Por: Claudia González Alvarado
¿Cómo llegamos a los megaconciertos?
La CDMX se ha convertido en un punto indispensable para las giras internacionales. Entre que nuestra ciudad rifa, lo tiene todo, cuenta con una ubicación geográfica que la hace accesible y un público chilango apasionado y fiel, no es de extrañar que cantantes y bandas no duden ni tantito venir desde sus países a cantarnos.
Casi cada mes la Ciudad de México (CDMX) tiene alrededor de 100 conciertos entre nacionales y extranjeros. Quizá lo has notado, pero especialmente después de la pandemia se dejaron venir con todo. Y a nosotrxs nos entraron unas ganas locas de disfrutar que sobrevivimos, por ejemplo yendo a ver a nuestrx cantante o banda favorita en vivo. Es un recarga de pila impresionante, un levantón de ánimo como pocos, aunque la gastadera esté tremenda y haya quien viva endeudadx. Pero tanta conciertiza en la capital, especialmente ahora que muchas giras internacionales pisan suelo azteca, nos pusieron a pensar varias cosas…
¿Cómo llegamos a ser el hotspot de los conciertos internacionales? Para tratar de entenderlo, primero nos tenemos que ir al pasado. Hay que repasar nuestra historia, y la de los conciertos internacionales en la CDMX es bien interesante.
Años 1960: el rey lagarto en la ciudad
En esa época no había industria de los conciertos internacionales en el Distrito Federal (D.F.). Y menos después del enfrentamiento entre estudiantes y autoridades en Tlatelolco en 1968. La represión se hizo presente en varios sexenios, y se evitaban concentraciones masivas de chaviza.
Pero en 1969 el decorador de interiores-productor de conciertos Mario Olmos trajo a The Doors a la Plaza de Toros México. Sin embargo, y según se dijo en esa época, el gobierno del Presidente Gustavo Díaz Ordaz no firmó los permisos necesarios. De acuerdo con la revista estadounidense Rolling Stone, estaba el temor de que sus fans se rebelaran.
Entonces Alfredo Díaz Ordaz, hijo del mandatario y fan de la banda, la hizo de guía de turistas de Jim Morrison y compañía. Y estos terminaron dando cuatro conciertos entre el 27 y 30 de junio en Forum, un lugar para mil personas en la colonia Del Valle, propiedad de los Hermanos Castro.
Años 1970: caos, caos, caos
Esta década continuaba la represión juvenil, y en junio del 71 sucedió el trágico Halconazo. Así que el Festival de Rock y Ruedas de Avándaro se realizó en el Estado de México, el 11 y 12 de septiembre de 1971. Aunque solo eran bandas mexas, entre palabras altisonantes que se transmitieron en vivo en Radio Juventud y la llegada de más público del esperado hubo descontento en el gobierno, muchos religiosos y parte de la sociedad. Y el Presidente Luis Echeverría prohibió el rock en radio y conciertos.
Sin embargo, el 7, 8 y 9 de noviembre de 1975 volvió a haber conciertos internacionales en la capital: el grupo estadounidense Chicago tocó en el Auditorio Nacional. Pero banda que no consiguió boletos quemó camiones a las afueras y hubo enfrentamientos con granaderos. “Las autoridades no estaban listas, la iniciativa privada no estaba lista, y por ende, la chaviza no estaba lista. Nadie estaba listo (para los conciertos)”, dice Carlos Meraz, periodista musical con más de 30 años de experiencia.
Años 1980: los primeros conciertos internacionales de verdad
La década de 1980 vio más conciertos internacionales en el D.F., aunque pocos. Destaca en la segunda mitad la llegada de rockeros de habla hispana como Miguel Mateos y Soda Stereo de Argentina. Y Nacha Pop y Danza Invisible de España.
