Este año además de buenas películas hubo excelentes soundtracks, unos fueron muy populares y otros quizás pasaron por alto, pero nos regalaron música original o compilados que tendremos metidos en el tímpano un rato.

Ooga chaka, ooga ooga; ooga chaka, ooga ooga. No había mejor manera de empezar. James Gunn le presentó a las nuevas generaciones algunos clásicos pegajosos que sacó del coma. Te lo hechas de principio a fin y se te va como agua porque pasas de David Bowie a los Jackson 5 y Tammi Terrell. Ideal para levantar el ánimo, sobre todo si recuerdas al retoño de Groot bailando. Y, dato curioso: Disney sacó a la venta el soundtrack en cassette en edición limitada.

 

 

Aquí tienes material para dedicar o simplemente para ponerte a cantar. La animación de Jorge Gutiérrez está repleta de buenas canciones y uno que otro cover, la mayoría en voz del mismísimo Diego Luna, a quien escuchamos en temas como “Creep” de Radiohead (canción que le negaron a Guillermo del Toro para Hellboy), Te amo y más y The apology song, una de las más emotivas. Además, el soundtrack cuenta con la participación de Placido domingo y los comediantes Gabriel Iglesias y Cheech Marin, e incluye rolas de Café Tacvba, Kinky, Thirty Seconds to Mars y más.

 

Rompiendo Límites

 

Va más allá de contarnos una historia devastadora que no te sacudes tan fácilmente (su lección es que el amor no todo lo puede), pues su música es deliciosa: las rolas son de bluegrass, subgénero del country, y la banda que ves en la película toca en verdad.

 

 

En el historial fílmico de John Carney está Once, una película independiente en donde utilizó música original. Después de contar con ese antecedente, pudo hacerse de un elenco choncho para Empezar otra vez: Marc Ruffalo interpreta a un productor desempleado que descubre al personaje de Keira Knaghtley, quien demostró que puede cantar decentemente, y para darle un poco más de fundamento a la parte musical, también sale Adam Levine, vocalista de Maroon 5, como un cantante; y vemos a Cee-Lo Green por momentos. Las notas aquí están más inclinadas a un pop.

 

 

Ahora que si lo que quieres es escuchar la música hecha expresamente para una película, Hans Zimmer es un experto en el tema y su composición para la última película de Christopher Nolan no puede pasar desapercibida.

 

 

Antonio Sánchez se encargó de musicalizar la película de Alejandro González Iñárritu con su batería a ritmo de un jazz desenfrenado, perfecto para acompañar el desgaste emocional no sólo de Riggan Thomson (Michael Keaton), sino de todo lo que sucede en torno a él y su obra de teatro.

 

Sin el talento de Sánchez difícilmente se habría logrado el mismo impacto. Lo mejor, el score es tan bueno que puedes ponerla de principio a fin casi para cualquier ocasión. Aunque la Academia decidió no incluir el trabajo de Antonio Sánchez entre los posibles candidatos para competir por un Oscar por incluir piezas de Rochamanoff y Tchaikovsky (lee aquí por qué), sí consiguió nominación en los Golden Globes.