Efímera y frustrante, comocasi por definición es la belleza, la carrera de Amy Winehouse terminó para darpaso a una leyenda. De ésta, sin embargo, se puede predecir poco: Amy quizá sesume próximamente a la lista de las divas que hicieron de la habilidad paracantar un salvoconducto hacia la permanencia en la memoria colectiva… o no:tal vez en un lustro sólo unos cuantos la recordarán. Su convocatoria mediáticatiene mucha responsabilidad.
La cantante británicavivió en una época en donde los medios se sienten en su elemento cuando hay ungran escándalo acompañado de una historia y se muestran menos cómodos congrandes historias acompañadas de poco o nada de escándalo. Esto ha quedadoclaro con el manejo de la información sobre las causas del deceso. Muchoshubieran preferido que se confirmara, al menos, una sobredosis deestupefacientes para gritar a los cuatro vientos cuánta razón tuvieron desde elprincipio. La práctica de leer la última pagina de una novela para pasar porgente bien informada sigue tomando por sorpresa a muchos.
Winehouse, de entrada, llenaba varios huecos no sólo musicales, sino emocionales
Pero ¿dónde están lasrazones por las que Amy sorprendía a los críticos musicales y hechizaba aalgunas audiencias (sin descontar que otras simplemente no la entendían y poreso la ignoraban)? Quizá eso valga más ahora, por lo menos para quienes no hanpodido entender la relevancia que tuvo en algunos círculos su fallecimiento.
Winehouse, de entrada,llenaba varios huecos no sólo musicales, sino emocionales: desde hace tiempo nose veía a una cantante mal portada, de esas que encarnan el espíritu de larebeldía. Teníamos, sí, glam girls que bien podrían entrar en la categoría delas berrinchudas; hay otras que más bien parecen criminales potenciales.Incluso había gente como Lindsay Lohan que se acercó, pero nadie con el exultantetalento de Amy, cuyos desplantes no eran parte de una campaña de mercadotecnia,como sucede con otras que ni siquiera vale la pena mencionar: increpar a Bonoen una entrega de premios, ser filmada fumando crack, apariciones públicas enestado inconcebiblemente penoso y todo, todo, con una música de fondo cantadapor ella misma.
CONTINÚA…