La última vez que vimos a Mötley Crüe fue un desastre absoluto que nos dejó con mal sabor de boca. Había sido una aburrida presentación que dejó al público abucheando, ahora fue todo lo contrario. Un set lleno de éxitos con una producción impecable. Lanzallamas, fuegos artificiales, buenos visuales y hasta guapísimas mujeres acróbatas semidesnudas que ya se han vuelto todo un clásico en las presentaciones de la banda.
Pero no sólo mejoraron en aspectos de producción, también musicalmente, los solos de todos los integrantes sonaron mucho más impresionantes (ahora sí hubo uno de Tommy Lee) y Vince Neil, que con todo y su pie roto, ofreció una mucho mejor actuación que el año pasado, donde parecía que en cualquier momento iba a caer rendido.
La audiencia claramente iba más por KISS que por Neil y compañía pero su entrega fue absoluta y corearon todos los éxitos, los fanáticos dentro de la audiencia, que eran minoría pero tampoco eran pocos, se encargaron de cantar a todo pulmón el resto. Todos los integrantes de la banda, salvo el enigmático Mick Mars se acercaron al micrófono para agradecer al público mexicano, incluyendo a Nikki Sixx que dijo que era el fin de su gira y habían dejado lo mejor para el final.
El combo del cierre con Dr. Feelgood, Girls, Girls Girls y Kickstart My Heart fue absolutamente perfecto, pero el punto cumbre de la presentación fue el solo de Tommy Lee. Una estructura circular estaba en el centro del escenario y durante todo el concierto sirvió como parte de la iluminación pero repentinamente se reveló que era un riel de montaña rusa sobre el cual la batería de Tommy Lee daba vueltas de 360° mientras tocaba. El público lo amó y se emocionaron todavía más cuando invitaron a una fan a subirse a la batería/montaña rusa.
El plato fuerte llegó muy tarde, casi hasta la media noche, pero el público no parecía haberse cansado por la espera, gritando, cantando y saltando desde el primer momento hasta el último. La entrada de KISS al escenario es la más extravagante y épica que se ha visto en un concierto. En medio de muchísimos fuegos artificiales la banda descendió al centro del escenario en una especie de elevador mientras interpretaban “Detroit Rock City”, lo cual desató la euforia dentro de los presentes.
De ahí en adelante siguió un set lleno de éxitos que encantó a los presentes, aunque la verdad la música pasaba a segundo término. Sí, se coreaban las canciones y todo mundo saltaba y aplaudía según comandaba la banda, pero era en los momentos de espectáculos donde la audiencia gritaba más. Gene Simmons tragó fuego de una espada durante Firehouse y minutos más tarde se aventó un gran solo de bajo al mismo tiempo que salía sangre de su boca y era elevado por un arnés hasta la cima del Foro Sol, donde podemos asegurar que pocas bandas han llegado.
Tommy y Eric sostuvieron una batalla de batería contra guitarra en Shock Me la cual los vio sacando chispas en todo el escenario y hasta una bazooka que lanzó un fuego artificial. Paul Stanely no se quedó atrás, y en Love Gun voló sobre toda la audiencia del foro para llegar a la consola (a una buena distancia del escenario) y aventarse un solo de guitarra. Todo lo anterior estuvo rodeado de una cantidad industrial de pirotecnia. Cualquier forma y color que se pudieran imaginar, salían de todas partes del escenario por cada rincón y en todas las canciones, era un deleite visual.
La primera parte del concierto cerró con una enérgica versión de Black Diamond y el grupo se despidió mientras sostenían una bandera de México con todas las fechas en las que habían visitado el país, cosa que la audiencia aclamó a todo pulmón. La banda regresó a los pocos minutos para tocar “I Was Made For Lovin’ You” que inevitablemente fue la más coreada de la noche. El épico cierre llegó con la muy coreada Rock and Roll All Nite y un espectáculo de fuegos artificiales de primera que dejó a todos viendo al cielo durante un buen rato después de que la banda dejara el escenario.
Lo malo: La lluvia. La enorme tormenta creó un caos que retrasó el concierto, causó demoras a la hora de la entrada y los charcos, tanto dentro y fuera del foro, causaron muchos problemas. Afortunadamente, no pasó a mayores y se pudo hacer el concierto. Probablemente por la larga espera muchos se entregaron al alcohol y tomaron chela tras chela sin mesura, para cuando salió KISS ya estaban en el piso.
Lo feo: Vince Neil sigue sin voz y para Shout at the Devil ya dejaba que el público se aventara toda la canción. Los de KISS se ven en buena condición física, sobre todo para su edad, y pueden volar, saltar y hacer muchas cosas, pero cantar… todos menos Eric Singer suenan algo acabados. A final de cuentas, con tantas canciones en su repertorio nos hubiera gustado escuchar un poco más de las dos bandas. Un par de éxitos más de cada uno y el concierto hubiera sido perfecto.
Lo bueno: Hace rato que no nos tocaba un concierto con tanta producción desde las gigantescas pantallas hasta los fuegos artificiales, todo fue un gran espectáculo que visualmente no dejó nada que desear. Gene Simmons y Paul Stanely son grandes frontmen que saben cómo conquistar a la audiencia, bastaba una simple cara, una simple expresión para que la audiencia se volviera completamente loca y nunca se salen de sus personajes lo cual se agradece, Tommy Lee no tendrá maquillaje ni será el líder de su banda, pero logra despertar el mismo entusiasmo en la audiencia. La mamá de Paul Stanley falleció el día del concierto, no sabemos si fue antes o después pero es de reconocerse el profesionalismo de pasar por algo así y seguir con el concierto.
¿Qué les pareció el concierto?