La ofrenda monumental del Museo Memoria y Tolerancia honra la memoria de las personas no identificadas y encontradas en fosas comunes de México, una violenta realidad que enfrenta nuestro país en la actualidad.

Además de representar un ejercicio de reflexión sobre las desapariciones forzadas en el país, este homenaje nos recuerda que el Día de Muertos va más allá de una fiesta colorida.

Ofrenda en el Museo Memoria y Tolerancia

Una de las labores del Museo Memoria y Tolerancia es la lucha por la visibilidad de las problemáticas sociales y la dignificación de las víctimas de las diversas formas de violencia que existen en el mundo y nuestro país. Por ello, la ofrenda de 2024 la dedicaron a todas las personas no identificadas en fosas comunes que hay en México, para honrar a cada individuo sepultado de forma clandestina y sus cuerpos se encuentran sin identificar.

La ofrenda representa un pedazo de tierra con una excavación, simulando la apariencia de una fosa clandestina, pero en lugar de piedras o un montículo más de tierra, hay cempasúchil, la flor del Día de Muertos que guía el camino de los difuntos. También hay velas y papel picado rodeando la clandestina sepultura, pues, según la tradición de la ofrenda, las velas son la luz que las almas necesitan para cruzar en paz y el papel picado es una forma de dar la bienvenida a los difuntos.

“Esta ofrenda nos recuerda a esas personas sin nombre, a esos cuerpos sin identificar y la lucha de las familias que buscan incansablemente a sus seres queridos.” Señaló la activista Verónica Patraca durante el montaje de la ofrenda.

La ofrenda del Museo Memoria y Tolerancia la puedes visitar del 26 de octubre al 10 de noviembre del 2024 en el horario del museo. Además, puedes aprovechar para visitar su acervo museográfico dedicado a la reflexión y memoria de los conflictos mundiales y nacionales.

Día de Muertos, más que una fiesta

El Día de Muertos es una fiesta tan grande que participan vivos y muertos, pero también es una festividad para recordar la ausencia y honrar la memoria. Aunque la fecha más festejada es el 2 de noviembre, la tradición dicta que los difuntos vuelven desde el mes de octubre de forma ordenada y según su causa de muerte.

El 28 de octubre corresponde a las almas de quienes murieron de forma violenta, por lo que se coloca en el altar agua, sal y una veladora blanca para darles luz en su camino hacia el descanso eterno. Este tipo de divisiones en la tradición de Día de Muertos es una forma de honrar la memoria de quienes murieron en diferentes circunstancias, para ayudarlos a encontrar la paz y, de cierta forma, justicia.

La ofrenda del Museo Memoria y Tolerancia dedicada a las personas no identificadas en fosas comunes distingue esta esencia del Día de Muertos, mientras da voz a quienes luchan por sus familiares desaparecidos y rememora a las víctimas.

Una crisis que no podemos ignorar

En México, según datos expuestos en el Museo Memoria y Tolerancia, desde el 2007 a la fecha hay alrededor de de 50,000 personas muertas sin identificar en fosas comunes, clandestinas y morgues. Los cuerpos encontrados en estos lugares pueden ser consideradas víctimas de desaparición forzada (en tanto no se determine su identidad).

Además de la gran cantidad de fosas y cuerpos encontrados en México, resultado de las olas de violencia que han azotado el país, existe la crisis forense que impide un ritmo óptimo en la identificación de las personas encontradas en fosas. Esta ofrenda es una forma de apuntar hacia estas problemáticas, reflexionar la normalización de la violencia en el país y acompañar en su dolor a los familiares de víctimas de desaparición forzada que no pierden la esperanza de encontrar, aunque sea en una de esas fosas, a sus familiares desaparecidos.

“Además de ofrecer nuestro respeto a los fallecidos y acompañar en su dolor a sus padres, madres, esposas, esposos, hermanos, hijos y abuelos, esta ofrenda se levanta bajo la consigna de denunciar y hacer un llamado de atención para que este fenómeno se erradique de una buena vez de nuestro día a día”, compartió Linda Atach, Directora de exposiciones temporales del Museo Memoria y Tolerancia.

Hay realidades en México que no podemos ignorar. ¿Visitarías esta ofrenda?