Las pacientes del Hospital de Muñecas Rojas son tratadas no solo cómo juguetes, sino cómo amigas de la infancia.
Si tuviste una muñeca que llevabas a todas partes, una con la que reías y llorabas, entenderás el porqué de este negocio. Lo que se repara son objetos que fácilmente se pueden remplazar, pero el cariño y los recuerdos que traen dentro son insustituibles.
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El taller de Enrique Cervantes Rojas, ubicado en el Mercado Lázaro Cárdenas, Colonia del Valle, tiene cerca de 50 años de existir. Arregla desde un dedo roto, hasta el cuerpo entero y desde porcelana, hasta vinil. ¿Tienes un bebé de plástico con un ojo descompuesto o una nena a la que se le borraron los rasgos faciales? ¡Don Enrique las y los deja cómo nuevos!
Si la paciente perdió mechones de cabello o de plano se quedó calva, con ayuda de una maquina incrustadora le cosen melena nueva. También realiza implantes de ojos, manos, pies, según se requiera. En caso de que la piel, labios, cejas, hayan perdido color, se retocan o vuelven a pintar: algo así como una cirugía plástica muñequil.
La y los clientes que llegan al local, son en su mayoría adultos que conservaron sus juguetes favoritos durante años. Sobre las repisas se asoman Cabbage Patch noventeras y hasta muñecas de los años 50.
El señor Enrique aprendió el oficio a sus 15 años, de su “patroncito querido”, Hilario Gutiérrez. Recién cumplida la mayoría de edad, se independizó.
Durante los primeros años del negocio se dedicó principalmente a reparar juguetes de infantes. Algunos padres los devolvían a la o el propietario en Día de Reyes o en su cumpleaños.
Cambios por la llegada de la mercancía china
Mucho cambió con la llegada de la mercancía china a finales de los 80. Los productos asiáticos eran tan baratos, que cada vez hubo más gente que prefería comprar una muñeca nueva, antes que repararla. Además, se quedó sin “refacciones”, pues cerraron las fábricas de juguetes mexicanos de donde se proveía de piezas.
A pesar de la globalización y el consumo acelerado, el hospital sigue en pie y hasta con lista de espera. La muñeca que llega primero, se atiende primero y a veces tienen que pasar hasta 20 días para ser reparadas.
Las historias tiernas abundan en este lugar. Por ejemplo, hace unos días llegaron dos mujeres sosteniendo a un bebé tipo Nenuco con un parpado caído. Explicaron que pertenecía a una mujer de la tercera edad con algún problema de salud. Contaron que siempre lo estaba abrazando y que, si le insinuaban cambiarlo por uno nuevo, lloraba. “Se lo voy a tener lo antes posible para que no lo extrañe la señora”, acordó Don Enrique.
El señor Rojas sabe el valor de sus pacientes, por eso las y los trata con cariño. “¿Qué es lo que le gusta de su trabajo?”, le pregunto “Regalar sonrisas, caras felices”, responde.
Hospital de Muñecas
Ubicación: Calle Adolfo Prieto, núm. 234 local 274. Mercado Lázaro Cárdenas, Colonia del Valle Horario: De lunes a sábado de 13:00 a 18:00 horas
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