En ese reporte se calcula que la riqueza de los multimillonarios del mundo aumentó 900 mil millones de dólares en 2018, mientras que en el mismo periodo, los ingresos de la mitad más pobre del planeta cayeron en un 11 por ciento.
Para que se den una idea: en el 2017, las 43 personas más ricas del mundo tenían más dinero juntas que la mitad de los pobres alrededor del planeta, pero para 2018, la proporción se redujo drásticamente a solo 26 multimillonarios, cuya fortuna es mayor a la que tienen más de 3,800 millones de pobres alrededor del mundo.
A este ritmo, la clase media socioeconómica podría desaparecer.
La metodología que utiliza Oxfam para elaborar el informe se basa en datos publicados por Forbes y el banco Credit Suisse. Los nombres de los más ricos del planeta incluyen al CEO de Amazon, Jeff Bezos; Bill Gates, de Microsoft; Warren Buffett, y Mark Zuckerberg, de Facebook, quienes juntos reúnen 357 mil millones de dólares en riqueza.
Oxfam equipara la fortuna del hombre más rico del mundo en 2018, Jeff Bezos —poseedor de 112 mil millones de dólares—, con el presupuesto de salud en Etiopía, que equivale al 1% de la riqueza de Bezos.
El informe asegura que la crisis financiera del 2008 influyó para que la brecha creciera una década después, beneficiando a los que tienen mayores recursos económicos. Aunque la verdadera causa, señala Oxfam, es la evasión fiscal por parte de los más pudientes, mientras que los pobres son obligados a pagar impuestos más altos en proporción a los ingresos que los más ricos.
Para acabarla de amolar, la desigualdad es sexista. Resulta que a nivel mundial, los hombres poseen un 50% más de la riqueza mundial en comparación con las mujeres. Además, controlan el 86% de las corporaciones.
Para dimensionarlo, las niñas se retiran primero de la escuela cuando sus familias no tienen dinero para pagar las cuotas o colegiaturas, mientras que las mujeres son las primeras que se ausentan de sus trabajos y pasan más horas en cuidar a sus familiares enfermos cuando fallan los sistemas de salud.
De acuerdo con Oxfam, lo que se necesita hacer para corregir esta tendencia es transformar las economías para brindar servicios universales de salud, educación y otros servicios a toda la población, pero para lograrlo, se necesita que las personas y corporaciones más ricas paguen su parte justa de impuestos, lo que conduciría a una reducción dramática en la brecha que existe entre ricos y pobres, así como entre mujeres y hombres.
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