Platiquemos sobre masturbación y placer para vulvas. Sin pena y sin miedo, tu cuerpo es tuyo y te toca disfrutarlo y tocarlo.
Nos siguen rodeando muchos tabúes alrededor del sexo y el erotismo. Más aún cuando se trata de placer y autoconocimiento. Y es que el manejo de la masturbación como algo que se debe mantener secreto y como una actividad estigmatizada y rodeada de tabúes sigue estando presente: estos estereotipos se agravian cuando se trata de la masturbación en mujeres y personas con vulva. Revirtamos la norma y hablemos del carácter político de la masturbación.
Cuando pensamos en las clases de sexualidad humana que recibimos en la primaria, secundaria o preparatoria podemos darnos cuenta que mucho del material se enfocaba únicamente en el factor reproductivo heterosexual y cisgénero de la sexualidad, no en el placer y las maneras tan diversas que existen de experimentarlo. Así, crecimos sin saber mucho sobre el autoconocimiento y autoerotismo más allá de frases como “te van a salir pelos en la mano” para insertar miedo o de un silencio abismal que nos desalentaba o hacía sentir que el deseo era inmoral.
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Placer y género
El placer de las personas con vulva ha sido ignorado a lo largo de la historia al ser considerado como no crucial para la reproducción. Desde creencias erróneas de que el clítoris era un pene no desarrollado, que la próstata femenina no existía o que se ubicaba únicamente en un punto (el punto G), estamos lejos de vivir en un mundo donde el placer de las mujeres y personas con vulva sea verdaderamente celebrado y tomado en cuenta.
De acuerdo con el Instituto Mexicano de Sexología (IMESEX) una serie de mujeres encuestadas mencionaron que «le[s] gustaría tener nuevas experiencias sexuales … tener más placer, conocerse y disfrutar más, tener más orgasmos e incluso saber qué es tener uno».
Y es que el placer y la salud sexual son parte importante de una salud integral más allá del fin reproductivo y de la misma pareja: no se trata sólo de conocer lo que nos gusta para luego aplicar ese conocimiento con nuestras parejas sexuales, sino de conocer lo que nos gusta para sentirnos cómodxs en y con nuestros cuerpos.
Masturbación para vulvas: ¡Pongamos manos a la obra!
- Si vamos a darle la vuelta al secretismo y al tabú comencemos por romper el silencio: muchas personas exploramos nuestros cuerpos y nos brindamos placer. No hay nada de malo con ello, dejemos de tratar el tema con pinzas. Habla con tus amistades y con quienes te sientas cómodx sobre autoplacer sin culpa.
- ¡Encontremos el meollo del asunto! Existen muchos estigmas alrededor de las vulvas, que si deben de verse de cierta manera, que si está o no depilada, que si huele, que si los labios son muy largos. ¡Paremos! Todas las vulvas son distintas y todas están bien. Quitémonos esa preocupación de encima y veámonos como somos. Toma un espejo de mano y observa tu vulva, ¡es tuya!, descubre cuál es tu clítoris, desde dónde lubricas y más.
- Lávate las manos siempre antes y después de tocarte, no queremos infecciones.
- Si ya jugaste con tus dedos, ¿por qué no probar con juguetes sexuales? Hay personas que prefieren los succionadores, los vibradores o los juguetes de penetración, descubre cuál te hace sentir más cómoda y caliente.
- ¡No todo son los genitales! Tenemos un cuerpo completito con receptores nerviosos. Tócate el busto, los brazos, el estómago, las piernas y el cabello. Juega contigo entera. Experimenta con aceites, cremas o en seco.
¡Sigamos abriendo la conversación alrededor del cuerpo y el placer! ¿Quieres saber qué pasó cuando tomé un taller de eyaculación para vulvas. Entérate de todo aquí.