LA BRUJA DE TEXCOCO: Ella me encontró a mí

La Bruja de Texcoco nació en un misterioso ritual, en un encuentro en el que terminaron por fusionarse lo prehispánico, lo novohispano, la feminidad y lo tradicional. Una fusión mágica que la ha guiado hasta encontrar su propia voz….

La Bruja de Texcoco nació en un misterioso ritual, en un encuentro en el que terminaron por fusionarse lo prehispánico, lo novohispano, la feminidad y lo tradicional. Una fusión mágica que la ha guiado hasta encontrar su propia voz.

“Tú eres una de mis brujas, te estaba esperando”, recuerda que le dijo un curandero a O., quién ha estado conectada-conectado con la música desde hace más de 20 años.

Pero luego de ese antes y después chamánico comenzó una transformación en la que –a lo largo de tres años– fue encontrándose y, al fin, decidió concretar un proyecto de fusión mexicana: música novohispana y expresiones tradicionales podían coincidir con lo prehispánico bajo los encantamientos sonoros de La Bruja.

Cuando O. se travistió, cuando utilizó una falda, una blusa, unos tacones y una flor en el pelo, esa identidad comenzó a ser encarnada como una posesión irresistible.

“Yo disfruto mi cuerpo, y por ahora no lo intervengo. Cuando soy la Bruja salgo de mí. Ella tiene decisiones y hace lo que yo no podría, se apodera de mi corporalidad y me conduce en un proceso en el que lo femenino es distinto. Además, explora la estética mexicana, por lo que usa un traje muxe, maringuía, huipiles y demás”, continúa.

De forma paralela, O. habla de las expresiones de rechazo hacia lo femenino y la misoginia al interior de la comunidad LGBT+: “En el medio gay hay mucha transfobia. Alguien puede ser gay y no dejar de ser machista; al mismo tiempo, existen mujeres machistas. Nuestra cultura es machista. Por lo común, las personas aceptan masculinidades y no feminidades. A veces quienes juzgan desean travestirse, lo cual no se relaciona necesariamente con la orientación sexual”.

El mensaje de la Bruja, sin embargo, no está limitado a la apariencia. Una de sus piezas, “Suite aquelarre”, mezcla la folía con los ritmos precolombinos. “Quiero partir del origen, que es la folía, y llevarlo a un espacio más amplio. Me interesa la transculturación de la música: en este caso la de la época barroca, porque fue el momento en que los españoles llegaron a nuestro país y se dio la fusión cultural”.

Y así, en cada uno de sus performances, la Bruja con su alquimia se permite repensarlo todo, deshaciéndose de viejas historias de conquista para abrirse a nuevos mundos libres de prejuicios.

La Bruja de Texcoco
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Canción de conexión transespiritual: “Azul casi morado”, de Santa Sabina, y una propia, “Cheni”.

Para cerrar, échale oído a esta lista de reproducción con 100 canciones orgullosas:

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