The Dresden Dolls es un dúo originario de Boston que en los 2000 saltó a la fama gracias a su peculiar combinación de música de cabaret con rock y un toque punk. Gran parte de su reputación se formó alrededor de sus excéntricos shows en vivo, en los que su amor por la teatralidad se manifestaba.
El público de México se encontró por primera vez con el dúo en el 2005, cuando visitaron el DF para abrir el concierto de Nine Inch Nails en el Palacio de los Deportes. Ahora, seis años después, el grupo vuelve a la ciudad para ofrecer su único show del año el 9 de diciembre en el Teatro Fru Fru.
Platicamos con Amanda Palmer, pianista y vocalista del grupo, sobre su visita y nos dijo lo siguiente:
Para dejar las cosas claras, hay una leyenda urbana que dice que te cambiaste legalmente el nombre a Amanda Fucking Palmer, ¿es cierto?
(Risas) No, no es cierto, pero lo que nadie sabe es que sí me cambié el nombre legalmente el año pasado. Lo cambié cuando me casé, ahora me llamo Amanda MacKinnon Gaiman Palmer, pero nunca uso el nombre de en medio. Agregué el apellido de mi esposo a mi nombre.
La otra cosa que nadie sabe es que él también se cambió el nombre y agregó uno de mis apellidos a su nombre, ahora es: Neil Richard MacKinnon Gaiman (Autor de novelas como Stardust y Coraline).
The Dresden Dolls tomó un descanso de dos años y cada quien hizo diferentes cosas. ¿Cómo fue la reunión?, ¿algo cambió?
Pues nos reunimos después de que tomamos un descanso por mi álbum solista, y decidimos hacer una gira por Estados Unidos. Amamos con pasión tocar juntos y estar de gira, pero para mí es como un trago muy fuerte o un postre muy dulce, no puedo hacerlo con todas mis comidas (Risas).
Entonces, ¿no hay música nueva planeada?, ¿tarde o temprano veremos otro disco de la banda?
Es muy probable, pero no creo que sea pronto. Estoy planeando otro disco solista para la primavera y eso por lo menos me tomará otro año. Así que si Brian y yo decidimos grabar nuevamente pasará mucho tiempo antes de que lo hagamos. Por favor no estén triste (risas).
La gira que hicieron el año pasado fue para celebrar el décimo aniversario de la banda, ¿por qué decidieron reunirse nuevamente para su gira por Australia y el concierto en México?
Pues siempre habíamos tenido ganas de volver a tocar en México desde que lo hicimos cuando le abrimos a Nine Inch Nails, pero había sido muy difícil de lograr y más sin disquera.
Siempre habíamos tenido ganas de regresar y aunque en el concierto de Nine Inch Nails fueron varios fans nuestros, no era un concierto de nosotros, no era un show de dos horas y media como solemos hacerlo. México siempre ha estado hasta arriba en nuestra lista de lugares para visitar cuando tuviéramos tiempo, y ahora pudimos hacerlo.
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Su concierto en el DF es el único que tienen programado para 2011, ¿han planeado algo especial?
(Risas) Tenemos toda una semana de ensayos antes del concierto de México. Quiero hablar con algunos fans mexicanos para saber si tienen alguna petición en especial, sobre todo sobre qué covers quieren escuchar. Cada que tocas en un país diferente tienes que pensar en los fans y qué cosas los harían felices.
¿Qué es lo que más te gusta de México?
El entusiasmo de la gente, hasta se siente por Internet. Los fans de México no son sutiles, ni tienen miedo de decirnos lo mucho que nos quieren. Me gusta mucho eso, me gusta la gente que se expresa con fuerza, sin reservas y apasionadamente y muchos de nuestros fans mexicanos son así. Muero por encontrarme con ellos de nuevo.
Claramente estás enamorada de tu ukulele dinos, ¿por qué es tan especial para ti?
(Risas) El ukulele me liberó. He sido pianista toda mi vida y tengo una relación muy difícil con el piano. Nunca he sabido leer música, nunca he sido buena tocando piezas clásicas y siempre me he sentido avergonzada de mi forma de tocar.
