Hay dolores que cargamos en silencio, cicatrices que, aunque invisibles, marcan profundamente nuestra vida. En Los funerales de papá, la dramaturga y actriz Emma Malacara nos invita a un viaje íntimo y desgarrador hacia el rincón más profundo de nuestros miedos, donde enfrentamos esos fantasmas que hemos intentado enterrar, esos recuerdos que duelen y esas preguntas sin respuesta que siguen dando vueltas en nuestra mente.

Pero, ¿qué pasa cuando el fantasma que debemos enfrentar es el de nuestro propio padre? Los funerales de papá no es una simple despedida, sino una confrontación directa con el legado emocional de un padre.

La obra nos enfrenta a esa fantasía que quizás muchos hemos tenido: ¿Qué le dirías a tu padre en su funeral, si tuvieras la oportunidad de reclamarle todo lo que hizo, o todo lo que dejó de hacer? Malacara, en su valentía escénica, revive una y otra vez a su “papá trapo”, un símbolo que juega a ser todos los papás posibles: el papá que amamos, el que odiamos, el que nunca entendimos.

La obra nos lleva a explorar el conflicto entre el papá verdad y el papá ficción. Esto nos obliga a preguntarnos cuántas veces hemos “matado” a nuestros padres solo para entenderlos mejor.

La propuesta se transforma en un viaje catártico, en un juego con la memoria y el dolor que no solo toca al espectador, sino que lo sacude, lo obliga a confrontar sus propios fantasmas. La idea de matar simbólicamente a un padre para poder renacer como hijos es uno de los temas más potentes de esta obra.

Los funerales de papá no es un adiós y nada más. Se trata de una búsqueda desesperada de respuestas, un rompecabezas emocional que cada noche vuelve a montarse con una nueva pieza de verdad. ¡Está brutal esta puesta en escena, vas a salir llorando!

Esta pieza teatral, dirigida por Micaela Gramajo, entrelaza de manera perfecta el texto con el simbolismo visual. Cada función es una nueva oportunidad para que el público, junto a Malacara, intente desentrañar ese enigma que es la figura paterna. Como un ritual necesario para sanar, la muerte del padre se repite, descomponiendo las expectativas de lo que significa ser hijo, y reconfigurando lo que nos queda de ese vínculo roto.

Los funerales de papá nos habla directamente al corazón, nos desafía a llorar, a gritar y a aceptar que el dolor, por más insoportable que sea, es parte esencial de nuestro crecimiento emocional. Y, quizá, solo cuando nos atrevemos a mirar a los ojos a esos fantasmas del pasado, logramos liberarnos y, finalmente, entender.

Esta obra estará en temporada en el Teatro Casa de la Paz hasta el 6 de octubre, con funciones los viernes, sábados y domingos. Una oportunidad única para dejarse llevar por el poder transformador del teatro.