Son dos músicos que se han convertido en protagonistas, dos que de estar en la oscuridad pasaron a los reflectores, y a cantar. Son músicos a los que toda la vida les habían colgado y afinado su guitarra, y que ahora deben cuidar su garganta. Se trata de Antonio y Pancho, los músicos de Joaquín Sabina que idearon aquello de las “Noches Sabineras“, un espectáculo sobre Sabina, pero sin él. Una especie de homenaje y –a la vez– un reclamo: “Usamos su nombre sin pretender hacer un uso demasiado malévolo o demasiado interesado, porque las canciones también son nuestras y algo de eso nos toca“.
Antes de sus presentaciones en el Lunario hablamos con Pancho Varona y Antonio García de Diego sobre Sabina, música, romance y Sabina…
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¿Cómo les va sin Sabina?
Antonio: La verdad, bastante bien. Nos gusta mucho lo que hacemos, cantar de manera muy íntima y muy pequeñita para que la gente participe. Nos sentimos muy cómodos de cantarle al oído y que luego suba al escenario a acompañarnos. Como la mayoría de las canciones son nuestras, nos sentimos haciendo algo de lo que somos artífices.
¿Qué es lo más difícil de trabajar con él?
A: Joaquín tiene algo de indisciplinado y loco. Él vive a su ritmo y uno tiene que acomodarse. Él hace sus letras y nos las pasa o lo hacemos conjuntamente; pero a nivel de escenario todo sale muy bien. Realmente no hay nada difícil, exceptuando esa cosa de la disciplina que parece que a Joaquín le cuesta un poquito.
El nombre de Sabina está implícito en lo que hacemos, así como nosotros estamos implícitos en Sabina.
¿Y qué es lo más difícil de trabajar sin él?
A: Todo, porque realmente es el motor de nuestra carrera. Tanto Pancho como yo llevamos tanto tiempo trabajando con él que vivimos un poco para él. Cuando Joaquín tuvo el problema de la isquemia cerebral, andábamos haciendo cosas, pero trabajábamos porque debíamos hacerlo. Lo bueno de trabajar con Joaquín es que te lo crees todo mucho. El plus es que hay muchísima emoción.
¿Qué son Noches Sabineras?
– Dos guitarras.
– Un pianito.
– Pancho y Antonio cantando algunas canciones.
– La gente que sube a cantar.
– Contar tonterías y anécdotas: Cómo era una canción al principio y cómo fue después…, cómo se llamaba al principio…
– Cantamos ocho temas cada uno, más cuatro o cinco que hace la gente.
Pancho conoció a Joaquín Sabina…
…Hace 29 años. Yo era fan suyo, iba a verle a La Mandrágora, un bar pequeñito en Madrid donde tocaba para 50 personas. Diario iban a verle y terminé haciéndome su amigo, porque me pedía cigarrillos al final. Él quería hacer una presentación en un teatro de Madrid y le hacía falta un guitarrista y yo dije: “Yo me las sé todas…”
Antonio conoció a Joaquín…
…Hace más de 25 años, Joaquín andaba detrás mío para que le produjese un disco. Estaba en México y a mí me daba pánico porque él ya se estaba haciéndose de su nombre. Luego tuvimos reuniones en Madrid y terminó convenciéndome. Yo llevaba tocando 10 años con Miguel Ríos, Victor Manuel y Ana Belén; al final me di cuenta de que Joaquín era con quien quería estar y con quien debía estar. Lo difícil fue tener que separarme de ellos, porque era elegir entre dos familias, me costó mucho y fue doloroso.
Sus canciones favoritas
Y sin embargo.
Contigo.
Corre dijo la tortuga.
Canción de cuna de la noche y los tejados.
¿Cómo crean una canción?
A: Nosotros nos conocemos demasiado. Obviamente Joaquín escribe las canciones; la letra y la idea parten de él. Las canciones tienen una atmósfera y eso tiene imágenes y eso te lleva a musicalizarla. A veces, también, estamos con la guitarra sentados, titubeando juntos y sale la canción. No hay una fórmula mágica sino que va surgiendo, uno se va sumando al otro y creo que elegimos lo mejor.
¿Creen que una canción siempre tiene posibilidades?
A: Sí, absolutamente. Aunque también creo que hay canciones rotundas; incluso, en el repertorio de Joaquín, escucho “Peces de ciudad” y me parece que es la perfección. Esa conjunción de texto y música creo que es perfecta. Hay canciones que son redondas, pero no de redondez estética, sino emocional y sonora. No todas; también hay canciones a las que se les puede dar una ligera vuelta, incluso una vuelta completa. Hay canciones de Joaquín que en otro momento eran otras. “Contigo” empezó con la música de una canción que se llamaba “Es mentira”, imagínate si le hemos dado vuelta a esa canción. Creo que, al final, de darle vueltas y vueltas encontramos lo mejor.
El Sabinerismo es Sabina y sus canciones. A él le gusta que hagamos esto, le divierte.
¿Cómo se les ocurrió crear Noches Sabineras?
Pancho: Porque es muy bonito poder seguir viajando y que aunque la banda se haya ido a Madrid, nosotros nos podamos quedar aquí cantando las canciones de forma diferente a como las escucha la gente en el Auditorio; en un espacio mucho más pequeñito. Además, son nuestras canciones también y nos apetece enseñarlas desde otro punto de vista.
¿Hay algún momento en el que el vocal se vuelve más importante que la música, los músicos, la letra o la canción misma?
A: En el caso de Joaquín, sí. Es que el intérprete es el que se lleva todos los focos. Pero en el caso de un creador como Joaquín, él es tan grande que lo hace todo: compone, canta y lo que desprende él como persona, la complicidad que crea.
¿La gente ha caído en un romanticismo fácil?
A: No te puedo hablar mucho de lo que se oye ahora porque no es música que yo escucho. Pero seguramente el romanticismo fácil es un sitio en el que es muy fácil caer.
P: Es cierto que no le damos bola a lo que está ocurriendo. Yo ni me entero. No por no quedarme a ver sino porque no me interesa. Si hubiera cosas que me interesasen, probablemente seguiría oyendo lo que se hace hoy. Pero lo que veo no me llama. Reconozco que hay mucho movimiento, que se da mucho valor a la coreografía. Cosas que hace veintitantos años no existían. Antes te sentabas a escuchar la canción y el mensaje. Ahora todo es cine, ahora es un poco Disney; es imagen y color.
Salvo que hay gente por ahí que hace cosas interesantes y está inovando, como Bon Iver y John Mayer. Además, nos confesaron que siguen escuchando a Neal Crimson, Rolling Stones, Creedence, Leonard Cohen y Tom Waits. Y que de los nuevos se han colado por ahí Vetusta Morla, Pereza, Quique González, Julieta Venegas, Natalia Lafourcade y Zoé)
Aquí eres tú el que da la cara y eso te hace sentir un vértigo especial.
¿Les interesaría intentar una carrera en solitario?
Cada uno sabe lo que tiene que hacer y lo que sabe hacer, sabe en dónde quiere estar y lo que le conviene. Y nosotros elegimos que queremos estar ahí.
Reflexión póstuma sobre Joaquín Sabina…
“Joaquín es un tipo muy versátil, hace composiciones que pueden ir desde un corrido hasta una rumba medio flamenca o una balada dylaniana; es mucho más diverso que otros cantautores que conozco. No es un cantautor, no es un rockero, no es un melódico. Joaquín es un cantante de los 90, que ha sido el momento en el que España ha hecho su mejor música. Las canciones son eternas y la gente sigue siendo eterna. En España no hay sustitutos de él, los que vienen detrás están a la mitad”.