Cuando empecé con el ukulele fue una revelación porque me di cuenta que era muy fácil de tocar y no tenía una relación complicada con él. Es como si estuviera casada con el piano pero el ukulele es mi sensual amante con el que puedo verme en el bar una vez a la semana y tener sexo sin complicaciones. (Risas).
Hiciste un EP de covers a canciones de Radiohead con tu ukulele, ¿sabes si lo escucharon o si les gustaron?
(Risas) No sé de todos en Radiohead, pero conocí a Thom Yorke hace un mes en un bar de Nueva York, cuando acababan de tocar en Saturday Night Live; fui al bar de un hotel y completamente al azar me lo encontré ahí. Me presenté como la chica que hizo el disco de covers de Radiohead en el ukulele y me dijo que no sabía que existía pero que sonaba bien.
Ahí empezamos a hablar sobre ukuleles y cómo varios integrantes de Radiohead habían empezado a tocar el ukulele y estaban fascinados por él. Entonces pensé: Wow, es todo un Zeitgeist, todos se están enamorando de sus amantes sensuales.
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Ví que en tu blog subiste una gráfica en la cual dices que la mayor parte de tu tiempo la usas en tus tweets y en tu blog, ¿esto tiene impacto positivo o negativo en tu música?
Sí, no sé si es positivo o negativo, es algo en lo que paso mucho tiempo pensando. Muchas veces se siente mucho más gratificante escribir un post en un blog o conectarte con tus fans, que encerrarte en un cuarto solo a escribir música que nadie escuchará hasta dentro de unos meses, es mucho más satisfactorio. Eso lo hace una tentación constante, casi como una adicción, cada que tienes la opción entre escribir música y sentarte en la computadora, la segunda se ve bastante sabrosa.
Me preocupo por eso y definitivamente es un problema de disciplina que tengo. Y sé que muchos otros músicos lo tienen. Antes de tener una computadora no tenía ese problema, me aburría, acababa lo que tenía que hacer y ya. Ahora siempre hay algo que hacer.
¿Cuál crees que sea el futuro de la industria musical?
En realidad no tengo idea, pero te puedo contar mi fantasía: que los fans y los artistas podrán interactuar directamente entre ellos, con ayuda de plataformas y herramientas en internet y una que otra persona.
Pero las disqueras grandes –como las conocemos– desparecerán. Algunas se convertirán en agencias de marketing, otra desaparecerán por completo.
Los días de un niño de 14 años entrando a un Walmart a comprar un disco de Britney Spears se han acabado. Espero que el público empiece a asumir la responsabilidad de apoyar a los artistas que aman y los artistas lo harán posible. Espero ver muchas más donaciones directas, más crowdfunding como en Kickstarter, espero que la gente se acostumbre a la idea de que si quieren que el artista haga música necesitan pagar por ello.
Los artistas se acercarán a los fans para pedirles su apoyo para hacer discos y giras. Será una cuestión de educación: el público tendrá que aprender que no es gratis hacer música, si quieren música tendrán que darle dinero a los músicos que aman.
¿Dónde te ves en diez años?
Ahm, déjame ver, tendré 45 años… Espero ser dueña de un antro y no tener que usar otra cosa mas que un kimono y probablemente empezaré a fumar mucho (Risas).
¿Algo que quieras agregar?
Me gustaría alentar a los fans mexicanos que sigan mi cuenta de Twitter (@amandapalmer) para que estén al tanto de todas las cosas divertidas que haremos en la ciudad. Espero que me manden fotos, y que haya mucha comunicación a través de Twitter. También que se arreglen y disfracen para el show.
Es muy importante para nosotros que en el primer concierto veamos todo de lo que es capaz la gente. Entonces saquen sus vestidos, sus vestuarios más estrafalarios y elegantes, esos que nunca usan y, por supuesto, ¡sombreros! Los sombreros son fundamentales y cambian todo.
