La primera gran retrospectiva de Henri Cartier-Bresson después de su muerte revela sus recorridos por La Merced y La Lagunilla. Entrevistamos a Fernanda Burela, coordinadora e investigadora de la exposición de este artista en Bellas Artes.
¿Veremos en la muestra el paso de Henri Cartier-Bresson por México?
Sí, él vino dos veces a México, la primera en 1934, era muy joven y no sabía que se dedicaría totalmente a la fotografía, y mucho menos que haría grandes fotorreportajes, vino por la visión surrealista de Breton sobre nuestro país. Regresó 30 años después y, entonces, confiesa tener mucho miedo de volver porque no quería encontrarse con que las cosas habían cambiado.
Ya como fotoperiodista, ¿qué tipo de obra produjo?
Su producción fue mucho menor. Fue a Oaxaca y de ahí surgió una foto maravillosa: una mujer bajando de las escaleras y otra en una columna, generando un juego de sombras muy bonito. Esa foto la verán en la exposición.
¿Cuáles fueron sus círculos cercanos en México?
Compartió casa con uno de los poetas más importantes de América, Langston Hughes. Vivían en la Lagunilla, al lado de la casa de Lupe Marín, la ex esposa de Diego Rivera, por quien conoció a Manuel Álvarez Bravo.
¿Con qué otros artistas llega a tener contacto en México?
Aunque conoció a Frida y Diego no llegó a tener contacto directo con ellos, pero sí con Nacho Aguirre, el pintor, a quien también le toma una foto que tenemos en la muestra donde aparece semidesnudo y al lado hay una caja de zapatos, esta se ha convertido en una de las imágenes más icónicas que tiene de México.
¿Cómo se da la relación de Bellas Artes con el Centro Georges Pompidou?
Tanto la viuda de Cartier-Bresson como la curadora de Pompidou quieren cambiar el concepto que se tiene del artista. Como era viajero sus muestras siempre eran por países y esta vez se pretende mostrar toda su obra sin distinción geográfica, para que a partir de eso se pueda generar otro discurso de su obra, uno más creativo.
¿Era más un fotógrafo de vida cotidiana o fotoperiodista?
Cartier-Bresson está más allá de esas etiquetas. A diferencia de los fotoperiodistas que se enfocan en capturar la acción del suceso, él se vinculaba con la gente, y no dejaba que un concepto se pusiera más arriba del otro.
¿Se exhibirán los documentales que realizó?
Sí, uno de los módulos se llama el cine y la guerra, hay que recordar que él fue prisionero de los nazis, escapó tres veces. Los documentales tratan justamente del retorno de los prisioneros y los civiles, con su familia o a su país. Tenía la necesidad de que el mundo pudiera verse a sí mismo.
¿Cómo nos recomiendas ver esta exposición?
La tenemos que ver como está dispuesta museográficamente porque es cronológica, el primer núcleo presenta su etapa como pintor y sus primeras fotografías y a lo largo de la exposición avanzaremos por su vida, son nueve núcleos en total.
¿Cuál es la joya de la exposición?
En la agencia Magnum dicen que normalmente un fotógrafo crea una o dos joyas en su vida, pero Cartier-Bresson tiene un material extenso de joyas, por lo que es difícil elegir una.