Pero el concierto internacional más rifado de la década sucedió el 29 de abril de 1988: Miguel Ríos con su gira Rock & Ríos en la Plaza de Toros México, traído por Rock 101. “Cayó una tromba terrible, sin embargo dio un concierto monumental”, rememora Meraz. El propio Ríos ha llegado a decir que siempre recordará esa noche histórica.
Y no olvidemos el 15 de noviembre de 1980, cuando el trío británico The Police tocó en el Gran Salón del Hotel de México, hoy World Trade Center. El concierto, traído por Mario Olmos, es recordado por la banda como raro pues el edificio estaba en obra negra, hubo portazo, cena y público vestido de etiqueta. Un surreal debut en vivo en tierras latinas, que quedó grabado por Canal 13.
Años 1990: arranca la súper conciertiza
1990 vio el nacimiento de OCESA (Operadora de Centros de Espectáculos S.A. de C.V.), promotora fundada por Alejandro Soberón Kuri, y con eso el arranque formal de los conciertos internacionales en la capital.
“Es la era de OCESA, eso es lo que marca los años 1990. Que el gobierno de Camacho Solís llega a un acuerdo con OCESA y con Alejandro Soberón, y empiezan a hacer los conciertos. Les concesionan el Palacio de los Deportes, que es del Estado, y se remodela el Auditorio Nacional”, explica Rulo, locutor de radio con más de tres décadas en el medio y actual conductor de “Poderoso” en Convoy Network junto a El Cha!
El arranque fue con la banda australiana INXS, el 12 y 13 de enero de 1991, en el Domo de Cobre. Padrinos de lujo. Y fin de la represión bajo la que vivió la juventud defeña por décadas, una nueva era, más abierta bajo el gobierno de Carlos Salinas de Gortari.
Ese mismo año el Domo de Cobre recibió a Bob Dylan (1 y 2 de marzo) y Billy Joel (19, 20, 22 y 23 de marzo), a la salida, había peticiones al público para que se comportara y así siguieran teniendo conciertos. Frank Sinatra (22 y 23 de junio), Santana (25 y 26 de junio), ZZ Top (27 de septiembre), Sting (11 al 14 de octubre) y Rod Stewart (18 al 20 de diciembre) fueron otros ejemplos de que la capital avanzaba en entretenimiento musical en vivo.
De ahí en adelante ya no dejaron de presentarse actos internacionales en la capital. En el 92, el Palacio recibió al público femenino adolescente con New Kids On The Block (15 al 17 de enero); a metaleros, con Guns N’ Roses (1 y 2 de abril) y a Iron Maiden (1 y 2 de octubre). U2 vino desde Irlanda a dejar a todo mundo boquiabierto con su show de multimedia Zoo TV Tour (21, 22, 24 y 25 de noviembre). Además de que Elton John desató la euforia 13 y 14 de diciembre en el Estadio Azteca.
1993 pasó a la historia por las visitas de tres súper estrellas y la apertura de un importante recinto. Dangerous World Tour de Michael Jackson, que trajo Televisa a México y que rompió récord con cinco shows entre el 29 de octubre y 11 de noviembre en el Estadio Azteca; The Girlie Show, de Madonna el 10, 12 y 13 de noviembre, inaugurando el Autódromo Hermanos Rodríguez en medio del rechazo de conservadores, con gradas móviles. Y The New World Tour de Paul McCartney, el 25 y 27 de noviembre, en el Autódromo.
“Todo va de la mano con el salinismo, con la entrada al TLC (94). Los conciertos son parte de esa sensación de la apertura de México al mundo”, apunta Rulo.
Apertura que también recibió a más estrellas esa década, como: The Rolling Stones en 1995 en el Autódromo Hermanos Rodríguez, Shakira en 1996 en el Auditorio Nacional, KISS y Pantera en el Palacio de los Deportes en 1997. Y este año hubo otro concierto que marcó un paso más en la evolución de la experiencia en conciertos en la capital: el 23 de octubre, David Bowie inauguró el Foro Sol en el Autódromo acompañado de Erasure y Control Machete, con todo y gradas de cemento.
