Nicola Cruz y su fusión de electrónica con música de los Andes

Más allá de Depeche Mode, la música electrónica tiene distintas vertientes y exponentes, uno de ellos es Nicola Cruz, un músico que nació en Francia, pero vive en Quito, Ecuador —sus padres son de este país—. Él es una…

Más allá de Depeche Mode, la música electrónica tiene distintas vertientes y exponentes, uno de ellos es Nicola Cruz, un músico que nació en Francia, pero vive en Quito, Ecuador —sus padres son de este país—. Él es una de las letras chiquitas del festival Trópico 2018 a quien le debes poner atención. Checa esta entrevista con Nicola Cruz sobre su música y su nuevo disco.

Mira esta entrevista con Nicola Cruz

Siku es el nuevo álbum de Nicola y de ahí se desprende “Arka”, su primer sencillo. El músico se encuentra de gira promocionando este trabajo: además de Trópico, forma parte de otros festivales, como Mutek en Japón.

https://www.facebook.com/tropicomx/photos/a.602202086499505/2165724613480570/?type=3&theater

El disco sale el 25 de enero y, para Nicola, es una continuación de Prender el alma, su primer material. Es parte “de lo que he venido explorando, por dónde he viajado y mis inquietudes como compositor”, cuenta.

Las canciones fueron grabadas en distintos países, como Portugal y Brasil; incluso, “Arka” fue hecha en las cuevas del volcán Ilaló, que está en la cordillera de los Andes, en Ecuador con el músico Esteban Valdivia.

“Ha sido un álbum un poco nómada o inspirado en varios viajes y también con mucha colaboración. De alguna manera ese es el concepto del disco, que se llama Siku, que significa tocar en par; es una manera de tocar en la tradición de la cultura andina. Está inspirado en esa idea de que no solo soy yo, hay mucha gente detrás que son músicos que admiro. Diría que el disco casi suena a banda”, dice Nicola.

Ver publicación en Instagram

¿Con quiénes trabajaste para este nuevo material? 

He ido trabajando el disco con gente con la que me siento muy afín y compartimos ideas y visión, aparte de tener a los músicos con los que siempre trabajo aquí en Quito, donde vivo, hay otros músicos que he encontrado sobre el camino y sentimos la necesidad de hacer una composición juntos y otros amigos con quienes he experimentado desde siempre y nos sentamos en el estudio a botar ideas.

Te presentaste este año en el Vive Latino y ahora estarás en Trópico, son festivales muy distintos… 

Cada uno de mis shows es diferente, nunca repito el mismo set. No tengo un set que se llame “2018” y toco lo mismo; me encanta incorporar las nuevas canciones que voy haciendo, veo cómo presentarlas. Trópico me gusta bastante, es un ambiente muy relajado por lo menos desde mi experiencia. Ahora sí estoy tocando bastantes cosas del nuevo álbum y otras que no han salido y no sé si salgan.

¿Por qué?

Muchas versiones las hago en vivo y no quedan grabadas. Son como canciones específicamente para los shows en vivo o reversiones. También pongo canciones de Prender el alma que no he tocado mucho.

Tocar en festivales como el Vive, que es un rollo más banda, es como un challenge para el performer electrónico que lo hace solo. En mi caso toco solo y te pones a pensar cómo rellenar el escenario, que se sienta vivo de sonido y todo.

¿De dónde surge la combinación de electrónica con sonidos de los Andes?

Tal vez lo que más se conoce de mi trabajo es esa fusión de sonidos de los Andes con música electrónica, pero en el caso de Siku es un poco más amplia la visión, no se queda esta combinación en Sudamérica, sino que se amplía un poco más con influencias de todos lados.

Siempre he hecho música y parte de mí siempre ha sido explorador en la cuestión sónica y acústica, creo que que buscándole por ahí… es como irte al laboratorio, probar cosas y de repente dar una especia de resultado. Así fue en este caso. De todos modos yo siento que la música electrónica es pura exploración y experimentación.

¿Cuál es el principal reto de hacer música electrónica en esta época? 

Hay un montón de propuestas y muchas de ellas me parecen también muy genéricas, hablando de la electrónica específicamente. Es como el rock de la época: como hay buenas cosas, hay malas propuestas. El reto es mantenerse sincero, honesto y no olvidar que no es una fórmula. La música no es una fórmula y no necesariamente se hace para venderla y comercializarla. Para mí la música no deja de ser algo que sale del interior o fluye por uno y uno es el transmisor, quien canaliza esto. Es difícil mantenerse sincero sobre todo con tanto distractor digital.

Chilango Menú Footer Chilango recomienda