con Ciudad Nezahualcóyotl como escenario, popularizaron una de los subgéneros más populares de la segunda ola del reguetón mexicano: el cumbiatón.
Con el paso de los años, el colectivo “Under Style” se desintegró, algunos retomaron sus vidas, DJ Mega siguió tocando en Ciudad Neza y Pablito Mix continuó su carrera musical hasta llegar a ser telonero de J Balvin y realizar un set para “Titanes”, evento organizado por Boiler Room y la colombiana Rosa Pistola, donde también participaron DJ Bekman, Dj Kriziz y DJ Sueño, considerados pioneros del cumbiatón.
Kriziz, Sueño y Rosa Pistola juegan un papel importante en la creación de la escena del reguetón mexicano como la conocemos actualmente; pues ellos crearon el colectivo “Perreo Pesado” alrededor del año 2016.
“Nace como una unión de amigos. Kriziz y yo ya nos conocíamos, tocábamos en algunos eventos por nuestra cuenta. Rosa Pistola y DJ Kriziz también empezaron a tener esa historia y yo conocí por mi cuenta a Rosa cuando yo era booker de un bar en la colonia Centro. Ella llegó a pedir una oportunidad para tocar. Vimos que nos estábamos encontrando tanto en distintos eventos que decidimos juntarnos”, nos cuenta DJ Sueño en entrevista.
“Posteriormente ya lo hicimos un label dedicado a expandir las frecuencias sonoras del gueto. Yo creo que fue una plataforma muy importante no solo para nosotros, sino para la escena mexicana. De ahí se hicieron unas colaboraciones muy importantes, por ejemplo con Ms Nina, hasta la fecha yo soy su DJ”, agregó.
Ms Nina, cantante y compositora argentina, recientemente colaboró con Bellakath y El Malilla, artistas de la tercera ola de reguetón en México, que además son los más escuchados del género junto con El Bogueto y el DJ y productor Uzielito Mix quien, al igual que Pablito Mix, se inició en el mundo de la música de forma autodidacta.
“Empecé por puro hobby. La neta, no estaba planeado. Lo primero que empecé a hacer fue crear música súper amateur, ni sonaba como suena actualmente. Aprendí por tutoriales, ya que no tenía acceso a aparatos ni nada de eso. Mi única herramienta era YouTube y el Virtual DJ. Hasta que tuve que ir a un show en un antro fue que me pude calar a ver qué tal”, cuenta Uzielito Mix desde su estudio en Ciudad Nezahualcóyotl.
Javier Uziel, nombre real del DJ, compartió cómo se dio la oportunidad de colaborar con J Balvin. Comparte que el reguetonero colombiano comenzó a seguirlos en Instagram y se interesó por “G-low Kitty”: “La verdad fue una experiencia muy chida. Para mí y para todos mis compañeros fue uno de los primeros artistas con los que trabajé a ese nivel y no me imaginé que fuera así. Se portó muy bien con nosotros, nos facilitó todo, tanto a la hora de tener la canción como a la hora del video. Estamos muy agradecidos por la oportunidad con José y esperamos que no sea la última vez”, agregó.
Bellakath, Yeri Mua, Charly Gynn, El Bogueto, El Malilla, Profeta Yao, Alu Mix, DJ Rockwel Mx, Alnz G, Yeyo, Jae S, Zkiper Mami, Jencko el Shinobi, entre muchos otros artistas del género, han abonado a la creación de una escena, pues como señala DJ Sueño, “antes no había como tal una escena. Estaban todos revueltos, unos por aquí, otros por allá y todos tirando para su propio lado. Ya se ve un movimiento, unos referentes. Desde hace tres o cuatro años se empezó a ver un poquito más de orden y enfoque”, destacó.
El camino ha sido largo, pero tienen claro quiénes pusieron los cimientos de esta incipiente industria, por lo que próximamente se estrenarán colaboraciones que unirán a esta generación con los máximos exponentes de la primera ola del reguetón mexicano: “Desnúdate” (Remix), de Big Metra y El Bogueto, y “Vaquero”, de La Dinastia junto a “El Bo”, Malilla y Bellakath.
