Un boleador de zapatos, un diablero, un cerrajero, un vendedor de camotes, un tortero, un voceador de periódicos y un vendedor de tacos de canasta; todos tienen algo en común: son oficios tradicionales mexicanos que sufrieron especialmente el confinamiento por la pandemia debido a que obtienen sus ingresos del trabajo callejero. Eso inspiró al artista Yosafat Delgado a rendirles un homenaje a través de sus esculturas hiperrealistas en miniatura.
“En la ciudad todo estaba cerrado por la cuarentena, pero de repente veía a personajes que tenían que salir a las calles para llevar el sustento a sus familias”, cuenta Yosafat. “Entonces, empecé a buscar los oficios mexicanos callejeros, puestos que trataban de no cerrar, pero no los dejaban; quise hacer un homenaje a las personas que siguieron saliendo a la calle”.
Al igual que quienes ejercen muchos de estos oficios callejeros típicos de la Ciudad de México, Delgado se quedó sin trabajo en la pandemia. Él se desempeñaba como director de arte en películas y series. Su trabajo consistía en elaborar guiones, hacer presupuestos y coordinar a un equipo de carpinteros y pintores escénicos para que las producciones pudieran filmarse. Sin embargo, las producciones quedaron detenidas.
Cuando Yosafat se quedó sin trabajo, decidió utilizar sus habilidades para la construcción de escenarios. “Como estaba encerrado en mi departamento, la única manera era miniaturizar las cosas”, cuenta. Primero empezó imitando el trabajo de escultores estadounidenses que hacían miniaturas basadas en paisajes urbanos de Nueva York. “Después traté de buscar una línea que me representara”, comenta. Así llegó a los oficios mexicanos callejeros.
Lo que realmente distingue las esculturas en miniatura de Yosafat Delgado es su hiperrealismo. Esto solo lo ha podido conseguir a través de una estrecha vinculación entre su trabajo artístico y su comunidad en la colonia Santa Cruz de Atoyac. Su escultura de una cerrajería se basa en un puesto de su colonia; incluso tiene el mismo nombre y los mismos números telefónicos grabados en las láminas. Para hacer la escultura de un carrito de camotes se acercó con un vendedor y le preguntó para qué sirven cada uno de los utensilios que porta.
Todas las esculturas del artista pueden encontrarse en su cuenta de Instagram, @soy_yosa_. Sin embargo, el nivel de detalle de sus esculturas solo es apreciable en vivo. Por ejemplo, su escultura de un puesto de tortas tiene una bolsa de servilletas que Yosafat llenó cortando cientos de cuadritos de papel de alrededor de un milímetro. Todo lo hace con un cutter, pegamento y aluminio, trovicel y materiales que va probando a ensayo y error para lograr el efecto hiperrealista de sus miniaturas.
Lo que empezó como algo lúdico para enfrentar el encierro incluso ha llegado a exposiciones en espacios culturales, como el Museo de Arte Popular. Ahora, la meta de Yosafat Delgado es llevar sus piezas al extranjero para mostrar la cultura mexicana.
Hiperrealismo extremo de Yosafat Delgado
La escultura más pequeña que tiene Yosafat Delgado es la de una retroexcavadora hecha con una escala de 1 a 200. Aunque su trabajo se centra en objetos y oficios, también tiene una escultura inspirada en una persona en situación de calle. Una anécdota que revela el nivel de detalle y realismo que el artista pone en su trabajo es que para hacer esta pieza se cortó mechones de su propio cabello y los colocó en la cabeza de la escultura.
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Del Toro, poseedor de un artículo único
Yosafat Delgado no vende su arte, sino que lo atesora en su propio departamento para que algún día pueda ser exhibido en museos. Solo dos personas son poseedoras de sus preciadas piezas. Uno es el ganador de una rifa que el artista organizó para poder pagar su renta. Otro es Guillermo del Toro, a quien Delgado obsequió una de sus primeras obras: una réplica de un puesto de periódicos. El artista escuchó al cineasta hablar sobre un local donde compraba revistas cuando era niño y decidió regalarle la escultura.
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Lo que se viene
El artista tiene en su colección más de 20 piezas que incluyen un bóiler, una bicicleta de tacos de canasta y hasta un lavadero. Además, planea seguir rindiendo homenaje a los oficios mexicanos callejeros. Su próximo proyecto es hacer una miniatura a escala de una camioneta del “fierro viejo”. También piensa hacer una escultura de un puesto de tamales, de unos tacos al pastor y de un barrendero.