INT. OFICINA – NOCHE
Con un té humeante en mano, me puse a pensar la relación de la Ciudad de México y sus representaciones en pantalla. Las imágenes me desbordaron y el té me quemó. Entonces me dieron ganas de hacer mi propia película sobre mi propia Ciudad de México, donde el personaje sea, como siempre se dice pretenciosamente, la ciudad. Es más bien cine experimental, destinado a que lo vean solo aquellas personas intrépidas dispuestas a imaginar mucho con poco y a poner su granito de arena aportando sus propios lugares.
Este acercamiento imaginario tiene varias ventajas ante la realidad. Primero: es considerablemente más barato imaginar qué filmarías a, de hecho, hacerlo. Actualmente me está costando los $20 de la bolsita de mi té. Además, la Ciudad de México es difícil de filmar porque siempre hay ruido visual que se cuela en los cuadros; es una ciudad, lo sabemos bien, desordenada y barroca. La luz es muy dura. Etcétera. En mi película personal, nada de esto importa porque goza de las ventajas de lo irrealizable. Vive dentro de mis párpados y, espero, los suyos.
Además, encima de todo, en el cine con frecuencia se retratan siempre los mismos espacios, aquellos que relacionamos con lo icónico, con lo que más fácilmente hace a una ciudad ser esa y no otra ante los ojos del mundo. Pero quienes vivimos aquí, tenemos nuestro propio canon de lugares que pertenecen al recuento personal de lo que es nuestra Ciudad de México.
Empiezo con unas cuantas aportaciones de mi canon personal. Por ejemplo…
EXT. CUAUTEPEC BARRIO ALTO – DÍA
Cuando era adolescente fui unas cuantas veces a Cuautepec Barrio Alto, una colonia a las faldas de la Sierra de Guadalupe, en mi H H H delegación Gustavo A. Madero. Sol directo que quema y deslumbra a cemento. El método de transporte para llegar a lugares dentro de la colonia eran los taxis viejísimos. Propongo una toma así, desde la casi verticalidad de un auto que navega pausadamente la superficie de esas calles sinuosas, no diría que bellas, pero sí vivas. O…
EXT. ALAMEDA – TARDE
Esa manera en que los atardeceres del fin del mundo, los de los gases nefastos que tiñen el cielo de color coralino, iluminan la Alameda por ahí de las cuatro de la tarde. Un vagabundo grita cosas imposibles. O…
INT. METRO BALDERAS – MAÑANA
La coordinación salvaje con la que una horda sube al transbordo de Balderas dirección Observatorio a las ocho de la mañana. Sección de mujeres del Metro. Atención a un pie pisoteado por un tacón sin malas intenciones pero con pésimas ejecuciones. (Ese pie fue mi pie muchas veces). Ya dentro del vagón, el tren arranca en falso y se produce un momento de fraternidad de clase cuando estrellarse entre todas da más risa que dolor.
INT. OFICINA – NOCHE
Invito humildemente a quien guste a que se sirva un té más caliente que este que ya se me enfrió y complete esta escaleta infinita y experimental con sus destellos de ciudad. Incluya luz, clima, detalle. Sea feliz.