Foster the people: ¿salvados del one hit wonder?

Si no tenían noticias de Foster the People desde que en 2010 prácticamente todos nos supiéramos -aunque sea silbadita- su canción “Pumped Up Kicks”, no se preocupen, siguen vivitos y coleando. Aunado a eso, ya poseen una legión de…

Si no tenían noticias de Foster the People desde que en 2010 prácticamente todos nos supiéramos -aunque sea silbadita- su canción “Pumped Up Kicks”, no se preocupen, siguen vivitos y coleando.

Aunado a eso, ya poseen una legión de seguidores en México, mismos que ayer, aunque no llenaron el Pepsi Center, sí nos demostraron a quienes les habíamos perdido la pista o los calificábamos como banda one hit wonder que los californianos todavía tienen mucha música que ofrecer.

En el público había de todo: señores que se veían recién salidos de la oficina –con corbata holgada y todo-, veinteañeros que ya desde las ocho tenían hasta cinco vasos apilados de chela en la mano, chicas que iban en grupo y les chiflaban y gritaban a Mark Foster, Mark Pontius y compañía -como si fueran las groupies más entregadas del mundo- y hasta mirreyes (sí, todavía existen) que se sabían todas las canciones.

Fue a las 21:19 que el concierto inició tras la presentación de dos grupos abridores. Y a pesar de fallas de audio que provocaban que la voz de Foster en ocasiones se perdiera, los asistentes identificaron desde el inicio “A beginner´s guide to destroying the moon”, seguida de “Waste”, “Helena Beat”, “Life on the Nickel” y “Houdini”, que fueron las que más prendieron.

A la mitad del concierto Mark Foster se aventó un discurso contra Donald Trump que, según mi mejor traducción, estuvo así: “Debemos volver a la época donde el punk rock se usaba para pelear, sobre todo en este momento donde pasan tantas cosas injustas. Nosotros creemos en romper paredes. Y yo no creo que Trump sea presidente por mucho tiempo”.

Obviamente la gente aplaudió las palabras del vocalista y, tras otro breve set musical, a las 22:25 horas sonó al fin “Pumped Up Kicks” y… no se hagan, si estuvieron ahí saben que sí fue la más coreada, la más bailada y la que al final la mayoría de la audiencia quería escuchar, porque en cuanto acabó, como la mitad de los asistentes agarraron sus cositas y se salieron del concierto. Así nada más, sin pedir encore o esperar a ver si el grupo regresaba.

Pero sí lo hicieron, y no sólo tocaron una versión acústica de “Fire Escape”, sino que dieron una probada de su nueva música (lo último salió en 2014), sumando así casi una hora y media de concierto de ese rock indie que los caracteriza. Y aunque tal vez ya no les dé espacio en la programación de Toño Esquinca como aquel gran éxito, sí les permite evolucionar como banda sin quedarse en el pasado.

Chilango Menú Footer Chilango recomienda