Bienvenidos a nuestro especial de comida callejera, una guía con los mejores changarros donde hemos encontrado comidas espléndidas a pie de banqueta. Los tamales estilo Sinaloa son parte de la colección 2019.
Antes de contarles sobre el mejor tamal de la CDMX, debo confesar que nunca me ha encantado el tamal chilango. Le tengo cariñito porque forma parte del encanto citadino. El pregón que recorre en triciclo las calles a las 7 de la noche, el olorcito a manteca que se desprende de los tambos afuera del Metro a las 7 de la mañana… “Acérquese y pida sus ricos y deliciosos…”. Qué bonita y nostálgica cotidianeidad —que ya hasta es atractivo turístico— pero qué flojera esa bola masuda sin mucho sabor.
El tamal es un universo de incontables tamalitos distintos. No puedo hablar del “chilango” como si solo existiera uno porque viva la diversidad y la inclusión, así que me referiré al “prototipo de tamal de la Ciudad de México”: ese ejemplar denso en masa, escaso en carne de pollo o cerdo y salsa verde picosísima, envuelto en hoja de maíz y sin más chiste que su esponjosa y seca consistencia. Boooring. ?
“La masa no debe dominar, es solo el vehículo para presentar un guisado rico —me contó don Flaviano Beltrán hace unos días mientras desayunaba el que para mí es el mejor tamal de la CDMX—. Por eso le ponemos empeño y, además, servimos el doble de porción de carne”. ¡Sí, eso! Él me entiende.
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Fue pura casualidad que encontrara este carrito de tamales estilo Sinaloa en la Nochebuena y me siento afortunada por ello. La cocinera es Maité Méndez, esposa de don Flaviano y nuera de doña Celia Bustamante, la dueña de la receta.
Hay complejidad en este pequeño envoltorio gordito. La masa es esponjada pero húmeda, con grasita. El relleno —al que considero el premio mayor— es abundante: carne de res o de cerdo sazonada con chile colorado California —que viaja desde Sinaloa hasta la ciudad—. No pica demasiado, pero sabe a picante, poquito dulce y con considerables notas de acidez. Además, tiene aceitunas verdes y rajitas de chile jalapeño encurtido. ¡Uf! Preciosura. Hay balance de sabores: salado, ácido, amargo, dulce… Doña Celia supo muy bien el secreto de un tamal perfecto: que no tenga un solo sabor, que sea interesante, humectado, con picor controlado y una punzada de unami al final. Con ustedes: el mejor tamal de la CDMX.
A veces don Flaviano lleva también tamalitos de vegetales y unos dulces de piña que también están bien buenos. Y lo mejor: aunque es localito de calle, ¡acepta tarjeta!
¡Tomen mi dinero! —y mi corazón.
El mejor tamal de la CDMX (Los Naranjos)
Dónde: Colonias Nochebuena y Nápoles
Horarios: Esquina de Holbein y Augusto Rodin, Nochebuena: lun-vie: 09-18 h / Esquina de Arizona y Nueva York, Nápoles: lun-vie: 18-23:30 h
Cuánto: sencillo: $18, doble: $25