El feminismo, básicamente, lucha por la igualdad. Las feministas queremos que las mujeres y los hombres tengan los mismos derechos y las mismas oportunidades. La Real Academia Española RAE define feminazi: “(acrónimo de «feminista» + «nazi») se utiliza con intención despectiva con el sentido de ‘feminista radicalizada’”. Esta palabra no aparece en el diccionario pero está documentado su uso, por lo que la RAE, al explicar el término, no quiere decir que lo avale. El feminazismo (jajajaja) es el hombrecausto de los hombres (jajajaja). No, ya en serio: decirle “feminazi” a una feminista y llamar “feminazismo” al feminismo es un mensaje machista que desvirtúa y confunde la lucha por la igualdad. El feminismo NO es lo opuesto al machismo, ser feminista NO es odiar a los varones. Nada que ver.
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Eréndira Derbez escribió recientemente sobre la fiscalización del tono que, en nuestro caso como feministas, se traduce como una insidiosa invitación a “guardar las apariencias […] Que pidamos las cosas bien, que estas no son maneras…”. Y, entonces, cuando exigimos nuestros derechos, cuando criticamos la desigualdad, cuando estamos conscientes de nuestro estatus subordinado en la sociedad, cuando nos hacemos visibles… Nos acusan de “feminazis”. Esta intolerancia coloca a los varones como víctimas. ¿Víctimas de qué? Pobrecitos porque no pueden salir a la calle sin ser acosados, levantados, violados.
Eso de “ni machismo ni feminismo, sino humanismo” es una reverenda pendejada que revela una ignorancia profundísima: lo contrario a la misoginia (odio a las mujeres) es la misandria (odio a los hombres). ¿Hay mujeres que aborrecen a los hombres? Por supuesto, así como también hay infinidad de hombres que odian a las mujeres (los incels, son un ejemplo claro). ¿Hay mujeres que odian a las mujeres? Sí y se llama misoginia internalizada. ¿Cómo olvidar a Gabriela Rodríguez, titular de la Secretaría de las Mujeres de la Ciudad de México, que llamó “feminazis” a las mujeres que sacan a los hombres de los vagones exclusivos en el Metro? Una verdadera joya de la auto-opresión.
La titular de la @SeMujeresCDMX, @GabrielaRodr108. Misogina y antisemita al mismo tiempo.
Sí: en esta conferencia en la UNAM llamó "feminazis" a las mujeres que sacan de los vagones exclusivos a los hombres, "qué exageradas" nos da a entender.#QueRenuncieGabrielaRodriguez pic.twitter.com/TtKAPa1qYi
— Danager (@Dana_Corres) August 28, 2019
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Y volvemos al machismo… Amiguito: si eres de las que están diciendo “#AltoALaViolenciaFeminazi” y “NotAllMen” (JAJAJAJAJA) y te la pasas acusando a la compañera de “feminazi”, déjame decirte que: nosotras, las mujeres, TODAS, estamos siendo oprimidas por el patriarcado (un sistema que a ti por ser un güey te beneficia desde el inicio de los tiempos). O sea: una mujer no gana lo mismo que tú porque la brecha salarial en México es de 34%, una mujer tiene menos posibilidad de ocupar un puesto directivo que tú, una mujer trabaja doble jornada, puesto que dedica cinco veces más tiempo a las tareas del hogar que su esposo/compañero, una mujer no puedes decidir sobre su propio cuerpo pues el aborto sigue siendo ilegal en varios estados, una mujer apenas puede votar desde 1955 y etc. (Ojo: estos logros no son “avances sociales” como dice tu tía la de los memes de Piolín, sino luchas del feminismo).
Decir “feminazi”, “feminazismo” y similares no solo es sexista, sino que, como dice la gran Gloria Steinem, es “cruel y antihistórico”. ¿Por qué? Pues no hay punto de comparación en buscar la igualdad salarial con el genocidio organizado por el Tercer Reich. Además, desvía la atención de lo que realmente nos importa: la violencia contra nosotras y la inclusión de las mujeres en la agenda pública.
¿Quieres seguir abonando a la inequidad? Pues sigue usando esas palabras que denotan tu machismo… y tu ignorancia. Mientras tanto, la violencia de género es sistémica y ni una mujer mexicana se salva. Aquí les dejo unas gráficas basadas en la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones de los Hogares (Endireh, 2016), donde 61% de las mujeres hemos sufrido al menos un incidente de violencia psicológica, económica, física, sexual o algún tipo de discriminación a lo largo de su vida en distintos ámbitos: escolar (25.3%), laboral (26.6%), comunitaria (38.7%), familiar (10.3%) y en las relaciones de pareja (43.9%).
La violencia contra nosotras no es normal, pero se está normalizando. Por eso estamos enojadas. Por eso estamos pidiendo nuestros derechos. Por eso estamos saliendo a las calles. Por eso estamos llamando a prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia que vivimos millones de mujeres y niñas en México. Por eso seguimos en la lucha. Por eso somos feministas.
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