U2 volvió a la ciudad en 97, el 2 y 3 de diciembre con el Pop Mart Tour, pero la primera noche quedó manchada. Elementos de seguridad de los hijos del presidente Ernesto Zedillo y el staff de la banda tuvieron un encontronazo en el Palacio de los Deportes… y Bono y compañía no volvieron por nueve años.
Pero en 1998 OCESA puso otra nota positiva con la primera edición del Festival Iberoamericano de Cultura Musical Vive Latino. Con lo que le abrió las puertas a todas las bandas de rock de habla hispana.
Años 2000: la CDMX crece en oferta musical en vivo
El final del siglo XX y principio del XXI, la capital mexicana ya jugaba más en las grandes ligas de las giras internacionales. Como recuerda Rulo, “venían artistas ya muy consolidados, con muchos éxitos”.
El locutor de Convoy recuerda cómo el concierto de GusGus en Hard Rock Live, espacio dentro del extinto Hard Rock Café en Polanco, detonó un cambio. “Ahí empezaron también los conciertos de artistas chicos, más alternativos, más de culto, ya no nada más las súper estrellas”.
La ciudad crecía en oferta, en variedad. Recintos como el Palacio de los Deportes, Teatro Metropólitan y Auditorio Nacional siempre estaban activos. Pero también otros más chicos como el mencionado HRL y el Salón 21. Y hasta el Zócalo ya albergaba conciertos, como el de Shakira en 2007 con más de 210 mil asistentes.
Más actos internacionales tomaban en cuenta al D.F. y algunos volvían sabiendo del cálido recibimiento que les esperaba. Luego de la represión y la sequía de conciertos para la chaviza, esta por fin podía desfogarse viendo a sus artistas favoritxs. No faltó el ocasional portazo, pero asistir a un concierto ya era seguro.
Así tuvimos aquí lo mismo a Oasis que a Hanson, a Gustavo Cerati que *NSYNC (con Estadio Azteca lleno), Gorillaz, Britney Spears (que nos dejó la “Britneyseñal” de recuerdo). Pearl Jam, Placebo, Alejandro Sanz, Blink-182, The Cure, R.E.M., Interpol (cuyxs fans dejaron cuarteado el piso del salón del WTC), The Strokes, Morrissey, Robbie Williams, The Killers, Coldplay, Ozzy Osbourne tampoco dudaron en venir. Y vimos el regreso de U2, KISS, The Police y Metallica, entre otros. Incluso Radiohead perdonó a México luego de ese fatídico concierto en Hidalgo y volvió al Foro Sol con shows sold out… y cantaron “Creep”.
Años 2010: Corona Capital y más visitas extranjeras
En 2010, OCESA fundó otro festival: Corona Capital, que a partir de 2013 solo incluye bandas y cantantes extranjerxs de rock e indie. Y así la Curva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez se convirtió en un espacio más para que el público capitalino pudiera ver a sus favoritos.
Además, como relata Natalia Szendro, gerente de Radio Chilango, en esa época “empiezan a haber esfuerzos independientes de otras promotoras por hacer festivales, por traer a gente a presentarse aquí. Y también se empezaron a crear nuevas necesidades de nuevos lugares para que tocaran”. Así, en marzo de 2012 abrió el Auditorio BlackBerry (hoy Auditorio BB). Y en recintos más grandes, la Arena Ciudad de México abrió en febrero de 2012, operada por la promotora Zignia Live.
Pero en esta década la conciertiza internacional tuvo otra novedad: el 6 de septiembre de 2012 llegó el primer concierto de K-pop al todavía D.F., cuando el cantante Xia Junsu se presentó en el BlackBerry. Y en 2013 se vivió uno masivo: Super Junior en la Arena CDMX. Un nuevo público empezaba a ser tomado en cuenta.
