«Tlatelolco es un potente generador y portador de la estructura cultural de México», así lo definen Balam Bartolomé y Antonio Monroy, creadores de la iniciativa artística y cultural conocida como Bienal Tlatelolco. Esta iniciativa ha tomado los espacios de la emblemática unidad habitacional de Nonoalco-Tlatelolco como punto de partida para desarrollar proyectos de arte contemporáneo que intervienen el espacio urbano, registran y parafrasean los 5 siglos de historia que reúne este lugar.
Tal vez lo primero que se venga a tu mente al escuchar la palabra ‘Tlatelolco’ es la matanza del 2 de octubre de 1968. Y si fue así entonces es cierto que el 2 de octubre no se olvida, como lo menciona esa consigna política que se ha convertido en un mantra para todos los luchadores sociales que año con año reviven la memoria de una herida que aún permanece abierta y que funciona como el punto de quiebre de la historia moderna de nuestro país.
Pero si has pasado por ahí, si vives cerca o alguna vez te has perdido en sus pasillos, es posible que tengas presente su arquitectura monumental. Y vaya que es una muestra de la capacidad de desarrollo que alguna vez tuvo este país. Tlatelolco es fruto de aquello que se conoce como “el milagro mexicano”. Una era de bonanza económica que permitió a México crecer como país y literal, construir ciudades del futuro, como Tlatelolco.
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Los Tlacuilos: el arte tiene la función de ser relato
En el mundo mesoamericano, cuando Cuauhtémoc y su raza dominaban a lo largo y ancho de esta meseta conocida como Valle del Anáhuac, existieron hombres y mujeres conocidos como “tlacuilos”. Eran educados desde pequeños para registrar, a través del dibujo, los mitos, genealogía, historia y política de su sociedad. Esto los obligaba a conocer sobre temas fundamentales: mitología, astronomía, zoología, botánica, historia, geografía, etc. Lo que en la actualidad veríamos como la estructura del conocimiento.
Balam Bartolomé y Antonio Monroy se dieron a la tarea de invitar a “tlacuilos de la nueva era” a vivir y sentir Tlatelolco. Y como este lugar es especial por que en él se guardan capas y capas de historia de esta ciudad, pues había mucho que registrar. Estos tlacuilos contemporáneos utilizaron herramientas como el video, el performance, la escultura, la pintura y la arqueología para reproducir los distintos momentos de este espacio de la ciudad.
En Tlatelolco tuvo lugar el mercado más grande de Mesoamérica, fue el último sitio de resistencia mexica en 1521. Aquí sucedió el auge ferrocarrilero en el porfiriato y la represión de la huelga en 1950. Sobre esas ruinas se construyó la unidad habitacional más grande de latinoamérica, donde un cuatro años más tarde tendría lugar la masacre estudiantil en 1968. También la caída de los edificios en los sismos de 1985 y la firma del tratado de Paz para el desarme nuclear en Latinoamérica que le valió el Premio Nobel de la paz a Don Alfonso García Robles. Ahí nomás todo eso pasó aquí en Tlatelolco, imagínate si no va a ser un lugar para inspirarse.
La Central de Maquetas de Tlatelolco: una cápsula del tiempo
Para quienes nacimos en el siglo pasado fue actividad usual hacer maquetas de todo. Sistema solar, volcanes, ciudades, efemérides y más. Plastilina, cartulinas, papel aluminio, pasto sintético y mucho resistol. Quienes tenían un poco más de presupuesto podían comprar figuras a escala y hacer maquetas más elaboradas. Aunque generalmente si los papás te compraban figuras a escala para tus maquetas tú siempre te quedabas con algunas para incorporarlas a tu mundo Toy Story.
Central de Maquetas fue una tienda que sobrevivió desde su apertura en 1965 en el local 1 de la torre 5 de febrero en la segunda sección de Tlatelolco. En 2019, antes de la pandemia, este lugar era una auténtica cápsula en el tiempo en donde todo visitante se embelesaba y fascinaba con los dioramas y maquetas retro que adornaban el lugar. Cuando Toño y Balam conocieron este lugar por supuesto se enamoraron de él, y fue así que la Central de Maquetas se convirtió en la sede principal de la Bienal Tlatelolca.
Colmena: un ensayo escultórico para cuatro saxofones
Uno de los momentos más épicos de la Bienal fue la presentación de la pieza Colmena, del artista Morelos León Celis, oriundo de Oaxaca pero Chilango de vocación. En colaboración con el músico Sergio Cano y el conjunto Acatl, e inspirada en el comportamiento social y en la organización comunitaria de las abejas, se convierte en un performance que interviene una cancha en desuso en la unidad habitacional, creando una coreografía visual y sonora que transforma el espacio.
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La Bienal Tlatelolca se plantea ser un espacio nómada para el arte contemporáneo y continuar sus operaciones en un futuro. Por ahora puedes visitar la última rotativa de proyectos. Acá te dejamos todos los detalles:
Dónde: Central de Maquetas, Edificio 5 de febrero, Loc. 1, U.H. Nonoalco-Tlatelolco, Cuauhtémoc, CDMX
Cuándo: Hasta este sábado 4 de junio 2022
Para conocer más sobre la Bienal Tlatelolca visita su sitio web y sus redes sociales.