Hace una semana recibí un mail de Ed OBrian, guitarra de Radiohead. La última vez que hablamos fue hace 12 años, cuando estaban publicando su legendario, revolucionario y asombroso Ok Computer. Desde 1995 no lo he vuelto a ver. Ed, junto a Rulo (sí…ese Rulo, el de Reactor) y yo formamos un grupo imaginario llamado The Allstar Chaps. La vida de los Chaps fue muy efímera, ya que nunca tocamos y sólo estuvimos juntos dos semanas durante el 95, pero sin duda quedó bien marcado en la memoria de Ed, de Colin, y probablemente de todos los Radioheads. En su mail, Ed me exigía una reunión de los Allstar Chaps para su triunfal regreso a México este 15 y 16 de marzo en el Foro Sol.
¿Cómo demonios terminé siendo parte de una banda conformada por los integrantes del grupo de rock más respetado de los últimos 15 años? Destino y suerte. Trabajé con ellos y eventualmente nos volvimos grandes amigos por dos semanas non-stop, cuando realizaron una de las giras más sui generis jamás antes vistas en nuestro país.
Hoy en día es casi una leyenda que Radiohead haya tenido varios shows por toda la república en 1995. Todavía se puede encontrar por la salida a las pirámides una barda pintada anunciando su show en Ojo de Agua.
Lo cierto es que la visita del grupo sucedió cuando todavía eran un esbozo de lo que llegarían a ser. Era una banda que estaba encontrando una voz propia, un estilo único, y sólo tenían un hit bajo el brazo…but Im a creep!!!!
Si escribiera una novela, nadie me lo creería. Junto a Thom Yorke y su pandilla vivimos una aventura imposible de narrar. Mientras aparecían en la portada de la biblia musical inglesa NME, estaban presentándose en un inmundo garito lleno de turistas en Guanajuato. Pasó de todo durante la gira. O más bien, pasó lo que a ningún grupo le pasa durante una visita a México. Nos quedamos sin frenos y casi morimos en Guadalajara. Al regresar al DF, el avión se despresurizó y caímos mas de 100 metros, botando las mascarillas de oxígeno; todavía recuerdo a la banda inglesa con las máscaras puestas. Fuimos brutalmente asaltados en un Oxxo de la Cuauhtémoc con un machete del tamaño de Arizona. Parecía que el destino les estaba jugando una mala broma. Lo cierto es que vimos una serie de shows memorables. El Bulldog, La Diabla, el Hard Rock y algunos otros venues fueron testigos del nacimiento de una de las agrupaciones contemporáneas con mayor relevancia en la historia.
Sus shows van a estar cargados de emoción. El grupo está muy contento por regresar a México, o por lo menos, así me lo hizo saber Ed. No les aseguro que los Allstar Chaps sean los teloneros ya que los Kraftwerk han levantado la mano. Este show es uno de los imperdibles del año. Todos los que no acamparon afuera del Foro Sol meses antes para comprar sus boletos deben de estar muy arrepentidos.