2012 también dejó huella con Paul McCartney, quien la rompió en mayo en el Estadio Azteca y el Zócalo. Este último de manera gratuita para 200 mil capitalinxs, entre fans y quienes no podían costear un boleto. Y una muestra más de lo musical y viva que es esta megalópolis.
El D.F. vivía sus propios cambios conforme avanzaban los 2000’s, y en 2016 pasó a ser Ciudad de México (CDMX). Mientras la oferta de conciertos solo iba en aumento y la segunda mitad de la década pasaron por acá Black Sabbath y Depeche Mode, Adele, Ed Sheeran, Coldplay, Björk, Bruno Mars, Bad Bunny. Además de Sam Smith, Demi Lovato, The Weeknd, Garbage, Florence + The Machine, entre muchos otrxs, con llenos impresionantes.
Años 2020: la pandemia y el resurgimiento de la loca por los conciertos
Entonces llegó la pandemia por COVID-19 y hubo que parar los conciertos presenciales desde marzo de 2020 y hasta parte de 2021; año en que finalmente el gigante mundial de los conciertos, Live Nation, se hizo con el 51% de OCESA. “Eso vino a cambiar un poco la jugada. Ya veníamos siendo un país en donde a las bandas les encanta venir porque somos un público muy arrojado, muy intenso, súper apasionado. Y esta promotora que lleva muchos eventos, tiene dentro de sus giras a México. Entonces es consumo, es oferta que se amplió”, explica Natalia Szendro.
Para 2022 que ya hubo más actividades presenciales, la banda chilanga pudo asistir, con todo y cubrebocas, a varios actos. Por ejemplo, pisaron CDMX Dua Lipa, Coldplay, Lorde, Harry Styles, Rammstein y los Foo Fighters, que dieron su último concierto con Taylor Hawkins, solo unos días antes de su muerte.
Así, la CDMX ha pasado de ser una ciudad donde la chaviza no podía ir a conciertos, y menos de rock, a una entidad vibrante en la que ya casi no hay día sin concierto. Y muchos de estos son para la historia, como los del grupo de K-pop BLACKPINK con dos llenos (¡y boletos a 35 mil pesos los más caros!) y Taylor Swift con cuatro sold out; ambos en 2023 en el Foro Sol.
Este año el ritmo no ha bajado, ¡al contrario! Vimos el surgimiento de un festival dedicado a las mujeres: el Hera, y la segunda edición del Arre, destinado a la música regional mexicana.
¿Otros ejemplos chidos de lo que va en 2024? Karol G con tres noches en el Estadio Azteca en febrero. Bruno Mars, quien inauguró Estadio GNP Seguros, ex Foro Sol, las noches del 8, 10 y 11 de agosto mostrando las mejores del lugar para que todo mundo se lleve una grata experiencia. Y Metallica que llenó dos fines de semana el mismo inmueble apenas en septiembre. Lo que resta del año, así como las fechas ya anunciadas para 2025 (el esperado regreso de Oasis), nos dejan ver que la CDMX seguirá recibiendo gran cantidad de conciertos internacionales. Ya los estamos esperando, ¿verdad, bandita chilanga?
CDMX: una capital musical con todo para ofrecer grandes conciertos internacionales
¿Qué tiene cdmx que ya es infaltable en muchas giras internacionales? ¿Por qué gran cantidad de bandas y cantantes extranjerxs dicen sí a tocar aquí?
Ubicación geográfica
La más obvia, pues casi todas las giras internacionales van a nuestro vecino del norte, Estados Unidos, haciendo más fácil que bajen a México. “Estamos en medio del Continente, somos un puente, somos Norteamérica y a la vez Latinoamérica. Es un lugar estratégico, y como en el Palacio de los Deportes, se cimbra no solo por los temblores sino por la música”, dice el periodista Carlos Meraz.
