Hay una pequeña colección de libros geniales sobre música circulando que deberían estar en toda biblioteca familiar. Los libros están ideados para un público infantil, pero créanme que se gozan a cualquier edad. Buscan invitarnos a ser escuchas atentos de la naturaleza; aves, agua, de bichos y música clásica.
La colección inició con Aves, pero el especial de insectos fue el que me empujó a escribir sobre ellos en este espacio. Cada libro viene acompañado de un disco compacto que, en el caso de Bichos, presenta 20 piezas musicales en las que hacen aparición grillos, arañas, moscas, abejas e incluso serpientes, con explicaciones divertidas que invitan al escucha curioso a parar oreja y hacer de la audición de esas piezas una experiencia gozosa.
La idea para la creación de estos libros surgió del enorme gusto de la pianista concertista Ana Gerhard por la música clásica y de sus ganas de compartir ese gusto con la gente, pero también los detonó darse cuenta que, por diferentes razones, el acceso a ese tipo de música es difícil en general, y aún más para los niños.
Hasta ahora, Océano Travesía ha publicado en esa colección los libros Las aves, Seres Fantásticos, El agua —con él obtuvo el Parents Choice Award 2016— y Bichos. Ana cree que una de las dificultades de la música clásica, a diferencia de la música popular, es que se trata de un arte abstracto.
Además, otros rasgos se suman: la ausencia de letras, por ejemplo, o que exigen escucharla en silencio o dedicarle un buen rato: el movimiento de una sinfonía puede durar de 20 a 30 minutos ininterrumpidos.
“Con estas condiciones, a primera vista adversas, saber en qué fijarte cuando estás escuchando puede ayudar mucho”, explica Ana.
“Si a un niño les dices: escucha con atención, a ver si reconoces un pájaro, una rana o una tormenta, le estás dando un elemento concreto que le permite entrar. Una vez que captaste su atención con esto, es más fácil hablarle del recurso musical que escogió el compositor —el instrumento, el ritmo, la melodía…— para lograr en la obra el efecto del pájaro, la rana o la tormenta”.
La entrega más reciente de la colección es Bichos, en donde oímos desde una pieza sobre un grillo de Desprèz del Renacimiento hasta Siete Mariposas, de la finlandesa Kaija Saariaho, violonchelista contemporánea.
“Creo que el hecho de que Beethoven haya escrito una canción sobre la pulga o Bartok se haya inspirado en una mosca para componer una pieza es algo que nos llama la atención y que nos permite entender que no existen temas ajenos al arte”.
Además del gozo auditivo, cada libro viene ilustrado; en el caso de Bichos, lo visual estuvo a cargo de Mauricio Gómez Morin. En conjunto, Ana, Mauricio y los compositores que les acompañan se encargan de hacer entrañable el trayecto por poco más de cinco siglos de música clásica.
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