Aquí te contamos todo sobre León Trotsky, el refugiado político que llegó a la CDMX después de la muerte de Lenin.
Tras ser expulsado del Partido Comunista y de la Unión Soviética, León Trotsky se refugió en distintos países hasta llegar a la CDMX.
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Este importante intelectual del siglo XX fue objeto de persecuciones y hostigamientos debido a su enemistad con Iósif Stalin.
Fue uno de los personajes principales de la Revolución de Octubre en 1917 y lideró al Ejército Rojo. Se mantuvo a lado de Lenin hasta su muerte.
Después de su fallecimiento y para sorpresa de muchos, Stalin quedó al frente del gobierno de la URSS.
El revolucionario ruso defendió los derechos de los obreros y encabezó el Movimiento Internacional de la Izquierda Revolucionaria.
Además, se manifestó abiertamente en contra del nuevo líder soviético. Éstas fueron algunas de las razones por las que se volvió su enemigo número uno.
Las diferencias entre los dos dieron pie a su exilio. En 1929 huyó a Turquía para posteriormente refugiarse en Francia y Noruega. México fue su última parada.
Trotsky llega a la CDMX
En enero de 1937, fue recibido en el puerto de Tampico por Frida Kahlo y Diego Rivera, quienes simpatizaban con el trotskismo.
Rivera y Octavio Fernández negociaron y gestionaron su asilo político con el presidente Lázaro Cárdenas. Ambos formaban parte de la Liga Comunista Internacionalista.
Trotsky, Natalia Sedova (su esposa) y Jean van Heijenoort (su secretario) fueron transportados hasta la Cd. de México en tren. Desde el primer momento en el que tocaron nuestra tierra, fueron acompañados por escoltas y demás elementos de seguridad. A su llegada, declaró sentirse muy agradecido con las autoridades mexicanas.
Ya en la ciudad, él y sus acompañantes fueron instalados en la ‘Casa Azul’, hoy ‘Museo Frida Kahlo’. En la residencia de los artistas, ubicada en la calle de Londres en Coyoacán, vivieron durante dos años.
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Su romance con Frida
La pintora le regaló un autorretrato que despertó en él un interés romántico hacia ella. Los amantes se prestaban libros en los que se dejaban recaditos.
Asimismo, intercambiaban cartas en inglés. Cuando el esposo de la artista se enteró del amorío, la relación que mantuvo con el intelectual se terminó.
Por esta razón, el matrimonio ruso se mudó a otra casa ubicada en la calle de Viena, también en Coyoacán. Otras fuentes afirman que la decisión fue debido a las diferencias políticas que Rivera comenzó a tener con Trotsky.
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Los atentados que lo llevaron a su muerte
Mientras se encontraba en la capital, escribió el libro Los crímenes de Stalin (1937) y creó la Cuarta Internacional (1938). Esta última tenía como objetivo extender el socialismo a todo el mundo.
Stalin nunca dejó de verlo como una amenaza, por lo que sus seguidores no dudaron en organizar diferentes ataques en su contra.
Durante poco más de tres años vivió tranquilamente en la CDMX, hasta que en la madrugada del 24 de mayo de 1940 sufrió un atentado en sus propia casa.
Un grupo armado, bajo la dirección del pintor David Alfaro Siqueiros, irrumpió en su hogar con la intención de quitarle la vida. Sin embargo, la operación fracasó y salió ileso.
A pesar de que la seguridad en la residencia aumentó, llegó un segundo atentado. En esta ocasión el comunista catalán, Ramón Mercader, inició una relación con una de las secretarias de Trotsky para poder acercarse a él.
El 20 de agosto de ese mismo año, Mercader entró a su despacho con la excusa de querer entregarle un escrito. A la primera oportunidad, el español golpeó su cabeza con un piolet.
Aunque intentaron salvarlo en el hospital de la Cruz Verde, el refugiado político falleció al día siguiente.
El museo de Trotsky en la CDMX
El intelectual y su esposa se adaptaron rápidamente a su vida en México. En la ‘Casa Azul’ aprendieron de la comida y de las costumbres de nuestro país.
En su último hogar, a solo unas cuadras de la residencia del matrimonio de artistas, aplicaron todo este aprendizaje.
Hoy ese espacio fue transformado en un museo que puedes visitar para conocer cómo vivían en aquel entonces. Aquí hallarás fotografías de su vida en la Unión Soviética, así como de su estadía en tierras mexicanas.
La casa consta de dos habitaciones, un baño, la cocina, el comedor, un jardín, la oficina de Natalia y los secretarios, y su estudio, en donde fue atacado el escritor. También había conejeras y gallineros que eran atendidos por él.
En este sitio la seguridad fue redoblada. Después del primer atentado, las ventanas fueron tapadas con ladrillos, elevaron el nivel de los muros, se construyó una casa para los guardias y se colocaron tres torres de vigilancia.
Todo esto aún se puede observar en el museo que está rodeado por un ambiente oscuro y frío que dichas medidas propiciaron. Las cenizas del revolucionario ruso se encuentran en este mismo lugar.
Así fue la vida de León Trotsky, quien al ser objeto de una serie de persecuciones tuvo que refugiarse en la CDMX. A pesar de los múltiples esfuerzos por protegerlo, sus enemigos lo acosaron hasta terminar con su vida.
Hoy el recuerdo de sus últimos días permanece en una peculiar residencia de Coyoacán.
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