Así, desde leyendas como The Rolling Stones y Madonna hasta actos más recientes como los de K-pop han formado parte de la oferta musical en vivo en CDMX. Algunos en solitario, otros solo en festivales.
Una forma de lograrlo, cuenta Andrea Melo, Gerente de Eventos y Responsable del Área K-pop de OCESA creada en 2022, ha sido explicando a las y los surcoreanos lo chido de nuestra ubicación. “Eso nos ha ayudado a que muchas veces, aunque no hagan gira por el resto de Latinoamérica, sí vengan a México. Caso que pasó, por ejemplo, con BLACKPINK”. Que, agrega, fue un hitazo en todos los sentidos y atrajo los ojos de sus colegas hacia CDMX.
Pero no siempre es fácil, explica Memo Parra, Director de Eventos Internacionales de OCESA, “porque te enfrentas al resto del mundo”. Así que al armar lineups de festivales como Corona Capital, “puedes pensar en una curaduría y es muy difícil que te salga porque o el artista no está de gira, o tiene fechas en Asia, Australia, Europa. Es mucho de suerte, la verdad, y que las cosas se acomoden de cierta manera para que sucedan”. Obvio, siempre tienen Plan B.
Y para las bandas que pueden venir es un gran chance de presentarle su música a más gente. Así ha sucedido desde 1998 en el Vive Latino, 2010 en Corona Capital y 2017 en Flow-Fest e Hipnosis, por mencionar a los principales.
Es una capital muy musical
La historia de los conciertos internacionales en CDMX lo demuestra: El público chilango siempre querrá ir a ver a sus bandas y cantantes favoritos. Llueva, truene, relampaguee, los hayan visto 10 veces ya o los boletos les cuesten varias quincenas, no se quieren perder la experiencia que te da la música en vivo.
Pero esto también se sabe, por un lado, vía la radio. “Siempre ha sido una ciudad muy musical y con mucho tráfico, que es donde la gente oye mucho radio. Y siempre hay estaciones muy populares que difunden artistas internacionales, esto ha creado audiencias muy grandes para esos artistas”, dice Rulo.
A eso sumemos las plataformas digitales, otro indicador de lo musical que es la banda chilanga y de a dónde tienen que ir bandas y cantantes. “Eso nos ayuda a que cada día México esté más en el radar de lxs artistas coreanxs”, menciona Andrea.
“México es uno de los países que más consume música a través de plataformas de streaming”, explica Natalia. Por ejemplo en Spotify, la CDMX se ha convertido en el lugar que tiene el mayor número de oyentes a nivel mundial, incluso por delante de Nueva York, Londres o Santiago.
Buena organización y recintos
Jordi Puig, Director y Fundador del Festival Vive Latino, dice que la organización de conciertos y festivales también tiene que ver en que la CDMX se haya convertido en LA ciudad de los conciertos internacionales… y nacionales, claro.
“Parte importante por la cual el mercado ha crecido es porque la organización es buena y tenemos muy buenos recintos. Y al final la entrega, por decirlo de alguna manera, se concreta. O sea, tú compras un boleto para Taylor Swift o The Killers en tal lugar, de tal manera, y sucede, ya no hay sorpresas. Y la mayoría de los conciertos son así”, afirma.
Menciona también recintos para distintas capacidades y necesidades en la capital, como el Auditorio Nacional (que ha estado en el Top de Pollstar entre los mejores del mundo), Palacio de los Deportes, Pepsi Center WTC, Teatro Metropólitan, Arena Ciudad de México y Parque Bicentenario. “Y entre más existan el mercado va a estar mejor, porque a todos nos gusta ir a experiencias en vivo”, añade.
Claro, también tiene que ver que estén en buenas condiciones o sean renovados, como recién pasó con el ex Foro Sol ahora Estadio GNP Seguros. Lo requieren los shows que están llegando, pero también lo necesita el público para gozar de mejores experiencias, como dice Natalia, “y que se viva algo más parecido a lo que sucede en países de primer mundo. Creo que no estamos ya nada alejados de lo que sucede en términos de producción aquí en México, estamos avanzando mucho”.
