Fernando Sánchez Castillo, quien ya ha expuesto en museos como el Tate Modern en Londres y el MoMA PS1 en Nueva York, es un artista español de carrera relativamente corta, pero que va ganando presencia a través de su trabajo.
Su obra es interesante y provocadora: se dedica a pensar el monumento de una manera distinta, una que no esté del lado de las historias oficiales y las “verdades históricas”.
En Hoy también fue un día soleado hace precisamente eso abordando la matanza estudiantil de Tlatelolco en octubre de 1968.
Los detenidos
La pieza principal es una enorme escultura –sólo un centímetro menos alta que el David de Miguel Ángel, 5,17 m– que recrea a uno de los detenidos de aquel día: manos a la pared por encima de la cabeza, viendo al suelo y con lo pantalones abajo. Lo interesante de ésta es que, en el tenor de monumento, exalta la humillación a la que fueron sometidos los estudiantes, recordando así los pequeños detalles que tienden a olvidarse en este tipo de tragedias.
Las bengalas
Presenta también un video en el que se registra una acción lumínica realizada en Tlatelolco: se lanzaron bengalas verdes y rojas en alusión directa a los eventos ocurridos, más una bengala blanca que completa los colores patrios. Las imágenes fueron capturadas por un dron que realiza una trayectoria similar a la del helicóptero que sobrevoló la plaza aquella noche, y por muchas cámaras colocadas en los edificios. El resultado es interesante pues siempre hay un juego de sombras y luces en movimiento que cambian el aspecto del lugar.
El mapa de los militares
Finalmente, hay una pieza que se realiza in situ. Se trata de una reproducción de un mapa encontrado entre los documentos del general Marcelino García Barragán, Secretario de Defensa Nacional a la sazón, que muestra el despliegue de los militares encubiertos que jugaron un papel importante en Tlatelolco. La réplica se hace en forma de tapiz por artesanos provenientes de Oaxaca.
El título de la exposición retoma la frase atribuida a un presentador de noticias al día siguiente, y hasta esto tiene que ver con lo que el artista intenta trabajar. Hoy también fue un día soleado es una muestra corta y con obras efectivas que aportan una visión fresca sobre la matanza del 68 quizá con la ventaja que implica ser extranjero y un tanto ajeno al trauma colectivo que situaciones como estas pueden causar. Por esto no hay que dejar de verla.
Sala de Arte Público Siqueiros
Tres Picos 29, Polanco
mar-dom 10-18 h, $14, dom $0
Del 7 de junio al 18 de septiembre
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