El pasado 22 de marzo, Ely Guerra ofreció la última presentación de la gira «El Origen». Durante tres años, su estilo se volvió más austero: piano, voz y un equipo de músicos con los que la cantante regiomontana ha trabajado durante 18 años. En este contexto, platicamos con Ely sobre su búsqueda creativa y su próximo lanzamiento discográfico. Todo parece indicar, además, que el nuevo disco de Ely Guerra será muy distinto a lo que hemos escuchado antes.
¿Cómo has logrado permanecer en la escena musical durante 20 años?
Lo que ha perdurado es que la música es mi camino; es lo que debo hacer y construir, la manera en que crezco como ser humano y aporto a mi comunidad. A lo largo del tiempo, he podido ver cómo mi voz ha sido una interrogante para muchos y un deleite para otros. Sin embargo, hasta que me di cuenta de que es un instrumento poderoso, al que debo venerar, educar y respetar, comprendí que lo que me importa ya no es una fórmula del éxito, sino mi crecimiento como ser humano. El respeto a la música me ha permitido prevalecer.
¿Crees que el contacto con el arte humaniza a la gente?
Te hace más sensible y te permite entrar a un canal más profundo. En un mundo como el actual es muy sencillo venerar lo superficial, lo ficticio, la inmediatez (el mejor ejemplo son las redes sociales) y todo aquello que nos agrada a primera vista. La inmediatez y la cuestión masiva se pueden convertir en algo muy poco delicado. Pero cuando prestas atención y decides convertir algo común en sagrado, te permites ver a profundidad. Si elevas tu espíritu, por ende, elevas tu mente y le ofreces otra exigencia: una apertura a la diversidad, que te permite elegir mejor y oír otro tipo de música (y no sólo la que escuchan tus amigos o aquella a la que te persuade la radio). El discernimiento parece jugar a favor del propio cultivo y la oportunidad de ser alguien mejor. La principal misión del artista es generar un cambio en el espectador.
¿La inmediatez provoca que los músicos nuevos no profundicen en su oficio?
La inmediatez hace que el músico se preocupe por hacer las cosas rápido. Ahora la creatividad está expuesta a un tiempo límite; los jóvenes escuchan una canción 20 segundos, y si no les gusta la desechan. La creatividad está convirtiéndose en un producto publicitario. Para mí es un tema delicado porque no quiero sonar como una resentida, y mucho menos como alguien que critica al gremio que tanto admiro y quiero, pero me asusta que la inmediatez construya fórmulas en las que la creatividad se supedita al comercio y a un sistema de valores basado en un índice de venta.
¿Cómo has cambiado a nivel musical desde el inicio de tu carrera y hasta el presente?
Estrictamente he estado 31 años involucrada en la industria de la música profesional. Desde los 15 años trabajé para mucha gente; si a eso le sumamos el esfuerzo de buscar las oportunidades, podría decirse que en las últimas tres décadas sólo me he dedicado a trabajar. Desde el primer día y hasta este momento ha habido muchos cambios, pero mi búsqueda sigue siendo la misma. Nunca tuve una doble intención, como ser famosa, próspera o comprar carros de último modelo; mi búsqueda siempre fue explicar quién soy a través de la música.
He tenido la gran fortuna de descubrirme a través de la música. Mis canciones me explican cada etapa que he vivido como mujer. Puedo subirme al escenario y cantar canciones que escribí a los 12 años sin sentirme ridícula o estúpida. Confío de manera absoluta en mi historia.
¿Cómo te alimentas de la música?
Contrario a lo que se podría pensar, necesito mucho del silencio. La música significa para mí una inestabilidad. No sé si sea algo neuronal. Todas mis parejas han sido artistas, por lo que he podido observar de manera íntima y puntual a personas que experimentan la música de una manera voraz.
¿Qué puedes adelantar sobre tu nuevo disco?
Pretendo que se lance en algún momento del segundo semestre de este año. Aún no hay una fecha segura. Es un disco muy emocional, como todos. Llevo cinco años trabajando en él y hemos respetado los procesos creativos, por lo que apresurar su publicación sería un error. Durante todo este tiempo estuve sola en casa, produciendo y trabajando en el álbum; no tuve compañía de ningún tipo.
En este trabajo rescato una parte vocal que quería explorar. Además, está escrito en español, inglés y portugués. El ingeniero de mezcla, Frank Filipetti, lo considera uno de mis mayores riesgos creativos. Sus palabras fueron: «es un salto al vacío».
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¿Ya estás listo para el nuevo disco de Ely Guerra?
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