Público rifado y siempre ávido de conciertos (cuesten lo que cuesten)
El público es otro factor importante. Lo saben lxs cantantes y grupos que vienen. Ejemplo que recuerda Meraz sobre el Pop Mart Tour: “En los conciertos, decía Bono, el espectáculo era el público y esperaba que U2 estuviera a la altura”.
Pues el público chilango rifa. O, como lo describe Natalia: “Somos tremendos, nos encanta, lo abrazamos y estamos dispuestos a endeudarnos con tal de ir”. Además, dice acertadamente, los conciertos ya son parte de nuestra dinámica, un escape necesario de la rutina en una ciudad tan activa y ocupada como CDMX.
De no saber cómo era ir a un concierto, qué ponerte (los trajeados en The Police en 1980) o cómo comportarte (los portazos), ahora hay convivencia generalmente en paz. “El público ha madurado muchísimo, entiende cómo disfrutar un festival de manera muy distinta. En aquellos años (1998) era una explosión de emociones, y muy rápidamente se podía llegar a cansar”, recuerda Jordi, “Ahora es otro tipo de disfrute, igual de intenso pero más pausado. En el Vive se ve clarito cómo ha madurado el público”. Y agrega que este siempre refleja lo que pasa en la ciudad pues van todo tipo de tribus urbanas.
Además, hoy están las redes sociales para hacer peticiones y Jordi asegura que OCESA siempre está con las antenas paradas. Mientras que Andrea Melo elabora: “Estamos continuamente sacando activadores en redes sociales que nos permiten conocer lo que quieren, y poder trabajar específicamente en esos artistas que tanto interés y demanda tienen de parte del público mexicano”.
Y dentro de sus ganas por ver a sus favoritxs está pagar lo que sea. Algo que se intensificó postpandemia. Así que ahorran, sacrifican la quincena o se buscan chambas extra, pero van.
Para algunas personas el precio de los boletos es alto, para otras está bien. La realidad es que en México, el costo de los boletos obedece al precio promedio global, incluyendo los boletos más caros que se venden en todo el mundo, nos explican desde OCESA. Y eso nos reafirma Rulo, “a veces en México los boletos salen más caros que en otros lugares, y los más baratos a veces están más baratos que en otros lugares, eso la gente suele no verlo”.
Hay accesibilidad para el público
Por otra parte, la infraestructura, transporte público, hospedaje si vienes de fuera, restaurantes, todo eso completa la experiencia de ir a un concierto o festival. Y la CDMX lo tiene todo.
“La infraestructura de la capital es importante, y esto tiene que ver con los lugares en donde se realizan los conciertos, pero que tengan hoteles, que sean de buena categoría, o que tengan las condiciones incluso de seguridad”, dice Natalia.
Además están las ubicaciones de los recintos. Todo el mundo sabe llegar al Auditorio Nacional, el Estadio GNP, el Palacio de los Deportes y otros tienen cerca el Metro o Metrobús.
CDMX: ¿ciudad de moda en las giras internacionales?
A pesar de ser una ciudad rica en cultura, turismo y gastronomía, podría pensarse que hoy está de moda venir a tocar a la CDMX por tantos conciertos que hay.
No para Jordi. “Yo creo que siempre ha estado súper presente en los circuitos mundiales de música, cine y cultura, sobre todo de música. Siempre ha sido una parada obligada la Ciudad de México. Hoy hay más producto, giras, géneros y, por lo tanto, como ciudad punta recibimos un montón”.
Además, como señala Meraz, “la moda se acaba, ojalá México no esté de moda. Lo que no es efímero es toda la cultura que tenemos, la capacidad, mano de obra, y eso es un bonus que tiene este país. Su gente tan entregada a los espectáculos masivos”.
