Debo comenzar esta reseña diciendo que soy fan de Muse desde hace casi una década. Bueno, la verdad es que, hasta ayer, medio fan; de hecho, cuando los conocí no me gustaban mucho, y con los años sus rolas se convirtieron en gusto adquirido. Pero, más allá de mi fanatismo, trataré de ser objetivo, y, por tanto, comenzaré la reseña con una frase perfectamente fundamentada: Muse será recordado como uno de los mejores tres conciertos de esta década, que apenas empieza.
Detractores, esperen. Si no estuvieron en el concierto de anoche, seguramente pondrán en severo juicio lo que acabo de escribir, y está bien. Pero lean y verán. Vayamos al principio: el Foro estaba lleno por completo. Estoy seguro que ni siquiera Radiohead llenó así (quizá Shakira sí, pero no nos metamos en eso), y puedo asegurar que no había nadie que no se supiera por lo menos la mitad del setlist; eso, para una banda que todavía se considera “menor” es bastante: dejar con la boca abierta (literal) a más de 50mil personas en más de cinco canciones.
Al tipo no se le fue una sola nota. No desafinó nunca (incluso, por momentos, pareció playback)
Así que la gente estaba por completo sumida en el fenómeno Muse. ¿Y por qué? Bueno: resulta que todos intuíamos que Matt Bellamy (el vocalista, guitarrista y pianista del grupo) es un virtuoso, pero anoche lo comprobamos. Al tipo no se le fue una sola nota. No desafinó nunca (incluso, por momentos, pareció playback). Sacó por lo menos dos instrumentos de su propia invención (su famosa guitarra con chaos pad y un teclado de mano con brazo de guitarra incluido), se sentó al piano y, aunque nunca hizo demasiado alarde de ser rockstar (nunca exageró, nunca se dio su taco: salió a tocar a la perfección), prendió al público como pocos lo han hecho en el foro. Ni hablar de los juegos de luces y lasers, las imágenes proyectadas detrás de la banda: el escenario perfecto para la euforia cuando en “Starlight” miles de brazos se levantaron, cantando al unísono a tal grado, que la voz de Bellamy se opacó. Y eso no es poca cosa.
Pero si el virtuosismo de Matt lo teníamos claro, la sorpresa fue la calidad en vivo de los otros dos, Dominic Howard (en la batería) y Christopher Wolstenholme (en el bajo). Otro par de virtuosos, por quienes los gritos se incrementaban con el correr del concierto. Al final, por lo menos donde yo estaba, Wolstenholme tenía más fans que Bellamy. Y, de nuevo, eso no es poca cosa.
Quienes conozcan a Muse, sabrán que el sentido del humor es parte fundamental de la banda (y eso aunque todo mundo diga que su música es depresiva: en realidad, se están mofando de eso). Eso quedó claro en dos ocasiones ayer. La primera: entre dos rolas, Matt dijo: “wait: twitter time” (“esperen: momento de twitear”): hizo una foto del público desde su perspectiva y de inmediato la subió al twitter de la banda. Segundo momento: en el encore, Matt salió con una bandera de México a modo de capa; en la franja blanca, rodeando al escudo, decía “Muse: The Resistance”. Excelente cerecita en el pastel.
Pero bueno, decíamos que seré objetivo. ¿Qué tuvo de malo el concierto? Muchos dirán que el concierto estuvo demasiado enfocado al nuevo disco (que, por cierto, no ha sido tan bien recibido). Eso es cierto, pero tampoco estuvo tan mal: en mi caso, descubrí canciones de las que me enamoré (no todo es “Time is running out” y “Starlight”). Segunda cosa: me pesa decirlo (el apoyo a las bandas nacionales y eso), pero Rey Pila, el abridor. De acuerdo: es un paquete pesado abrirle a Muse. Pero no dio. ¿De verdad esta banda era la mejor opción para abrirle a los de Devon? No lo sé. Para mí, fue una de dos cosas: o la calidad de la banda no es tan buena, o el tamaño del escenario se impuso.
Yo, como dije, soy fan desde hace mucho, así que es obvio que al salir del concierto yo estaba listo para no escuchar otra cosa que no fuera Muse de aquí a la eternidad. Pero hablando con gente que fue sin ser fan, el fenómeno fue común (y que conste que soy objetivo): todos, fans y no fans, salieron diciendo que Muse es la mejor banda de la década pasada. Y eso, por supuesto, no es poca cosa.
SETLIST
- Uprising
- Resistance
- New Born
- Map Of The Problematique
- Supermassive Black
- Interlude
- Hysteria
- MK Ultra
- Nishe
- United States Of Eurasia
- Feeling Good (cover)
- Helsinki Jam
- Undisclosed Desires
- Starlight
- Unnatural Selection
- Time Is Running Out
- Plug In Baby
Encore:
- Exogenesis: Symphony Part 1 (Overture)
- Stockholm Syndrome
- Knights Of Cydonia