Ya no somos maleantes, ahora somos cantantes
En 2021, el productor y cantante Alu Mix se convirtió en el primer artista en ser firmado por una disquera internacional, Warner Music México, con el fin de darle un impulso a su carrera, pues sus colaboraciones a través de la iniciativa “Ñero Sessions” acumulan más de 1.5 millones de oyentes mensuales.
Consciente de su alcance, el pasado 5 de mayo de 2024, Alu Mix lanzó un concurso a través de Tik Tok donde pidió a sus seguidores que usaran el audio del video para mostrar su talento; el ganador podría grabar con él la “Ñero Session 12”. Así, el pasado 5 de junio, lanzó en su canal de YouTube esta sesión realizada en colaboración con los cuatro ganadores: Nayar, Barajas Day Time, El Lyric Boy e Ivy Wavy. Talento recién salido del barrio.
“Desde mi punto de vista, de ahí (del barrio) sale más talento que de un chingo de otros lados. Sí, la carencia genera habilidad. Y no hablo solo de carencia económica, a veces hay muchas cosas a las que no tienes posibilidad por la zona en la que te desenvuelves. Pero eso nunca ha sido una debilidad para nadie de nosotros”, señaló en entrevista Jae S, responsable junto con Alu Mix de la “Ñero Session 1”. “El barrio te apoya y el barrio es el único que te respalda cuando sales de ahí. Hay una frase que dice: “Nunca tumbes el puente que cruces por si te toca regresar”. Sí, siempre mantente así. El perreo es lo que es hoy gracias al barrio”, agregó.
Al respecto, Uriel Waizel, Lead Music Editor de Spotify México, señala que “en los últimos años ha surgido un renovado aprecio por el barrio mexicano” y que este ha sido parte del éxito del género junto con “la sinceridad y autenticidad de los artistas locales que conectan de forma natural con los jóvenes que buscan una representación más auténtica de su identidad y cultura”. Sin embargo, esta creciente inclusión que viene de ese nuevo “aprecio por el barrio” está marcada por el clasismo de un sector de la sociedad.
“La gente empezó a cambiar porque de pronto se puso de moda vestirse de ciertas formas que antes decían “¿cómo me voy a vestir así?” o “¿cómo voy a ir a un evento de este tipo?”. Ahora ves a la banda fresita diciendo “ah, vamos por unos azulitos”, antes ni madres”, dijo Skíper Mami, de las Ñero Sessions.
La escritora y activista Dahlia de la Cerda comparó la dinámica de la industria de la música con lo que ocurre en otras esferas de la cultura como la literatura y el cine.
“En el barrio hay gente que tiene un montón de sueños, que sueña con ser fotógrafos, escritores, dramaturgos, cineastas, pero no tienen los recursos materiales para hacerlo y eso es un impedimento. No basta con que sueñes porque el sueño se te esfuma de volada”, reflexionó la escritora de Desde los zulos.
A esta tercera ola de reguetón mexicano, Dahlia la considera no como una protesta, pero sí como un acto de resistencia; justo como la música que hacen los DJs y cantantes oriundos de Valle de Chalco, Nezahualcóyotl, Iztapalapa o Tlalnepantla.
“En las periferias siempre se ha usado mucho lo que tenemos a la mano para tratar de cumplir nuestros sueños. Muchas veces lo que tienen los chicos a la mano es una computadora que compraron en el tianguis, a veces de dudosa procedencia. Hay mucha piratería en la periferia”, agregó Dahlia.
Uzielito Mix, Pablito Mix y muchos más, los DJ’s y productores de “Reguetón Mexa” son el vivo ejemplo de cómo la música se volvió una forma de cumplir sueños; incluso si esto requiere aprender el oficio fuera de los espacios académicos y de forma autodidacta.