Pero visto desde otro ángulo, Memo cuenta que antes las bandas o cantantes venían a abrir o cerrar sus giras, “ahora vienen por la experiencia de México como ciudad, como experiencia gastronómica”. Eso, junto con el público vibrante y grandes eventos (como el Corona Capital, que también ha estado entre los 10 mejores del mundo según Pollstar), le parece la combinación perfecta.
Andrea Melo también es del team sí, y lo explica así: “La Ciudad de México genera mucha confianza de que la calidad de los eventos que se hacen aquí es alta. Eso nos ha ayudado tanto a cautivar el interés de fans como el de lxs artistas. Hoy en día ven a la Ciudad de México como una capital de la música, no solo de K-pop sino en general de todos los géneros. Los mejores eventos pasan por esta ciudad”.
El futuro de los conciertos internacionales en la cdmx se ve brillante
Estas más de cinco décadas de conciertos internacionales en la CDMX han sido emocionantes entre sus momentos de caos y su era moderna organizada. ¿El futuro pinta para que se mantenga como la ciudad de los conciertos?
Para Rulo la respuesta es sí, pero “dependerá de la economía. Público siempre va a haber”. Eso sí, espera que no se exagere con los festivales, pues la lana no alcanza para todos.
Pero los ya clásicos como el Vive Latino, que en 2025 cumplirá 25 años, seguirán. “Creo que podemos estar muchos años más como parte de la agenda cultural de la Ciudad de México, siempre y cuando sigamos preocupados y trabajando en el festival, entendiendo a la ciudad, trayendo grupos iberoamericanos importantes e invitados del resto del mundo”, admite Jordi.
El Corona Capital no se quedará atrás, asegura Memo Parra. “Es un festival que llegó para quedarse. La idea es seguirlo cuidando, manteniendo en la esencia que es, cada año tratar de mejorar y que siga siendo una experiencia que el público espera anualmente”.
Mientras que Andrea del área K-pop de OCESA asegura que “estamos enfocados en los eventos, sin embargo también tenemos mucho interés en que los artistas de K-pop hagan parte de nuestros festivales (como RIIZE en Emblema) y, por qué no, en el futuro pensar en un festival exclusivo de K-pop. La oferta de K-pop en el país va a seguir aumentando, no solamente los conciertos”. Y es que ya empiezan a realizar conceptos como fan-meetings y fan-cons. Además de seguir trayendo artistas de otros países como Japón, Tailandia, y esperan sumar a China.
Un acierto pues, como comenta Natalia, “los K-poppers son una de las últimas y más grandes tribus urbanas que existen. Es un público cautivo muy fuerte”. Que asegura venta de boletos y, claro, ganas y la tranquilidad de esos artistas extranjeros al venir.
“Por suerte la Ciudad de México es una masa muy grande, que le encanta la música, le gusta conocer y estar en los eventos que están sucediendo en el resto del mundo. Porque al final la Ciudad de México es una de las capitales más importantes del mundo, entonces tenemos que tener un nivel de entretenimiento como tal”, dice Memo.
Por supuesto, no podemos olvidar la entrada del gigante mundial de conciertos Live Nation a México en 2021 vía OCESA. Esto prácticamente asegura que CDMX siga siendo incluida en las giras internacionales, como cree Natalia.
Pero el prácticamente garantizado futuro de los conciertos internacionales en CDMX implica que empresas y público sigamos evolucionando. En Vive Latino, por ejemplo, están conscientes de ello. “Tenemos que dar cada vez más servicios porque (los asistentes) también son cada vez más exigentes”, asegura Jordi Puig.
Como público, dice la gerente de Radio Chilango, “seamos consumidores muy exigentes con lo que estamos pagando. Tenemos que exigir estándares de calidad muy altos, y que (las promotoras) sean responsables de lo que vivimos. Porque finalmente todo esto tiene que ver con que nos la pasemos bien durante un show”.