En punto de las 9:30, el trío canadiense -integrado por Matt Didemus, Jeremy Greenspan y Johnny Dark- salió al escenario para comenzar su presentación con una de las rolas más famosas y amadas por el público: “Parellel Lines”, de su disco Begone Dull Care.
Luego de cinco años de ausencia, los Junior Boys ofrecieron un concierto en nuestro país con un público que fue respetuoso y contemplativo, más de la cuenta -pensamos- pues pocas personas bailaron tanto como debieron, lo cual resultaba raro ya que tanto sus sonidos de sintetizador, mezclados con la increíble voz del vocalista, Jeremy Greenspan, como ellos mismos, se caracterizan por ser muy prendidos cuando salen a escena.
Como decimos, la audiencia fue discreta y mostró su emoción en silencio; mientras, el escenario se iluminaba en diferentes tonalidades y recibía la concentración, sencillez y el agradecimiento que Matt, Jeremy y Johnny le ofrecían al público por estar ahí.
El Plaza Condesa acogió a chilangos de todas las edades. Los buenos amigos que ahí se dieron cita tomaron uno que otro trago mientras escuchaban la música de fondo.
Durante más de una hora JB tocó canciones de su nuevo disco “It´s All True”, también le dio gusto al público con una que otra viejita como “Bits And Pieces”. La voz de Jeremy Greenspan impresionó a varios; es increíble lo fiel que se escucha en vivo.
Antes de irse, el trío dijo que cantaría un par de canciones más, en agradecimiento a un público tan buena onda, y así fue. Cerraron con broche de oro y, ahora sí, hicieron bailar a toda la gente, alargando su última canción lo más que se pudo.
Y así finalizó la noche. Un gran concierto para ser lunes.
Lo chido
El espacio era el idóneo para estar cómodos, no encimarse y hasta para bailar.
Noiselab no sobrevendió el concierto. Un aplauso por eso.
No hubo público de esos que filman todo el concierto y tapan con sus celulares o cámaras.
Lo chafa
Las colas para comprar una chela eran muy largas y el servicio, lento.