Y entre el billón de reproducciones, el millón de follows en Instagram o los “corazoncitos” en TikTok, el reguetón mexa también atraviesa la delgada línea entre la discriminación, el racismo y la exotización del barrio.
Así como sucedió con la cumbia, el mexicano pasó de “no soportar” este género a adoptarlo como identidad. Poco a poco, el reguetón mexicano está en una transición similar a la que ya vivieron también los corridos tumbados con la aceptación generalizada del ritmo.
Sin embargo, en este caso, el discurso de doble moral es un reto que los músicos, cantantes, DJs y productores deben sortear para poder “hacer mundial” el reguetón mexa.
“Al principio todo el mundo decía ‘no mames, ¿cómo te vas a juntar con esa banda?’ o ‘yo no voy para allá’. Invitabas a una peda y decían ‘no, yo no voy para allá’. Invitarlos al estudio era como ‘no güey, por ahí está bien culero’”, recuerda Jae S de las Ñero Sessions.
Y en pleno 2024, la percepción hacia la figura del “chacal” —arquetipo de hombre proveniente del barrio con aspecto rudo— y de la escena del reguetón cambió de forma radical.
“Ahora toda la bandita dice ‘qué pedo, ¿cuándo me invitas? ¿En qué lado van a cantar? Yo quiero ir’. Ahorita que está todo el pedo de la sesión, la bandita fresita te pone ‘güey, invítame a mí’. Se volvió como un dulce típico. Las morritas fresitas quieren un vato chacal”, bromea Jae S.
En este sentido, Dahlia compartió algunas de sus preocupaciones, pues al hablar de “chacales”, nos referimos a hombres marcados por la marginación, la precarización y la violencia. “De pronto la cosificación se va un poco a la romantización y tampoco se me hace tan chido en términos de seguridad para nosotras, ni en términos de salud mental para ellos. A nosotras no nos gusta que nos traten desde el sexismo y el machismo, pues tampoco a ellos deberíamos tratarlos de esa forma solo por satisfacción. No son tu juguete sexual”.
¿Hacia dónde va el reguetón mexicano?
Mientras que las reproducciones suben como la espuma y cada vez son más los espacios para el género, hay que reflexionar cuál será el rumbo de este género musical que, si bien surge como un subgénero, lleva una enorme carga identitaria 100% mexicana.
“Quien echa a perder la escena es la industria de la música, no los músicos y cantantes. Quienes los contrapuntean son estos monstruos de la industria con intereses económicos”, sugiere Dahlia de la Cerda.
DJ Sueño, Uzielito Mix, Jae S, Zkiper Mami y Jencko el Shinobi tienen algo claro: quieren seguir haciendo música. Desde sus diferentes trincheras, organizando eventos colaborativos, apoyando a nuevos talentos, impulsando nuevas producciones.
Pero en medio de este proceso, el reguetón mexicano debe hacer resistencia para no perder los elementos picarescos que conforman los sonidos básicos del género, las rimas, los elementos estéticos y principalmente, la colectividad del trabajo colectivo en el barrio.
“El sueño no es quedarse todos los días tocando en Valle de Chalco, sino ir a otros lugares a tocar. Creo que lo que tienen que hacer los artistas es poner más límites. Ellos deben entender que no les están haciendo un favor al llevarlos al circuito Roma y Condesa, sino que ellos están diversificando esos espacios, llevando su arte a lugares donde la gente no quiere ir a verlos. Si no te quieren ir a ver a Tlalnepantla, pues ve a Roma, Condesa. Pero cóbrales”, apuntó Dahlia de la Cerda.
En conjunto, artistas y público son quienes mantienen vigente la escena. Es importante valorar su trabajo y romper estereotipos, pues como dice Isaura Leonardo en el libro Vamos pal perreo: “El reguetón es brujería perseguida y estigmatizada que desata los demonios del cuerpo”. El reguetón somatiza una herida colonial, “desnuda prejuicios y ocultos deseos de limpieza social”.