Arrancó la gira XXX Años de Paz y Baile. La Maldita Vecindad celebraba tres décadas de vida con un concierto que no se diferenció mucho de otros actos de la banda, no hubo algo que lo distinguiera de lo que hizo, por ejemplo, en el Vive Latino de este año.
El espacio era más pequeño (El Plaza Condesa) pero el concierto duró más (tienen repertorio para hacerlo), no hubo teloneros y se rifaron 2 horas en un lugar que no le hace justicia a su trayectoria. Se agotaron los boletos y hasta había uno que otro pachuco entre los asistentes (uno hecho y derecho). Fresas, banda, niños, de todo.
Antes de empezara el concierto sonaron canciones de antaño, Cenit de La Castañeda, Vasos vacíos de Los Fabulosos Cadillacs y La negra Tomasa de Caifanes, entre otras. Cuando
Roco Pachukote, Pato, Aldo y Sax entraron al escenario y fueron recibidos con aplausos. Por unos segundos no se escuchó la voz de Roco, el problema se arregló y Solín inauguró el slam.
Bailando, del primer disco, fue para los que siguen a La Maldita desde sus inicios. Los carnalitos que le cayeron siguieron escuchando las lecciones del líder de la banda para después cantar Pata de perro.
En una de sus intervenciones, Roco se dio cuenta que el cierre de su pantalón estaba abajo, luego de subírselo continuó con un muy breve discurso político y llegó el turno de cantar Rafael, dedicada para los que escogen el amor.
El Pachukote pidió reiniciar Los agachados, su colaboración del tributo a Tin Tan, para que se escuchará bien el desde el inicio, y cómo no si es la rola de uno de sus héroes.
Se sumaron a la lista Mujer y Mojado para darle pie a uno de sus grandes clásicos, El cocodrilo y después vino Sur del sur. Ni parecía que se separaron hace unos años, la música y su presencia en el escenario sigue sonando igual de bien.
No podía faltar la ceremonia para sacudir la mala vibra, las manos arriba y sacudiéndolas para dar a entender que Ya lo pasado, pasado, otro tributo (éste al Principe de la canción) que todos coreaban. Más fiesta vino con Quinto patio ska y otra de sus canciones más importantes: Gran circo.
El tieso y la negra soledad, No les creo nada, Don palabras y Un poco de sangre fueron preparando a todos para lo que venía. Empezó el intro de la siguiente canción y Roco preguntó “¿A ver quien salta mas alto?” antes de que llegara Pachuco.
Tras una breve pausa, La Maldita regresó al escenario para el pilón: Tatuaje y, por supuesto, Kumbala. Puede sonar a un concierto más, pero en esta ocasión estaban los más fanáticos de la banda y su familia, una fiesta para una banda que no necesita invitados ni algo extra para dar un buen concierto. Además, en diciembre repetirán el festejo en el Palacio de los Deportes luego de andar por varios países.