El 19 de julio 2024, Vivir Quintana nos regaló la rola “Mi casita”, un corrido mexicano acompañado de una lírica narrativa y un video musical que cuentan la historia de muchas mujeres que sobrevivieron a la violencia de género pero fueron castigadas por ello ante la ley.
¿Por qué una activista como Vivir Quintana tomó como inspiración el corrido para difundir una injusticia social? Bueno, quizá podamos reflexionar sobre esto si ahondamos un poco en la tradición del mexicana y comprendemos el acto de resignificar como modo de protesta y lucha. Acompáñanos a descubrir que tenemos que aprender de “Mi casita”.
Una tradición oral
Actualmente, si buscamos en YouTube la palabra “corrido” encontramos varias canciones que van desde el de la Revolución con la clásica “Adelita”, hasta llegar a los corridos tumbados de moda. Bueno, la realidad es que el género musical es mucho más que hablar de ciertos estereotipos y remitir al norte del país.
El corrido inició durante la Revolución como una expresión de la tradición oral, es decir, una forma de contar historias y transmitir la memoria en la sociedad. Después, evolucionó hasta llegar a manifestaciones conocidísimas como los narcocorridos y el corrido tumbado, pero siempre mantuvo esa narrativa para contar historias, ya sea de capos, mal de amores, hombres que superaron la pobreza fuera de la ley, etcétera. Sin embargo, la presencia de la mujer dentro de estas letras es en alusiones principalmente machistas y misóginas.
Por ejemplo, algunos clásicos que cantamos durante las noches de borrachera y despecho califican a la mujer como una cualquiera de la que se vengarán o no vale nada como “En tu perra vida”, mientras que otras invitan a castigar físicamente a la mujer y hasta desaparecerla como en “El carrito” y “Unas nalgadas”, entre muchas más.
Por supuesto que esas letras no son exclusivas de este género musical, pues desde el rock hasta la balada, pasando por el reguetón, hay canciones con letras misóginas y violentas; pero hay algo significativo en el uso del corrido para una canción de protesta: el claro arraigo en la tradición cultural mexicana.
Todos crecimos escuchando banda y corrido. Lo que logra Vivir Quintana es aprovechar la tradición y, sin destruirla o denigrarla, la resignifica para protestar y contar la historia de una injusticia: el de las mujeres presas por defenderse de su agresor, otro engranaje de la violencia de género.
“Es la prisión mi casita”, la lucha y resistencia a través del arte
Así comienza una de las estrofas de “Mi casita” de Vivir Quintana. Cuando hablamos de resignificación, la palabra se refiere a otorgar un nuevo significado o cambiar el sentido e interpretación de un contexto y significado. ¿Qué ocurre con este corrido? Cambia el sentido de interpretación de la mujer dentro de la narrativa del corrido y banda mexicana.
El personaje principal de “Mi casita” es una mujer que cayó presa al defenderse de su agresor y causarle la muerte. “Me traicionó la justicia… a mí me dio una condena por defenderme con fuerza”, relata la canción; sin embargo, la historia de injusticia tiene un remanso de felicidad: “ahora me paso la vida con una nueva familia”, relatando que dentro de la prisión, su nueva casita, encontró la sororidad entre las otras presas y víctimas de violencia de género.
Ya no es una mujer odiada, una “Belleza de cantina” o una reina del narco. Ahora es una sobreviviente, un hogar y una denuncia social. En su perfil de Facebook, Vivir Quintana muestra que esta letra nace a partir de varios encabezados y noticias de mujeres que fueron condenadas por asesinar a su violador, sin el amparo por haber sido víctimas, muestra de que el activismo social de la cantautora va más allá de “Canción sin miedo”.
El nuevo corrido “Mi casita” regresa a las raíces narrativas del corrido y resignifica la figura de la mujer dentro del género, al mismo tiempo que es una canción de protesta con un videclip profundo, protagonizado por la actriz Mabel Cadena. ¿Qué te pareció?
