Los músicos a los que he entrevistado recientemente coinciden en un movimiento involuntario. No se conocen entre sí, sus estilos son radicalmente distintos, no pertenecen a una misma generación, ni siquiera al mismo país, pero las características que comparten marcan tendencia. Todos son mayores de 35 años, todos han financiado sus discos más recientes y sostienen una relación mínima con sus respectivas compañías fonográficas, todos son instrumentistas solventes y compositores que caminan al margen de las modas, todos son a la vez músicos, promotores y productores ejecutivos.
Esto puede significar dos cosas, que yo debo ampliar el círculo de músicos que entrevisto o que la industria de verdad se está transformando… Conjeturas aparte, grupos como Eurídice confirman que las producciones musicales gestadas en la independencia se han profesionalizado y que la figura del “adulto” en el rock ha cambiado. Hace 15 años la mayoría de las grabaciones que no eran pagadas por una gran disquera evidenciaban su falta de recursos y los grupos nuevos formados por adultos eran excepcionales.
Los integrantes de Eurídice rondan los 40 años de edad, son respetados en sus oficios paralelos al grupo y acaban de grabar un disco que no envidia la sonoridad de ninguno. Javier Areán es el bajista, uno de los dos vocalistas del grupo y un talentoso y aplaudido artista plástico; Hari Sama se encarga de teclados, clarinete y voz, y es un prolífico y exitoso cineasta; Patricio Iglesias es un nombre que significa mucho para cualquiera que esté involucrado en el rock mexicano, fue baterista de Santa Sabina, considerado por muchos (incluyéndome) el mejor de una época; y Rodrigo de la Mora es guitarrista de Eurídice y un compositor y productor musical con larga trayectoria en los mundos de la publicidad, el teatro y el cine.
La presentación oficial de Entre el humo y las llamas, el disco debut de Eurídice, será este jueves 26 de marzo a las 9 de la noche en el escenario del Pasagüero (Motolinia 33, Centro Histórico). Ayer por la tarde platiqué con los cuatro previo a uno de sus últimos ensayos para ese concierto, pero antes de compartirles algunos retazos de nuestra charla les presento a esta nueva banda mexicana con la canción que abre su primer disco:
Rodrigo: El disco lo grabamos con el método de “live room”, es decir, los cuatro interpretando las partes básicas de nuestros instrumentos al mismo tiempo. Ese registro lo hicimos en cuatro días en los estudios Honky Tonk y después nos aventamos como semana y media de grabaciones complementarias en el estudio de Erick Espartacus, el productor.
Hari: A quien tenemos que darle el reconocimiento que se merece, porque en el proceso de preproducción nos empujó a sacar lo mejor de nosotros como instrumentistas y compositores. A diferencia de otros productores que hacen la chamba del grupo y hacen los arreglos del disco, él nos mandaba con tarea a nuestras casas para volver a trabajar las canciones.
Javier: Y en ese proceso previo a la grabación Erick nos ayudó a moldear nuestro sonido, trabajamos algunas maquetas en su estudio, nos pidió revisar las armonías, componer más canciones y ensayamos muchísimo con él antes de las sesiones en Honky Tonk.
Rodrigo: Lo mezclamos en semana y media con Erick y Dan Korneff en Nueva York y al final lo masterizamos en Londres en los estudios Abbey Road.
La narrativa de Eurídice va en su segundo capítulo. El proyecto nació en el otoño de 1990 como una inquietud adolescente de Hari y Javier (en ese entonces con el nombre de “La muerte de Eurídice”), un año después tocaron con Caifanes en Rockotitlán y para 1992 el grupo ya no existía. El impulso musical (natural) de Hari, se tradujo en la reencarnación de Eurídice en 2012. Hoy, con sólo una canción de su primera época (Aullidos), hablan orgullosos de su primer Lp.
Patricio: Este disco es nuestro primer experimento como Eurídice, y para mí, después de haber hecho varios discos en distintos lugares y en distintos momentos de mi vida, es un gran logro porque me sentí muy libre al momento de grabarlo. Yo siempre tuve angustia al momento de hacer discos, mucha presión, pero esta vez lo viví suelto y desenfrenado y esa sensación se plasmó en las canciones desde la batería.
Hari: En la mezcla, Dan Korneff elogió en varias ocasiones lo bien grabado que estaba el material, nos contó que él en la mayoría de las producciones destina un 70% del tiempo a corregir los errores de registro y que mezclando nuestro disco pudo dedicarse por completo a la creatividad. El resultado final a mí me conmueve a las lágrimas, la combinación de nuestros esfuerzos como músicos, de los recursos y las herramientas que tuvimos para grabarlo se tradujeron en algo muy chingón.
En un contexto desfavorable en apariencia, Eurídice ha demostrado que para iniciar una aventura en el rock no hay edades, que los esfuerzos musicales desde la independencia ya no son sinónimo de baja fidelidad y que las modas del billboard pueden ser fácilmente ignoradas.
Patricio: Como grupo, en vivo, cautivamos a la gente con nuestra música y esa es la mejor carta que tenemos. Todo lo demás, el contexto, la promoción, los contactos, el éxito, son algo relativo, son aviones que pasan muy arriba de mi cabeza. Lo único de lo que dependo es de la fuerza y emoción con que le pego a la batería y ese es el único modo en el que puedo conectar con el público.
Hari: Hace poco, en una de las funciones de mi película más reciente Despertar el polvo, lo primero que una chava me preguntó cuando le platiqué de este proyecto musical fue “¿pero cuántos años tienes?”. Porque muy pocos han entendido que esto no es un hobby, es una segunda profesión que estoy emprendiendo en mi edad adulta.
Javier: Hay muchos prejuicios personales y sociales y esos son el peor enemigo de la creatividad, pero la realidad es que uno puede hacer lo que quiera cuando quiera, siempre y cuando lo haga bien.
La profesionalización de los músicos independientes ha provocado que los sellos fonográficos trabajen cada vez menos. Con la producción ejecutiva de Hari, Eurídice financió la preproducción, grabación, mezcla, masterización y maquila de este disco (el sello sólo se encarga de distribuirlo y de apoyarlos con algo de promoción).
El tiempo y esfuerzo invertidos en el proceso son doblemente aplaudibles por la buena calidad de sus resultados. Entre el humo y las llamas, primer disco de Eurídice, está a la venta desde la semana pasada en ediciones físicas y digital, pueden escucharlo en Spotify o Deezer y en pocos días estrenarán el video de su primer sencillo. Sugiero que el jueves 26 de marzo los acompañen en la presentación oficial de este álbum, los he visto en vivo y puedo confirmar las palabras de Patricio Iglesias, sus mejores cartas las juegan sobre el escenario.
El concierto será en Pasagüero (Motolinia 33, Centro Histórico) a partir de las nueve de la noche. Entrada libre, buena música, antesala vacacional… no valen pretextos.