Emma Yessica Duvali, con más de seis décadas de vida, es testigo y protagonista de una historia de lucha y resiliencia. Fue una de las primeras vedettes trans en nuestro país, así como estrella de teatro de burlesque y cabaret de la CDMX. Ella se define como mujer transgénero, luchadora social y víctima del sistema.
¿Te has preguntado alguna vez cómo era la vida de una mujer trans en las décadas de los años 60, 70, y 80 en México? Imagínate una existencia en la que cada paso fuera una proclamación de valentía, una lucha diaria no solo por ser tú mismx, sino también por sobrevivir en una sociedad que te etiquetaba de criminal simplemente por tu identidad.
“Yo siempre supe que era mujer, yo a los 8 años me asumí niña. La sociedad te lo hace ver, los chamacos en la escuela me empezaban a decir puto, mariquita, maricón, pamba china, los golpes la misma sociedad te dice que no encajas en lo que pare ellos es ‘normal'”.
Emma Yessica Duvali
Emma Yessica Duvali conoció esta realidad desde muy joven. A los 8 años, Emma ya sentía en su corazón quién era realmente, y a los 14, con una mezcla de miedo y valentía, comenzó su transición hacia la mujer que siempre supo que debía ser.
“Pagué factura por haberme atrevido a hacer mi transición a los 14 años, en mi colonia cerca de la Magdalena Mixhuca me aventaban de todo, pedradas, jitomatazos. Salir a la calle en la Ciudad de México en los años 70 era un acto de valentía”.Emma YessicaTambién te puede interesar
Emma Yessica Duvali fue encarcelada por vestirse de mujer
“Yo no conocía el trabajo sexual, ni la droga, ni el alcohol; yo era una chica trans, viviendo en mi casa. Estaba con unos amigos platicando en la calle y me secuestraron porque era la única que tenía apariencia femenina. El crimen era estar vestida de mujer. Para el gobierno, simplemente éramos criminales,” explicó Emma en entrevista con Chilango.
A los 17 años, fue secuestrada por las autoridades y encarcelada en los separos de la División de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia (DIPD), un lugar donde sufrió atrocidades inimaginables. “Me raparon, me violaron, todo un mes incomunicada, eso fue un secuestro. Me dijeron que me detuvieron por puto y descarado”, compartió Emma.
La lucha de Emma no se limitó solo a su identidad de género, sino que también enfrentó barreras legales y sociales. En los años 70, la falta de documentos de identidad que reconocieran su género impedía que muchas mujeres trans, incluida Emma, accedieran a trabajos formales, educación y servicios básicos. Esta situación llevó a que muchas fueran rechazadas al intentar obtener seguro social o cotizar para una vivienda.
“Las mujeres trans fuimos extranjeras en nuestro propio país, no tuvimos documentos que nos avalaran, un acta de nacimiento que dijera Emma Ponce. Las mujeres trans no tenían manera de comprar un coche porque su nombre no concordaba con su imagen”.
Emma Yessica Duvali
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Emma Yessica, una vedette trans en los años 70
La suerte le sonrió a Emma cuando conoció a Celfo Sánchez, el bongocero de la icónica Lyn May, quien le ofreció un trabajo como secretaria de las vedettes. Este encuentro significó para Emma una oportunidad laboral y también marcó el nacimiento de su nueva identidad.
“Siempre supe que era mujer, pero no sabía qué tipo de mujer, ahí vi los grandes vestidos, las lentejuelas iba a ser y ahí supe que yo sería vedette”, dijo. Su entrada en el teatro Apolo fue reveladora. Al ver la magnificencia del escenario, supo que quería ser vedette y trabajó en cabaret y teatros hasta el año 89.
El gobierno tiene una deuda con la gente trans: Emma Yessica
A través de su testimonio, Emma Yessica Duvali revela una verdad incómoda sobre la sociedad y el gobierno de esos tiempos: una deuda con la comunidad trans que aún está pendiente de saldar. Su historia es un recordatorio de la resiliencia humana y del poder del espíritu individual frente a la adversidad sistemática. Emma no solo sobrevivó al rechazo social, también al VIH diagnosticado hace 30 años, siempre sana con sus medicamentos a tiempo y con muchas ganas de vivir. Ella transformó su dolor en activismo social, no solo para ella sino para toda la comunidad trans. Hoy es cofundadora del Archivo de la Memoria Trans de México y militante en Diversidad Majami A.C. Es, como ella dice, una luchadora social.
